El intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner encontró a Juntos por el Cambio en una semana de profunda división entre sus figuras en el eje de reprimir más o menos las manifestaciones peronistas. Y en ese clima de división fue que cada dirigente sacó su propio mensaje de repudio (o directamente no repudió nada). Hubo un intento de construir un comunicado conjunto de Juntos por el Cambio -los ha habido de temas mucho más triviales-, pero fracasó, en una señal del estado de la alianza. Mientras el gobernador radical Gerardo Morales hablaba de "reflexionar sobre el clima de crispación entre todas las fuerzas políticas, incluida la nuestra", desde el PRO bombardeaban cualquier convocatoria que hiciera el oficialismo en el Congreso. La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, acompañó las críticas al feriado.
En líneas generales, los dirigentes de Juntos por el Cambio se dividieron en dos grandes grupos: los que repudiaron el atentado (Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Morales, y la inmensa mayoría de la alianza opositora) y los que no (Patricia Bullrich, Elisa Carrió y Martín Tetaz en un primer momento).
Pero fue aún más llamativo que en la noche del jueves no hubiera ningún comunicado conjunto de Juntos por el Cambio. Los ha habido por temas de diverso nivel (desde las relaciones diplomáticas con Venezuela, pasando por una visita del presidente a Milagro Sala hasta la defensa del fiscal Diego Luciani). Algunos argumentaron a este diario que el comunicado finalmente no salió porque no hacía falta. Pero lo cierto es que existió un borrador que nunca vio la luz.
La propuesta que llevaron allegados a Bullrich decía los siguiente: "Repudiamos la situación de peligro que vivió Cristina Fernández de Kirchner y exigimos al Ministerio de Seguridad que explique la conducta de la custodia y el operativo de seguridad, que permitió que una persona armada se acercara y pusiera en riesgo a la vicepresidenta. Lamentamos el clima de violencia instalado que termina en estos lamentables episodios".
Era un texto que, en mayor o menor medida, terminaba responsabilizándola por el ataque que sufrió. Si bien nadie termina de hacerse cargo del veto, lo cierto es que el texto nunca fue aprobado por todos los sectores. Hay que detenerse en esto. No se pudieron poner de acuerdo para sacar un comunicado conjunto sobre un atentado a la vida de la vicepresidenta: es una señal del estado de la alianza.
Otros argumentan que el comunicado no salió porque ya no hacía falta: cada dirigente de forma individual había salido a decir lo suyo.
Sin autocrítica
Ni el comunicado que efectivamente sacó el PRO ni la mayoría de los discursos que pusieron en circulación hicieron autocrítica por haber promovido discurso de odio (como en el caso del diputado del PRO Francisco Sánchez, que pidió la pena de muerte para CFK o Ricardo López Murphy, quien en plena represión tuiteó: "Son ellos o nosotros"). Así, el texto que sí publicó el PRO reproduce textualmente el que no salió como Juntos por el Cambio. Y a su vez, hay un texto de Jóvenes PRO que es todavía más explícito: "Consideramos lamentables y oportunistas los anuncios realizados por el Presidente acusando a la oposición y los medios de comunicación de fomentar el odio en nuestra sociedad".
La estrategia fue, entonces, negar que los discursos de odio tengan relación alguna con el atentado. Fue la línea que siguió Bullrich, quien no repudió el hecho, cuestionó al presidente por el feriado y el viernes se la pasó poniéndole "me gusta" a mensajes que le decían que no crea que existió el ataque y lanzando nuevas fake news.
En la misma línea, el PRO definió no asistir a la sesión convocada para el sábado por el ataque y promovía que el resto de los aliados hicieran lo mismo. "En la medida que sigan con ese discurso en contra nuestra, es muy difícil", decían. Macri, por su parte, pensaba poner distancia con todas las discusiones: iba a partir hacia Ruanda a hacer actividades de la FIFA y no volvía hasta la semana próxima.
Morales y la reflexión
Para diferenciarse, el gobernador de Jujuy hizo un llamado a la reflexión. "Todos sabemos que ha sido detenido el agresor, pero también se debe reflexionar en todas las fuerzas políticas, incluida la nuestra, para bajar la crispación. El camino para resolver los problemas del país es el diálogo y los temas que se dirimen en la Justicia deben dirimirse allí, y tenemos que buscar, desde todos los sectores, no generar convocatorias que puedan derivar en hechos de violencia y bajar un cambio y calmar los ánimos", indicó, a medias entre la autocrítica y entre responsabilizar a las marchas del kirchnerismo pacíficas del ataque a CFK. “Me parece que esto termina siendo uno de los mensajes de una grieta absoluta y absurda que nos impide resolver los problemas de los argentinos", insistió Morales.
No fue, no obstante, el camino elegido por el diputado radical Martín Tetaz, quien volvió a la carga, esta vez contra el feriado: "No hay ninguna escalada de violencia ni de la oposición política, ni de los medios de comunicación. Mañana la gente tendría que volver a trabajar, los chicos a ir a la escuela, la justicia a investigar lo que pasó y la custodia a prepararse mejor para no volver a fallar".
En todos los partidos de Juntos por el Cambio conviven posiciones encontradas.