"Hay un pibe al que le encanta rapear en su pabellón." Alan Swiszcz escuchó esa frase en boca de un alumno mientras daba clases de Sociología en el Centro Universitario Devoto (CUD), un espacio educativo perteneciente a la UBA dentro de la cárcel de Devoto. Y como Alan también es músico, el comentario le generó intriga y quiso conocer al pibe que lograba que sus días entre muros transitaran de una manera más liviana.
El artista en cuestión era Cristopher Schaerer (a.k.a. CRISTOFER), un rapero y cantante sensible que también ensayaba con su banda de cumbia en el taller de música del penal. A Alan le propusieron grabarlo. "Pero primero tenía que hacerme cargo del taller y quedar como profe", cuenta quien también es abogado y trabaja en un organismo de Derechos Humanos para prevenir la violencia en las cárceles.
El taller era muy sencillo: consistía en una banda de música que ensayaba, y CRISTOFER era el cantante. "Cuando termina el semestre en el taller, logro grabarlo y empiezo a tratar de ver si había otros raperos que estuvieran presos. Entonces, me pasan el contacto de un rapero uruguayo y a partir de ahí empiezo a descubrir que en todas las cárceles había pibes que rapeaban."
Ese fue el origen del proyecto Hip Hop en Cárceles, que desde 2017 realiza un relevamiento de raperas y raperos privados de su libertad con el objetivo de grabarlos en ese contexto. El resultado de ese trabajo social, creativo y artístico es el disco compilado El Otro Lado de la Reja, que ya cuenta con dos canciones y espera nuevos lanzamientos.
► Los muros insonorizados
El primer single que salió fue Candados, una canción de amor justamente creada por CRISTOFER y grabada en Devoto. "En ese momento había un taller de radio de los pibes de FM La Tribu y nos prestaron un micrófono, porque en la cárcel no nos dejaban entrar uno", cuenta Alan, también productor del disco bajo el seudónimo SZCZ. "Esa grabación está re buena, porque se escucha todo el sonido ambiente. Devoto es una cárcel muy ruidosa, los presos hablan y gritan y eso quedó registrado."
El segundo volumen llegó desde el otro lado del charco: MC Mafia grabó la picante Cambiar el mundo mientras estaba detenido en la Unidad N° 6 de Punta Rieles, Montevideo, Uruguay. "Todas las grabaciones se hacen en la cárcel. En cada una son distintas las chances de poder entrar un micrófono y las condiciones de ruido. Entonces, cada grabación es muy diferente. Por eso, después de conocer a los pibes, parte del laburo es pensar cómo hacer para grabar ahí", explica Alan.
"La idea no es ocultar que es una grabación hecha en la cárcel; al contrario, la intención es visibilizar qué ocurre dentro de los muros", precisa. "En general el problema de la cárcel es que nadie se entera lo que pasa dentro. Porque a nadie le interesa demasiado lo que ocurre ahí, ni tampoco escuchar lo que las personas presas tienen para decir. Tienen cosas muy zarpadas para decir porque tuvieron una experiencia de vida muy particular."
YouKilla es un rapero, productor y compositor versátil oriundo de San Martín. Cuando estuvo preso en la Unidad N° 48 de José León Suárez grabó varias canciones en el Cusam, una sede de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). En ese espacio había consolas, una placa de sonido y una computadora para grabar. "Pero estaba medio abandonado. Empecé a usar las cosas, a darle vida. Y me armé todo ahí y me puse a investigar", recuerda YouKilla. Fue ahí donde se conocieron con Alan.
"Estuve muchos años ahí, y nosotros adentro estamos acostumbrados a que la gente venga, te haga promesas falsas y se vaya a la mierda sin ayudarte", cuenta YouKilla. "Entonces, vino Alan y yo le puse los puntos: 'si vas a ayudar, nosotros te recibimos y te abrimos las puertas del lugar'. Porque hay gente que te pide el número y después ni siquiera te llaman. Pero con Alan construimos una relación de amistad. Pegamos una re cabida y fuimos a grabar allá."
La música de YouKilla tiene un fuerte componente de hip hop vieja escuela, pero se mezcla con naturalidad con la cumbia, el reggaetón y las baladas de amor. Si bien en su canal de YouTube ya tiene varios videos publicados, el 16 de septiembre lanzará su canción para Hip Hop en Cárceles, Atrapado. Y este mes también saldrá un single del rapero Vicente y la cantante Laura Arias, Una canción.
► Un micrófono abierto
"Ahí dentro necesitás hacer algo para canalizar, porque hay mucha violencia en la cárcel y tenés que luchar contra todo eso", cuenta YouKilla. "Y el hip hop fue hecho para reclamar por las cosas. Hace dos años estoy en libertad y hago canciones de todo tipo ahora, no solo de protesta, sino también otras más personales."
Alan recuerda que el taller de música en Devoto era un espacio ideal para hacer catarsis y descargar energía. Todos querían participar y cantar. "Había una cosa súper liberadora. Y un nivel de entusiasmo para cantar los temas que era muy hermoso y que no me resultaba tan familiar. No es la dinámica que tienen en general los ensayos en situación de libertad", expone.
"De antemano yo imaginaba que los temas de rap en cárceles iban a ser todos de protesta, con letras bien políticas. Pero no me encontré con eso. Algunos temas sí tienen crítica social, pero otros simplemente hablan de historias de amor o historias en las que no aparece la cárcel ni la violencia. A veces la música puede ser una vía de libertad para un montón de personas que están todo el día encerradas, con el nivel de opresión que implica una cárcel."
YouKilla y Alan coinciden que la música en este contexto es una oportunidad. El año que viene el rapero viajará a la Universidad de Cambridge, en Londres, en el marco de un programa vinculado a arte y encierro. "Hay que incentivar a los que salen en libertad porque no se consigue laburo ni nada", resalta YouKilla. "Adentro no pasa nada. Hacés música pero nadie la escucha. Por eso está bueno que alguien dedique su tiempo para ayudar a otros." De hecho, él mismo está dando un curso de rap los miércoles en un centro juvenil de la villa Lanzone, "con chicos y chicas con problemáticas familiares".
--¿Por qué el hip hop como herramienta y lenguaje para este proyecto?
Alan: El hip hop es un género musical históricamente vinculado a los sectores populares, y de hecho en los '80 y '90 muchos de raperos yanquis pasaron por la cárcel como consecuencia de la realidad de las poblaciones negras de Estados Unidos. En las cárceles argentinas hay muchos pibes que rapean desde chicos, desde mucho antes del boom del trap y el freestyle. Es un lenguaje que les es cada vez más cotidiano: "Me busco una pista en Internet, escribo una letra y me grabo con el teléfono". En cambio, hacer un tema de rock requiere otros recursos, otros espacios.