Los resultados del muestreo realizado en distintos puntos de la cuenca del río Pilcomayo, tomado en agosto pasado, no muestran variaciones significativas respecto de los valores que hubo en el informe que le antecede, realizado en mayo.
En el medio, entre el 22 y 23 de julio pasado, el colapso de un dique de colas minero de Agua Dulce, en Potosí, Bolivia, había generado preocupación por la posible contaminación de un afluente de la zona que desemboca en la cuenca del río Pilcomayo.
Salta/12 pudo acceder al último informe preliminar de la Comisión Trinacional para el Desarrollo de la Cuenca del Río Pilcomayo que apunta al análisis físico químico de las aguas con valores sobre el pH (coeficiente que indica la acidez), oxígeno y turbiedad, entre otros. Sin embargo, no pudo tener acceso al informe que analiza los resultados de la existencia de metales pesados en las aguas del río.
Aunque el secretario de Ambiente de la provincia, José Aldazábal, informó a este medio que tampoco se vieron variaciones significativas en los valores de metales pesados respecto de informes anteriores.
Detalles que surgen de los análisis indican que hay puntos del muestreo que pueden ser comparados con los de mayo. Pero otros que, al ser nuevos y delineados tras lo acontecido con el colapso del dique de minas, son nuevos y por lo tanto no tienen punto de comparación.
“Se está elaborando un informe desde (la Secretaría de) Recursos Hídricos. Pero los valores indican que no habría grandes variaciones en los valores”, dijo Aldazábal al sostener que están ya hechos los informes tanto físico-químicos, así como los que analizan la presencia de metales pesados. Estos fueron comparados con los valores que aparecen en las reglamentaciones de los tres países que recorre la cuenca del Pilcomayo: Argentina, Bolivia y Paraguay.
Mientras tanto, Aldazábal indicó que los funcionarios de las áreas de Salta y Formosa (provincias por donde cruza el río), junto a representantes del Ministerio de Ambiente de la Nación, conformaron una mesa de trabajo con el fin de analizar la biótica de los peces, a través del estudio de los tejidos. A ello sumarán puntos de muestreos sobre el trayecto del río para continuar con los trabajos de evaluación que correspondan sobre la condición de las aguas ya en la Argentina.
El funcionario sostuvo que con anterioridad se hicieron análisis similares a los que ahora quieren coordinar de mejor manera. Afirmó que en aquellos resultados no se detectó la presencia de contaminación en los peces.
Los trabajos serán coordinados por el área de Pesca del Ministerio de Ambiente, dado que se deben analizar la fauna ictícola según su procedencia sea de aguas abajo o de aguas arriba.
Una contaminación instalada
Tras la lectura del informe físico-químico, especialistas en el tema y conocedores del comportamiento del Pilcomayo, coincidieron en que según los resultados que se pueden comparar, no hay variaciones significativas. Pero señalaron que eso puede derivar en dos lecturas: que no hubo contaminación, o que en realidad la contaminación ya está instalada desde antes y el colapso del dique de colas no la agravó.
En este sentido pusieron de ejemplo que el nivel del pH de la estación Colavi, ubicada en la cuenca alta cercana al río Potosí, tiene valores que indican que es muy ácido, tanto en el informe de la Comisión de mayo, como en el de agosto. Y esto sería consecuencia de la actividad minera. A medida que las aguas bajan, los valores del pH se van normalizando.
Los especialistas interpretaron que estos podrían estar mostrando que existen filtraciones de los diques de cola o derrames directos sobre la cuenca de los ríos que son afluentes del Pilcomayo, pero que no se estarían denunciando, lo cual “es grave”, sostuvieron. Sin embargo, aguas abajo los valores empiezan a normalizarse, es lo que surge de los valores detectados en los muestreos.