El interventor de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi, afirmó este sábado que desde el Gobierno no tenían "ninguna alerta" sobre Fernando André Sabag Montiel, la persona acusada de haber intentado asesinar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien anoche se negó a declarar y permanece detenido en la sede la Policía Federal de la calle Cavia.
"No teníamos ninguna alerta sobre esta persona", respondió Rossi al ser consultado esta mañana sobre el agresor detenido, a quien definió como un "lobo solitario, alguien que por sí mismo armó todo sin demasiada logística".
"Por la información que tengo y lo que se pudo rastrear de las redes, el atacante aparece con una carga simbólica neonazi, pero no aparece algo que pueda inferir que estaba predispuesto a hacer un ataque a nadie, y menos aún a la vicepresidenta", afirmó Rossi.
En tanto, descartó la posibilidad de que hubiera fallado la custodia ya que "estaban muy atentos" y agregó: "Tengo entendido que había aumentado la custodia luego de lo sucedido la semana pasada".
No obstante, en diálogo con CNN Radio, añadió que "es muy difícil evaluar un operativo de seguridad sin saber cómo fue diseñado y planificado".
Por último, reiteró que el atentado "es un hecho político conmocionante en la vida del país", que "no recoge antecedentes, y solamente es comparable con aquel intento de asesinato a Lisandro De La Torre, que inspiró una película, cuando lo intentaron asesinar y se interpuso el senador electo por Santa Fe, Enzo Bordabehere, que termina falleciendo".
"La política argentina debe sentir el impacto y plantearse un antes y un después de lo que sucedió", aseguró.
Naturalizar la violencia
En diálogo con Toma Y Daca por AM750, Rossi reflexionó sobre la escalada violenta del debate público en los últimos años que tuvo como desenlace el atentado a Cristina Kirchner este viernes. "Las primeras escenas fueron a partir del año 2008 con la resolución 125. Empezó allí el discurso agraviante y descalificante", advirtió.
Sobre este punto, el exministro de Defensa contó una experiencia personal: "En la provincia de Santa Fe, tres veces me rompieron el auto a puñetazos -yo estaba adentro- y la policía miraba sin hacer absolutamente nada. Debería haberlo denunciado, pero pensé en ese momento que era tirar más leña al fuego".