Con discursos mezquinos, intentos banales por minimizar un episodio de una gravedad inconmensurable y un uso forzado de antecedentes de ataques a la democracia en contextos históricos incomparables, Juntos por el Cambio dejó pasar este sábado en Diputados la oportunidad de emitir un mensaje contundente y unificado de repudio a los discursos de odio y al clima beligerante en los que se enmarca el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Por el contrario, la sesión dejó expuesta una vez más las diferencias internas que atraviesa la coalición opositora. El PRO votó la resolución a favor, pero abandonó automáticamente. En paralelo, la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica (CC) se quedaron mirando cómo se retiraban.
Desde el inicio de las charlas entre oficialismo y oposición por concretar la convocatoria al Congreso realizada por Frente de Todos, el PRO se mostró reacio a participar. En contraposición a la postura de los radicales y la CC, planteaba que no había que asistir porque se trataba de un "show político" del oficialismo. Finalmente, tras largas idas y vueltas, decidieron ir aunque las diferencias no quedaron saldadas.
Durante la sesión especial fue el diputado del PRO Cristian Ritondo el encargado de intentar explicar la fugaz aparición del bloque que integra (que no dio quórum) y su huida tras la aprobación del documento. “Habiéndose cumplido el motivo de la convocatoria, nos retiraremos del recinto”, anunció. “Nosotros creemos que no es la calle ni el recinto el lugar para determinar los culpables de un delito. Es el Poder Judicial el único que tiene el deber de investigar, juzgar y condenar”, añadió, contrariando sin pudor la prédica histórica de su espacio, y manifestó su deseo de que “este hecho gravísimo (no) sea utilizado con el objetivo de generar más división, asignar culpables y mucho menos convertirse en una tribuna para atacar a la oposición política, poder judicial y los medios de comunicación, como lamentablemente venimos escuchando en las últimas horas”.
Con esas palabras, los legisladores que forman parte del espacio más duro de JxC justificaron su retirada. Sus compañeros de espacio, atónitos. La intransigencia del partido fundado por Mauricio Macri estuvo alineada con su presidenta. Patricia Bullrich fue uno de los pocos dirigentes políticos que no condenaron el atentado que sufrió el jueves por la noche la vicepresidenta. En ese sentido, el presidente del bloque de la CC en Diputados, Juan Manuel López, se sumó a los cuestionamientos contra la titular del PRO. "El camino es la no violencia. Patricia es de una generación para la que la violencia es una opción. Lo lamento por ella", dijo López. Bullrich no solo no repudió sino que lo describió como un acto de "violencia individual" y solo usó sus redes sociales para cuestionar el feriado nacional dispuesto por el presidente Alberto Fernández.
Tras los dardos de López, dirigentes que responden a la presidenta del PRO lo cruzaron en redes sociales. “Es inadmisible. Exigimos unas disculpas públicas de Juan. Es un error que sólo se puede entender (no justificar) en el intento de quedar bien con el periodista”, expresó el diputado Luciano Laspina. “La convicción democrática y su lucha permanente por la paz social definen a Patricia Bullrich, corresponde una disculpa pública”, sumó la diputada Laura Rodríguez Machado.
Horas más tarde, el titular de la CC le bajó el tono al enfrentamiento. “Con la Presidenta del PRO tenemos miradas generacionales distintas. No busqué descalificarla. Sólo fue una opinión política. Seguiré trabajando por la unidad de Juntos por el Cambio cómo lo vengo haciendo en Diputados y en la Mesa Nacional”, publicó en Twitter, intentando dar por el cerrada una nueva dispuesta.
A la tensión de las últimas horas se le suma un nuevo capítulo en una disputa interna que viene creciendo en el espacio opositor y escaló esta semana con los cuestionamiento de Bullrich al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por no haber reprimido con mayor ferocidad a los militantes en Recoleta. La sesión del sábado en Diputados dejó en claro que la cumbre que tuvieron Mauricio Macri, Rodríguez Larreta, Bullrich y María Eugenia Vidal el martes pasado en Puerto Madero, en donde buscaron descomprimir el pesado clima interno, sirvió poco y nada.