Dora Maar fue una artista plástica y fotógrafa que tuvo una vida fascinante para ser contada, quizás no tanto para ser vivida. Atravesada por su controvertida relación amorosa con Pablo Picasso y por los prejuicios de su época, Maar (que vivió en la Argentina desde los tres hasta los veintitrés años) fue también un símbolo de libertad y de inconformismo dentro de la alta sociedad parisina.
El libro En busca de Dora Maar, de la periodista y escritora francesa Brigitte Benkemoun, recientemente publicado por el sello Taurus, funciona como una suerte de viaje de descubrimiento para alumbrar la historia de una mujer provocativa, apasionada y enigmática.
Porque Dora Maar, la famosa Mujer que llora de Picasso, fue una artista brillante por derecho propio. El libro es el retrato de la artista, pero también del mundo en el que vivió, esa atmósfera en la que se desenvolvió, con escenas de fiestas e icónicos cafés, nombres emblemáticos de la intelectualidad europea (fue muy amiga de André Breton y Paul Eluard, entre otros, además de haberse psicoanalizado con Jacques Lacan) y un devenir que tuvo aristas dramáticas.