El Gobierno australiano determinó aumentar el cupo máximo de inmigrantes que puede recibir el país en un intento de abordar la falta de trabajadores que supuso una crisis laboral en ese país.
La nueva medida fue anunciada por la ministra del Interior australiana, Clare O'Neil, quien detalló que 195.000 personas podrán ingresar al país cada año, 35.000 personas más que la cifra estipulada anteriormente, según lo informado por el diario The Sydney Morning Herald.
En esta línea, O'Neil explicó: "La escasez de habilidades en nuestro país es real. Y este no es un problema que afecte solo a las empresas y organizaciones, es un problema que afecta la vida cotidiana de todos los australianos".
Con el objetivo de acelerar este proceso, el Ejecutivo australiano destinará más de 23 millones de euros al Ministerio de Inmigración para eliminar la acumulación de solicitudes de visa pendientes que tiene el país.
De esta manera, la capacidad del personal aumentará en 500 puestos durante los próximos nueve meses, lo que permitiría avanzar en las casi 900.000 visas pendientes de revisión, según los datos recogidos por el mencionado medio.
Durante la pandemia, las autoridades australianas suspendieron la entrada de extranjeros, mientras que muchos titulares de visados, entre ellos los titulares de visados temporales y los estudiantes internacionales, se vieron obligados a retornar a sus países de origen tras ser excluidos de las ayudas gubernamentales para afrontar la crisis.
Cómo es la situación laboral en Australia
La falta de inmigrantes, que trabajan en sectores como la hostería o la sanidad, la recogida de frutas en las zonas rurales o el cuidado de ancianos, creó una fuerte escasez de trabajadores e impactó en el crecimiento demográfico de Australia, en donde uno de los problemas crecientes en el envejecimiento de la población.
La situación, que se agudizó por el absentismo vinculado por los contagios de covid-19, llevó al límite a muchos trabajadores, entre ellos, los enfermeros que tienen que trabajar hasta tres turnos por día, o en los aeropuertos, en donde los vuelos se retrasaron por la falta de personal de tierra.
Australia, con un 3,4 por ciento de desempleo (la tasa más baja en casi medio siglo) solía recibir a unos 190.000 inmigrantes permanentes en la década pasada, pero el gobierno redujo la cifra a unos 160.000 antes de la pandemia debido a los problemas que se registraban en las grandes ciudades como Sidney y Melbourne en el acceso a los servicios y la vivienda.