Desde Brasilia
Después del atentado contra Cristina Fernádez de Kirchner el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva comenzó a analizar el refuerzo de su esquema de seguridad a menos de un mes de las elecciones en las que enfrentará Jair Bolsonaro, el mandatario de ultraderecha durante cuyo gestión fue liberada la venta de armas.
Controles ínfimos
Los controles ínfimos a la venta de fusiles en Brasil hacen plausible que parte de éstos hayan caído en manos de algún "lobo solitario" como al parecer sería Fernando Andrés Sabag Montiel el magnicida que fracasó al gatillar contra la expresidenta argentina frente a su departamento porteño el jueves a la noche.
De acuerdo con la ONG brasilea Sou da Paz, a través de decretos para liberar la venta y flexibilizar inspecciones de armas, el gobierno permitió que haya un millón de piezas en poder de Cazadores, Tiradores y Coleccionadores (CACs,sigla en portugués). Y lo peor: muchos de los que se hacen pasar por CACs podrían ser extremistas o "milicianos" paramilitares que actúan como fuerzas irregulares a órdenes del bolsonarismo.
El mismo jueves a la noche Lula, ,el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), repudió el atentado "fascista" contra Cristina antes de reunirse con sus asesores para hablar sobre cambios relativos al número de agentes de su escolta y la forma como esta opera ante el riesgo de un atentado, informó el diario O Globo.
El ataque de Buenos Aires impactó en Brasil, donde la violencia política unida a la amenaza de golpe son trazos marcantes de la carrera hacia la votación del 2 de octubre.
Desde hace más de un mes Lula comenzó a utilizar chalecos antibalas en los actos luego que éstos fueron atacados con explosivos, en Rio de Janeiro, y bolsones llenos de estiércol, en Minas Gerais, lanzados desde un drone propiedad de un empresarios del agronegocio bolsonarista.
Poco después de estos atentados un dirigente petista de Foz de Iguazú fue asesinado por un policía penitenciario que mientras disparaba exaltaba, a los gritos, a Bolsonaro.
Dentro de ese contexto los hechos de la semana pasada en Buenos Aires causaron "preocupación" y dieron lugar a una "conversación en la campaña" que puede reforzar la seguridad de Lula declaró el secretario general del PT, Paulo Teixeira, a la agencia Reuters.
Tatuajes
El sospechoso Fernando Andrés Sabag Montiel, nacido en Brasil, ostenta tatuajes de la cruz de hierro, el martilllo de Thor y un sol negro. Símbolos nazis incorporados a la iconografía de grupos extremistas brasileños los que se multiplicaron gracias al ascenso del bolsonarismo a partir de la campaña presidencial de 2018. Por entonces el hijo de Bolsonaro, Eduardo, encargado del enlace con el entorno de Donald Trump, hizo campaña reivindicando al gobierno de Ucrania como modelo de combate al comunismo. Es bastante popular entre los anticomunistas brasileños, simpatizantes del presidente que busca su reelección dentro de 29 días, la imagen del sol negro a la cual copiaron de las bandas nazis de Ucrania, donde algunos realizaon entrenamiento militar. Ese es el caso de Sara Winter, una de las dirigentes que incitó al asalto del Supremo Tribunal Federal desde un campamento instalado a pocas del Palacio del Planalto.
Winter se hizo fotografiar en pleno centro de Brasilia, ostentando tatuajes y armas, y también junto a Bolsonaro.
La activista fue funcionaria del Ministerio de la Mujer y la Familia, cuando al frente del mismo estaba la pastora Damares Alves, considerada una de las personas del círculo directo de la primera dama Michelle Bolsonaro.
Pueden "llamarme fanática y loca" pero nadie hará que renuncie a la "guerra" religiosa contra el PT, declaró días atrás la señora del presidente en un acto de campaña.
"Ustedes saben qué hacer"
A través de mensajes oblicuos Bolsonaro suele dirigirse a sus seguidores, entre quienes hay tras, "milicianos" paramilitares y evangélicos, incitándolos a rebelarse contra el Supremo Tribunal Federal, el Tribunal Superior Electoral y eventualmente desconocer una victoria de Lula, a quien todas las encuestas dan como favorito.
"Ustedes saben que hacer", es una de las expresiones en clave empleadas por el gobernante en sus concentraciones o en sus transmisiones en vivo a través de las redes sociales.
Así lo hizo en vísperas de los actos del Día de la Independencia, el 7 de setiembre de 2021 cuando ante miles de seguidores hizo una defensa de la ruptura institucional intercalada con agravuos a jueces del Supremo. Cientos de militantes de ultraderecha se reunieron en Brasilia el año pasado en un campamento desde donde se defendía el golpe y se instaba a "ucranizar" el país.
Se da por hecho que el l próximo miércoles, al cumplirse los 200 años de la Independencia, Bolsonaro volverá a lanzar ataques contra las instituciones en las paradas militares a ser realizadas en Brasilia y Rio de Janeiro.
"Notita"
En contraste con Lula, que repudio de inmediato el atentado contra la expresidenta Fernández de Kirchner, Bolsonaro demoró unas 16 horas en abrir la boca. Y no lo hizo en Brasilia, sino en el estado de Rio Grande do Sul, fronterizo con Argentina. Fue una declaración escueta en la que contó haber enviado una "notita" en la que lamentó sin mucho énfasis lo ocurrido. Bolsonaro evitó expresiones muy duras contra el sospechoso de intento de homicidio Sabag Montiel.
Durante esa misma visita al sur brasileño habló durante unos siete minutos ante empresarios del agronegocio simpatizantes de su gobierno. El grueso del discurso lo dedicó a defender la liberación de armas para los CACs (Cazadores, Tiradores y Coleccionistas) como parte de una lucha por la libertad y el modelo de vida cristiano, además de insultar Lula. Y con algunos rodeos hizo un llamado a la insurrección cuando comentó que su país no puede aceptar el retorno del petista al poder.