El Ministerio de Salud de Tucumán comunicó este domingo una nueva muerte por neumonía a causa de la bacteria Legionella.
Según informó la cartera, se trata de un hombre de 64 años, con comorbilidades, que se encontraba internado en grave estado en el sector público, donde falleció este sábado.
Es el quinto deceso que se produce por el brote de Legionella. El cuarto se confirmó este sábado, en una persona de 48 años, con comorbilidades, quien también se encontraba internada en grave estado en el sector público.
Hasta el momento, se confirmaron 11 contagiados con esta bacteria.
¿Qué es la legionella?
La Legionella es una bacteria que se presenta bajo dos formas clínicas totalmente diferenciadas:
- Una infección autolimitada y benigna que cursa con fiebre y catarro denominada fiebre de Pontiac.
- Y otra mas severa que es conocida como la enfermedad de los legionarios, que consiste en una neumonía que aparece habitualmente en forma de epidemia.
El hábitat natural de la Legionella son los lugares con agua, como lagos y rios. La bacteria también puede invadir depósitos de agua de construcción artificial, como sistemas de agua potable, sistemas de refrigeración, piscinas y otros tipos de suministro de agua. En estos lugares, su proliferación se favorece si la temperatura del agua es cálida y no contiene desinfectantes.
Según informó Carla Vizzotti, ministra de Salud nacional, la bacteria “se transmite por vía inhalatoria, a través del agua, en relación a los sistemas de aire acondicionado o distintos tipos de manejo del agua”. No hay transmisión directa de persona a persona.
La prevención consiste en desinfectar el agua para consumo humano, mantener limpios los depósitos y los sistemas de utilización de agua, y realizar análisis periódicos del agua procedente de diversos depósitos, lo que permitirá identificar de forma temprana el crecimiento de la bacteria.
Nuemonía bilateral
En casos graves, la bacteria produce neumonía bilateral, una infección aguda del parénquima pulmonar que puede detectarse por una tomografía o radiografía de tórax.
La neumonía se desarrolla cuando los patógenos (ya sean virus, bacterias u otros microorganismos) generan inflamación e infección en los pulmones. A su vez, esa presencia de pus y líquido en los alveolos, produce una insuficiencia respiratoria grave.
Sus síntomas más comunes son fiebre alta, dificultad para respirar, tos con flema, escalofríos, dolor en el pecho, dolor de espalda, náuseas o vómitos y diarrea.
La neumonía bilateral puede generar un abanico de complicaciones respiratorias, incluso puede afectar la tensión arterial o generar un absceso, o cualquier otra lesión pulmonar. Generalmente, se trata con antibióticos en los casos de una neumonía bacteriana, o bien con tratamientos que ataquen directamente los síntomas, jarabes para la tos, antifebriles, analgésicos, etcétera. En los casos de mayor gravedad, se requiere internación para inducir al paciente a una asistencia respiratoria.
El alerta se agrava en casos de pacientes con patologías respiratorias previas, como un asma grave o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). También puede manifestarse con más frecuencia y mayor riesgo en fumadores, pacientes diabéticos y personas con obesidad.