La inflación actual viene liderada por el avance de los precios industriales y la industria aceitera y la siderúrgica crecen por encima de ese promedio. En este último caso, son bienes difundidos que se utilizan en las ramas de construcción, autos, maquinarias y estructuras, por ejemplo, y que crecieron bien por encima del principal insumo sectorial, el mineral de hierro. En el caso de la industria aceitera, que se enfrenta en muchos casos directamente el bolsillo del consumidor, los aumentos de precios quedaron más en línea con la suba de sus costos.

Esta evaluación de la inflación en función de las ramas industriales forma parte del último informe de coyuntura del Centro Cifra-CTA, elaborado por los investigadores Pablo Manzanelli y Leandro Amoretti. El informe muestra cómo la suba de precios, cuya dinámica apunta para diciembre al peldaño del 90 por ciento anual o incluso más, tiene múltiples aristas: sobre una inercia muy marcada de indexación se montó la escalada de los precios internacionales y el escenario de incertidumbre cambiaria. En medio de esos incentivos, la estructura de producción oligopólica también juega un papel como mecanismo facilitador de propagación de la inflación. 

Ganadores

Desde el primer trimestre de 2018 y el mismo período de 2022, los precios implícitos del valor agregado industrial aumentaron 447,2 por ciento, mientras que el resto de los precios lo hicieron en un 369,6 por ciento. "Considerando los dos períodos de aceleración inflacionaria cabe señalar que en el primero de ellos (2018-2019) los precios industriales crecieron en forma similar al resto de las actividades, en torno al 105 por ciento. En cambio, en el segundo (2021-22) los precios fabriles se despegaron de la trayectoria general: entre el cuarto trimestre de 2020 y el primero de 2022, los precios implícitos en la industria ascendieron 91,8 por ciento, mientras que los del resto de las actividades aumentaron 68,4 por ciento", detalla el informe.

En particular, entre el cuarto trimestre de 2020 y el segundo de 2022, los precios mayoristas de aceites y grasas vegetales aumentaron 117,4 por ciento y los siderúrgicos (minerales ferrosos en formas básicas), un 119,2 por ciento. Esto es bien por encima del promedio del 105 por ciento de avance de los precios industriales.

El informe advierte que "el aumento los precios siderúrgicos quintuplicaron el de su principal insumo 'extra sectorial', que es el mineral de hierro, un insumo importado cuyos precios en dólares se redujeron 16,6 por ciento en el período, y por la variación del tipo de cambio aumentaron el 22,8 por ciento en pesos. Asimismo, las actividades que utilizan a la siderurgia como un insumo aumentaron los precios considerablemente por debajo de la misma, como la construcción (88,3 por ciento), automóviles (103,8 por ciento), productos metálicos de uso estructural (101 por ciento) y maquinarias de uso especial (96,8 por ciento)".

"El caso de la industria siderúrgica resulta emblemático para vincular los aumentos de rentabilidad con las modificaciones de los precios relativos en contextos de alta inflación. De allí que, en ausencia de regulaciones, Ternium, del Grupo Techint, logró más que triplicar su nivel de rentabilidad sobre ventas entre 2019 y la primera mitad de 2022", indica el informe.

En el caso aceitero, el componente costo ligado el principal insumo jugó de una manera diferente. Mientras que los cereales y oleaginosas subieron 119 por ciento en el período, movilizados por el fuerte incremento de los precios internacionales junto al avance en el tipo de cambio, el rubro de aceites y vegetales que fabrica la industria lo hizo en un 117 por ciento. A su vez, el aceite de girasol, subproducto de la industria, subió en el período un 115 por ciento; los alimentos balanceados, 102 por ciento y los productos de panadería, 112 por ciento. 

Rentabilidad

A nivel general, la actividad industrial registró en los últimos años una fuerte mejora de sus márgenes de ganancia, desde el 27,2 por ciento del valor agregado industrial al 36,2 por ciento entre 2017 y 2022. De hecho, medido en términos constantes, el excedente de explotación, que equivale a las ganancias del capital, subió un 62 por ciento en el período, cuando en el resto de la economía el incremento fue de 10,9 por ciento, calcula el Cifra. 

Dentro de ese cuadro, las grandes firmas formadoras de precios tuvieron lugares destacados. En el caso de Ternium Argentina (del Grupo Techint) elevó sus utilidades netas del 10,4 por ciento en 2019 al 34,6 por ciento de sus ventas en la primera mitad de 2022. En tanto, Molinos Río de la Plata (Grupo Pérez Companc) y Arcor (del grupo homónimo) pasaron de pérdidas de 3,1 por ciento a ganancias del 11,1 por ciento de sus ventas, y del 3,3 al 23,2 por ciento, respectivamente.