"Mi decisión de ser precandidata presidencial tiene que ver con la lucha por el cambio profundo, contra el kirchnerismo que ha arruinado la cultura del trabajo y la educación." Con esas palabras, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, blanqueó lo que ya todos sabían: que competirá por la Presidencia no importa quién se presente (incluso si Mauricio Macri decide ir por un segundo tiempo). En su entorno, negaron que sea una jugada forzada por las encuestas o por la campaña de su adversario Horacio Rodríguez Larreta -a quien ubican en una suerte de paridad- y advirtieron que nada cambió: Bullrich seguirá de campaña, sobre todo, por la provincia de Buenos Aires, como hasta ahora. Y cada vez más decidida a jugar a fondo hacia 2023.
La presidenta del PRO hace tiempo que está completamente lanzada a una campaña presidencial, sin tener que estar diciéndolo todos los días. Incluso, en un momento le preguntaron si se presentaría a las PASO si Macri es candidato y no dijo que no. La dirigente llegó a la presidencia del PRO puesta a dedo por el ex mandatario, pero se ha ido autonomizando de él, poco a poco. Y sobre todo, después de que Macri le soltara la mano el año pasado en la negociación con Larreta por las candidaturas en la Ciudad de Buenos Aires. Bullrich quería ser candidata y capitalizar los votos porteños, pero el jefe de gobierno de CABA le cortó la jugada con una postulación de María Eugenia Vidal. Y, tras una serie de negociaciones tensas, logró que Bullrich se bajara. Pesó en eso que Macri no jugó por ella, sino que se tomó literalmente un avión a Europa y puso un mar de distancia con la interna.
Por eso, hace tiempo que Bullrich juega para Bullrich. Presentó su equipo de gobierno, con Luciano Laspina en economía, e inició conversaciones con el radical Alfredo Cornejo con la idea de que sea su compañero de fórmula. El siguiente paso lógico era anunciar con todas las letras sus intenciones y ahora lo ratificó: "Mi decisión de ser precandidata presidencial tiene que ver con la lucha por el cambio profundo, contra el kirchnerismo que ha arruinado la cultura del trabajo y la educación", aseguró.
La frase no generó demasiado revuelo en el larrestimo, donde saben de sobra las intenciones de la presidenta del PRO. No obstante, Larreta no perdió las esperanzas de lograr, como en 2021, que finalmente deponga sus ambiciones. Su principal argumento es que la UCR va a consensuar un único candidato y que el PRO, en ese escenario, no puede ir dividido, porque es ir a la derrota. Hoy no parece posible, no obstante, que el jefe de gobierno porteño la convenza de no competir.
¿Por qué Bullrich blanqueó ahora su candidatura? "Por nada en particular", dicen en su entorno, donde destacan que hace tiempo que está sobre la mesa su intención de presidir la boleta de Juntos por el Cambio y de pelear en las PASO con quien se presente. "Nada cambió. Va a seguir haciendo lo que estaba haciendo", advirtieron. Esto es, principalmente, recorrer la provincia de Buenos Aires.
De sus recorridas de campaña, el 80 por ciento son hoy en territorio bonaerense, mientras que el otro 20 por ciento se lo dedica al resto de las provincias. Su objetivo es seguir mostrándose en contacto con los vecinos. Por eso, este jueves estuvo en una recorrida en Escobar y seguirá con más distritos bonaerenses en los próximos días.
Atenta a las encuestas y a lo que cree que la beneficia ante su electorado, Bullrich fue de las pocas que no condenó el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, lo que le valió fuertes discusiones con la Coalición Cívica. En su raid mediático, siguió insistiendo con que la violencia está del lado del peronismo: "Los angelitos del amor ya amenazaron con que si Cristina es condenada van a romper todo, pero estoy convencida de que hay un pueblo alerta que no va a permitir que rompan todo", dijo.
Sobre el atentado, volvió a decir que fue "un lobo solitario o una pareja, no un grupo político" y cuestionó al Gobierno sin repudiar nada: "Frente a la gravedad de los hechos, viendo la bajeza del Presidente al plantear que los instigadores del hecho eran la prensa, la oposición y la Justicia, yo salí con una posición muy clara: el Presidente responde con una extrema radicalización y politización de los hechos'". Dijo que esto pasó "ante la gravedad" de lo ocurrido, "de lo que le pasó a la vicepresidenta", pero no dio detalles de por qué no lo repudió.