Luisa no sale de la angustia. Desde el mediodía del miércoles, cuando una agente de policía le disparó a su hijo de 33 años, dice que le falta una parte de su corazón. Es madre de 11 hijos y abuela de una decena de nietes: dos por parte de Maximiliano Lucero. El muchacho, que trabajaba en un carrito de hamburguesas, falleció en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde llegó tras haber sido baleado en la cabeza, en la cuadra de Caracas y Matheu, en barrio Nuevo Alberdi, durante una discusión. Por el caso, la agente de policía Antonela O. fue detenida -junto a su marido que ayer quedó en libertad- y hoy será imputada por el fiscal Gastón Álvila en el Centro de Justicia Penal. Tras una reunión en la Fiscalía, donde fue acompañada por representantes de la Multisectorial contra la Violencia Institucional, la mujer juntaba fuerzas ayer al mediodía para ir al cementerio, donde sería despedido Maximiliano. "El fiscal me explicó la situación de la causa. Esta mujer está como autora del disparo, aunque el esposo de ella se quiere hacer cargo, y ella misma lo inculpa. No quiero un inocente preso, yo quiero al culpable. Mañana será la audiencia imputativa (por hoy) para la policía. El esposo va a quedar libre. El fiscal me lo preguntó y yo estuve de acuerdo. Ella dijo que está arrepentida, que fue una locura, pero es policía y sabe tirar. Lo ejecutó a mi hijo. No le dio en la pierna, un brazo. Le apuntó a la cabeza", dijo la mujer en Canal 3.