Después de diez años de investigación, científicos británicos especialistas en células madre crearon un embrión sintético de ratón que comenzó a formar órganos sin un esperma o un óvulo, según un estudio publicado el jueves pasado en la revista Nature.
"Nuestro modelo de embrión de ratón no solo desarrolla un cerebro, sino también un corazón que late y todos los componentes que conforman el cuerpo", dijo la autora principal del estudio, Magdalena Zernicka-Goetz, profesora de desarrollo de mamíferos y biología de células madre en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido.
"Es increíble que hayamos llegado tan lejos. Este ha sido el sueño de nuestra comunidad durante años y un enfoque importante de nuestro trabajo durante una década, y finalmente lo hemos logrado", indicó.
El artículo presentado en la revista especializada Nature el pasado 25 de agosto marca un importante avance y aborda un desafío que enfrentan los científicos al estudiar embriones de mamíferos en el útero.
Al observar los embriones en un laboratorio en lugar de en un útero, los científicos obtuvieron una mejor visión del proceso para saber por qué algunos embarazos pueden fallar y cómo prevenirlo.
Las primeras semanas tras la fecundación están formadas por estas tres células madre diferentes que se comunican entre sí para que el embrión pueda crecer adecuadamente, según el estudio.
"Muchos embarazos fracasan en esta época, antes de que la mayoría de las mujeres se den cuenta de que están embarazadas. Este periodo es la base de todo lo que sigue en el embarazo. Si va mal, el embarazo fracasará", dijo Zernicka-Goetz.
Pero en esta fase, un embrión creado mediante fecundación in vitro ya está implantado en la madre, por lo que los científicos tienen una visibilidad limitada de los procesos por los que pasa, explicó.
Cómo fue el procedimiento
En el útero, un embrión necesita tres tipos de células madre para formarse: una se convierte en el tejido corporal, otra en el saco donde se desarrolla el embrión y la tercera en la placenta que conecta a la madre con el feto.
En el laboratorio de Zernicka-Goetz, los científicos aislaron los tres tipos de células madre de embriones y las cultivaron en un recipiente inclinado para unir las células y fomentar la comunicación entre ellas. Día tras día, pudieron ver cómo el grupo de células se formaba en una estructura cada vez más compleja.
Hay consideraciones éticas y legales que abordar antes de pasar a los embriones sintéticos humanos, aclaró la titular de la investigación. Y debido a la diferencia de complejidad entre los embriones de ratón y los humanos, podrían pasar años antes de que los investigadores sean capaces de efectuar un proceso similar para modelos humanos, agregó.
"Pero mientras tanto, la información aprendida de los modelos de ratón podría ayudar a corregir tejidos y órganos defectuosos", destacó Zernicka-Goetz.
A corto plazo, los investigadores esperan utilizar estos llamados embriones para comprender mejor las primeras etapas del desarrollo y estudiar los mecanismos que subyacen a las enfermedades sin necesidad de tantos animales de laboratorio.
"Estamos sin duda ante una nueva revolución tecnológica, todavía muy poco eficiente pero con un enorme potencial", dijo Lluis Montoliu, profesor de investigación del Centro Nacional de Biotecnología de España que no forma parte de la investigación.