“¡Viva la educación pública! ¡Viva el Mariano Acosta! ¡Viva Raquel Papalardo!”, sonó a través de un altoparlante la voz de Eduardo López, secretario general de UTE. La respuesta, a coro, llegó por parte de los docentes, padres, alumnos y dirigentes políticos y gremiales que se convocaron frente a la puerta del Colegio Mariano Acosta, en un abrazo simbólico para pedir la restitución de la rectora que fue separada de su cargo tras denunciar la intromisión de la policía durante una actividad estudiantil.
“Soy mamá del colegio y me parece una aberración la forma de proceder de esta gestión. La persecución política que están haciendo es una vergüenza. Queremos a la directora en su cargo ya. Exigimos el respeto de toda la comunidad educativa. Dejen de atropellarnos”, opinó Cecilia Torino, que además firmó la petición que armaron los docentes y padres en la plataforma Change.org. “Porque defendemos la escuela pública y la democracia. Raquel Papalardo ha sido consecuente con eso. Que la reintegren ya!”, escribió también Leticia Guindi.
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le envió a Papalardo la cédula notificando la desvinculación del cargo. Con la edad para jubilarse cumplida, la docente ya había empezado los trámites y su idea era retirarse a fin de año. Sin embargo, las autoridades porteñas aceleraron su salida con un cese administrativo, que la despoja de salario y obra social hasta tanto se jubile.
Papalardo calificó la actuación del gobierno porteño como “un disciplinamiento”, ya que sucedió luego de que denunciara la intromisión de efectivos de la Policía de la Ciudad en el colegio para amedrentar a los alumnos en el marco de una clase abierta convocada por el centro de estudiantes en solidaridad con el reclamo de los docentes.
La directora había presentado su renuncia condicionada en noviembre de 2015. Esta figura implica que se mantiene el cargo mientras dura el trámite administrativo de recolección de documentos de la Anses para el trámite jubilatorio. A fines de 2016 ya había recibido sus papeles. En ese momento, Papalardo dirigió un escrito al Ministerio de Educación porteño, anunciando su salida del cargo con fecha del 31 de diciembre de 2017. Pero el gobierno apuró la salida y la desvinculó.
Además de padres, docentes y alumnos de la escuela, en la concentración de ayer al mediodía, sobre Urquiza al 200, participaron dirigentes gremiales y legisladores. Todos denunciaron la persecución política y pidieron la restitución de la rectora a su cargo.