El juez federal de Garantías de Orán, Gustavo Montoya, dio por formalizada anteayer la imputación penal contra Braian Marcelo Barraza, miembro de la Policía de Tucumán, por transporte de estupefaciente agravado por haber sido cometido por un funcionario público encargado de la prevención, en este caso, del narcotráfico.

La imputación, instada por la Sede Fiscal Descentralizada de Tartagal, a cargo del fiscal federal Marcos Romero, alcanzó también a Nelson Adrián Moyano, quien iba junto a Barraza en el vehículo donde gendarmes encontraron más de 46 kilos de cocaína. En su caso, la acusación fue solo por el delito de transporte de estupefacientes.

Además de la calificación, el juez interviniente también accedió al pedido de prisión preventiva de la fiscalía para ambos acusados, y también concedió el plazo requerido para llevar adelante la investigación, y por último autorizó peritajes pendientes, entre ellos el análisis de los celulares secuestrados.

Barraza y Moyano son de Tucumán. En la audiencia el fiscal informó que su detención fue el sábado último a la madrugada en el puesto de control de Gendarmería Nacional en el paraje Senda Hachada, en la ruta nacional 34, a la altura del kilómetro 1375, en el norte de la provincia de Salta.

Los hombres iban en un automóvil Volkswagen Vento que arribó al puesto de control procedente de Salvador Mazza, en la frontera con Bolivia, y que era conducido por Barraza, quien se identificó como integrante de la Policía de Tucumán.

Al revisar la documentación del vehículo los gendarmes advirtieron que no estaba en regla; ninguno de los dos ocupantes era el titular del auto, que estaba registrado en el partido de González Catán, en la provincia de Buenos Aires.

En el baúl del automóvil los gendarmes advirtieron un equipo de sonido con un bafle de grandes dimensiones que presentaba señas de haber sido acondicionado recientemente; entonces, luego de informar al auxiliar fiscal Rafael Lamas, trajeron un perro antinarcóticos, que marcó el sector donde estaba el equipo de sonido y el asiento trasero. Usaron entonces un scanner que también reveló la existencia de objetos extraños en el bafle.

Cuando lo abrieron, encontraron 45 paquetes de droga, que totalizaron una cantidad de 46 kilos con 680 gramos de cocaína. Consecuentemente, Barraza y Moyano fueron detenidos y les secuestraron sus teléfonos celulares, entre otros elementos de interés.

El fiscal Romero respaldó la acusación con las evidencias reunidas hasta ahora, entre ellas prueba documental y entrevistas a gendarmes y a testigos del procedimiento, con lo cual dio por acreditado el delito, aunque señaló que resta determinar de manera más fehaciente, el rol de cada uno de los acusados.

En función de ello, solicitó la prisión preventiva, que fundó en la gravedad del hecho, el riesgo de fuga y el entorpecimiento de la investigación que podrían causar los imputados si quedaran en libertad. También señaló que en caso de que sean condenados, la pena sería de ejecución efectiva.

Barraza se abstuvo de declarar y Moyano intentó tomar distancia de la carga de droga. Afirmó que ambos habían salido de Tucumán con destino a la zona de frontera con el fin de adquirir mercadería y que, sin embargo, no hallaron nada que les llamara la atención, por lo que emprendieron el regreso, y que nunca supo de la existencia de la droga. Sin embargo, el juez Montoya coincidió con los argumentos de la fiscalía.