Cuatro personas fueron detenidas acusadas de participar de maniobras en el puerto de Rosario para contrabandear casi 1.500 kilos de cocaína desde el puerto local en contenedores cargados de maní que fueron detectados en puertos de Brasil y Países Bajos. Se trata de Terminal Puerto Rosario que maneja la firma Vicentin. Una interrupción de cuatro minutos en las cámaras de seguridad, el ingreso de dos camiones que no realizaron “ninguna maniobra operativa aduanera” y el movimiento del contenedor a un “punto ciego”, que no fue informado por la concesionaria de las terminales portuarias; constituyen las claves de la investigación fiscal que determinó la salida de 538 kilos de cocaína de esta ciudad santafesina secuestradas en Santos, Brasil. Así se desprende del dictamen elaborado por el fiscal federal rosarino Claudio Kishimoto junto al titular de la Procuraduría contra el Narcotráfico (Procunar), Diego Iglesias, y su auxiliar Matías Scilabra, quienes además determinaron que los precintos del contenedor que transportaba la droga fueron cambiados o adulterados. Los pesquisas secuestraron además 16 teléfonos celulares, desde donde esperan extraer información que permita ascender en la pirámide de responsabilidades. "Esto recién comienza" le confió a Rosario/12 un alta fuente de la investigación, quien prefirió no descartar algún nivel de complicidad empresaria en el tema.    

Si bien el tráfico se produjo entre fines de junio y principios de julio, la maniobra se descubrió días atrás y los arrestos se efectivizaron este miércoles, 14 días después de otro procedimiento realizado en la ciudad de Rosario, donde se secuestraron unos 1.600 kilos de la misma sustancia que iban a ser trasladados a España y presumiblemente desde allí a Dubái, en Emiratos Árabes Unidos.

Los pesquisas investigan si ambas operaciones de contrabando tienen vinculación con la misma organización, ya que presentan varios puntos en común, entre ellos que los contenedores con la droga partían del puerto de Rosario para ser trasladados por la Hidrovía del Paraná y que parte de los envoltorios de cocaína estaban envueltos con papeles de la firma "Louis Vuitton".

Los procedimientos fueron realizados  el miércoles por las fuerzas de seguridad federales en la terminal portuaria por orden del juez Federal Carlos Vera Barros, a pedido del fiscal Federal 2 de Rosario, Claudio Kishimoto, y del fiscal titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), Diego Iglesias.

Tres de los detenidos, dos transportistas y dos empleados que operan el puerto rosarino, fueron indagados ayer. Se trata de Rodrigo Larrea, Marcos Fernández, Gonzalo Pacheco, Pablo Castricini y Marcelo Maldonado. También se allanó el domicilio de Fernández en calle Aristóteles 219 bis de Rosario a quien se le imputó ademas por la tenencia de 7 gramos de cocaína,  y el de Pacheco ubicado en Nahuel Huapi 4468, depto 1, Torre 44 de Rosario. Fernández es el único que no declaró y lo haría hoy.

"Los detenidos presuntamente usaban puntos ciegos en el puerto de Rosario para evadir los controles e introducir la droga sin ser detectados", dijo el fiscal federal Claudio Kishimoto.Todos quedaron detenidos hasta que el magistrado resuelve su situación procesal, añadieron los informantes. Además, explicaron que hay un quinto involucrado prófugo y que no se descarta que en con el correr de la pesquisa se resuelva llevar a cabo más detenciones.

El primero de los cargamentos fue interceptado en el puerto de Santos, Brasil, cuando las autoridades locales se percataron con el uso de scanner que en un contenedor que había sido embarcado en Rosario y había hecho una escala en la ciudad bonaerense de Zárate, estaba cargado con 568 kilos de cocaína ocultos en un cargamento de maní.

Mientras los investigadores trabajaban sobre ese contrabando con el fin de establecer cómo se produjo, fueron alertados sobre el arribo de otro cargamento detectado en el puerto de Rotterdam, que también había partido de Rosario en una exportación rumbo a Países Bajos con 866 kilos de cocaína.

De la pesquisa, que incluyó filmaciones, declaraciones y demás análisis, surgió que los contenedores con las cargas de maní habían sido “contaminados” en el puerto de Rosario, donde se detectaron maniobras sospechosas de trabajadores, entre ellas momentos en que las cámaras de seguridad dejaron de funcionar con el presunto fin de garantizar la operatoria sin despertar sospechas.

"La maniobra se llama Rip-Off. Es el embarque de mercadería ilegal en una destinada legalmente a exportarse", explicó el fiscal Kishimoto, al hacer referencia a la contaminación de la carga original. Para el funcionario federal, "la maniobra es típica de películas" y "usaron el cargamento de maní como pantalla". Para el fiscal "toda la maniobra estaba muy bien organizada por lo que hay -además de los cuatro detenidos- bastantes personas implicadas y también hay prófugos".

Los investigadores tambien hicieron saber que hay pruebas importantes en la causa por lo que los detenidos podrían ser acusados formalmente de integrar una organización ilícita dedicada al contrabando de exportación de sustancias estupefacientes desde la Argentina con destino a los Países Bajos, bajo la modalidad Rip-Off.

Según la investigación, la carga de maní que tenía destino final el puerto de Países Bajos, salió el 28 de junio último del puerto de Rosario, llegó al día siguiente, el 29, al puerto bonaerense de Zárate y el 5 de julio arribó a bordo del buque Maersk Bermuda al puerto Santos, en Brasil donde fueron detectados 568 kilogramos de cocaína.

Dentro de los contenedores se secuestraron bolsos negros con paquetes de droga con logos de “Louis Vuitton” y “Supreme”, similares a los encontrados en un galpón del barrio Empalme Graneros, ubicado en la zona norte de Rosario, el 26 de agosto pasado, cuando se incautaron 1.658 kilos de cocaína.

Posteriormente, siempre según la investigación, en idénticos bolsos negros que los detectados e incautados en Brasil, fueron hallados en otros contenedores que llegaron al puerto de Países Bajos 866 kilos de cocaína que fue secuestrado en dos etapas: 361 kilos estaban en un parque empresarial de Rotterdam, dentro de un cargamento de maní, y los restantes 505 kilos fueron incautados por personal de Aduana de ese puerto europeo.

El contenedor en cuestión

La más de media tonelada de cocaína secuestrada el 5 de julio en el puerto brasilero de Santos fue “contaminada” en el Puerto de Rosario en una carga de maní proveniente de la localidad cordobesa de General Deheza, según los fiscales que investigan el caso. El contendedor identificado como MSKU1505076 salió desde la aduana cordobesa de General Deheza el 21 de junio y llegó el mismo día a Terminal Puerto Rosario (TPR) –empresa concesionaria de los muelles locales- a las 14.20, consta en la documentación oficial. El 28 de junio fue cargada “a bordo del buque portacontenedores ‘MAERSK BERMUDA’, con destino al puerto de Santos (Brasil) previa escala en el puerto de Zarate (Campana, Argentina)”, sostiene el dictamen de los fiscales.

De acuerdo a la pesquisa, TPR indicó en el informe de trazabilidad de la carga que el contendedor estuvo “durante toda su estadía en la plazoleta en el mismo lugar hasta su embarque definitivo”. Se trata de plazoleta fiscal de contenedores de TPR.

Sin embargo, la revisión de las cámaras de video permitió comprobar que “esa afirmación no coincide con lo observado en los registros fílmicos de la Terminal por la Dirección General de Aduanas”. Un informe del organismo afirma que el contenedor “tiene dos movimientos internos” el 22 y el 24 de junio.

Para los investigadores, la noche del 24 fue cuando se colocó la droga en el contenedor de maní. “A las 22:47 es retirado de ese lugar y llevado a un lugar ubicado entre las calles 2 y 3. El contenedor queda en un punto donde no es tomado por las cámaras fiscales”, dice la investigación.

A las 23:10 se observa el ingreso de tres camiones a la plazoleta fiscal de los cuales dos quedan en inmediaciones del portón de ingreso y el otro se dirige al lugar donde estaría ubicado el MSKU1505076.

Ninguno de los tres realiza “ninguna maniobra operativa aduanera” y dos quedan como presuntos “campanas”. El dictamen señala que uno de los camiones “permanece durante 20 minutos en ese lugar y posteriormente se retira junto con los otros dos”.

El vehículo de carga fue identificado con la patente ELV357 y conducido por Rodrigo L., que indagado hoy por contrabando de estupefacientes en el Juzgado Federal 3 de Rosario.

Pero además, de la investigación surge que “entre las 22.48 horas hasta las 22.52 se interrumpió el registro fílmico y cuando este se reinició se observó el camión en cuestión estacionado metros antes del portón de ingreso a la Terminal”.

Los pesquisas creen que en ese momento se introdujo la droga en la carga lícita de maní que estaba en el contenedor, y también investigan a empleados de la empresa Avipar, que brinda servicios tercerizados para TPR en las garitas de seguridad del puerto.

Otro elemento que para los fiscales demuestra que la cocaína fue introducida al contenedor en el Puerto de Rosario es la manipulación o cambio de los precintos. Un informe de Aduana comparó las fotografías que se tomaron al ingresar el contenedor al puerto y al momento de ser embarcado, y arrojó diferencias. “El análisis efectuado muestra una discrepancia entre los precintos del contenedor entre el ingreso a la terminal y la salida, lo que abona a la hipótesis de que el contenedor pueda haber sido contaminado en su interior antes de la carga en el buque en el que fue finalmente exportado”, señala el dictamen fiscal.

De acuerdo a la investigación, los mismos camiones y sus choferes están involucrados en otro envío de cocaína a Rotterdam, secuestrada en esa localidad de los Países Bajos, que transportó 866 kilos de droga en los contenedores CAIU8819455 y MEDU8752136. La exportación salió de Rosario unos días después de la anterior, el 3 de julio pasado.