"Todo sigue lamentablemente sin modificaciones", ya que continúa causando problemas operativos, aseguró el director de Infraestructura de la Administración Portuaria, Mariano Taylor a un mes del hundimiento del barco "Pescargen IV" en el sitio 4 del muelle Almirante Storni de Puerto Madryn.
El buque pesquero,"flota colorada" dedicada a la pesca de langostinos, de 65 metros de eslora, se hundió en el muelle tras escorar sobre estribor cuando realizaba maniobras de descarga, el 5 de agosto pasado. El ingeniero Taylor, en diálogo con Télam, explicó que "todo lo que se pudo hacer de nuestra parte está hecho, sobre todo para contener los fluidos colocando de inmediato el anillo de protección para evitar la dispersión de fluidos propios de la embarcación".
El protocolo de actuación está contenido en el Sistema Nacional de Preparación y Lucha contra la Contaminación por hidrocarburos y otras sustancias peligrosas (Planacon).El funcionario explicó que los elementos contaminantes que desprendió la embarcación quedan contenidos en el anillo de protección y es sacado de inmediato para preservar el entorno marítimo, con especial cuidado en las manchas de combustible y aceite.
El funcionario explicó que se retiró "la mayor cantidad de elementos que flotaban, como redes, recipientes, bolsas, artes de pesca", y "se cambiaron mangueras que iban absorbiendo el gasoil liviano que flota en la superficie".
La empresa tiene la obligación de presentar ante la Prefectura un plan para adrizar la nave y luego reflotarla.Fuentes de la Prefectura consultadas por Télam explicaron que la empresa hizo una primera presentación que fue rechazada y se aguardaba una segunda propuesta que aparentemente no se concretó.
El otro aspecto a tener en cuenta es que "la embarcación no está totalmente hundida, porque mantiene en la proa una burbuja de aire que le otorga flotabilidad positiva", explicó Taylor.
Eso hace que cuando el viento produce oleaje la embarcación se mueva unos metros, como ocurrió en al menos dos oportunidades. "Para adrizarla y ponerla en posición primero hay que hundir el casco completamente" se indicó.
La embarcación escorada produce inconvenientes operativos en el muelle y un efecto contaminante que preocupa a las organizaciones ambientales, que pusieron el acento en que el buque está hundido en el Golfo Nuevo, sobre la cara sur de Península Valdés, habitado por cetáceos con sus crías, entre otras especies.
En particular, ese golfo interior se encuentra por estos días con la población de la especie ballena Franca Austral (Eubalaena australis) en su plenitud, ejemplares que todos los años arriban a la zona para cumplir con su ciclo vital de cópula, parición y adiestramiento de los ballenatos.
"Desde el mismo viernes que se produjo el incidente se comenzó con las tareas de contención de los líquidos contaminantes", aseguró Enrique Calvo, presidente de la Administración Portuaria.
El barco es un congelador arrastrero de 64.06 metros de eslora (largo) por 12.07 de manga (ancho), con una capacidad de combustible de 150.000 litros aunque no estaba con los tanques llenos, se aclaró desde la empresa.
El barco pesquero "Pescargen IV" se hundió en el sitio 4 del muelle Almirante Storni tras recostarse primero sobre su banda de estribor (derecha) presuntamente por desequilibrio de pesos, ya que el escoramiento de 90° se produjo en momentos que se procedía a la descarga de la última marea, de 29 días en altamar.
En el sitio donde se hundió la embarcación la profundidad es de 11 metros. Pescargen, la empresa encargada del barco, no precisó cuánto iba a llevar poner al barco en su posición vertical y volverlo a flote, aunque algunos especialistas estimaron que la maniobra podría demorar hasta 4 meses, apenas sucedió el incidente.