"Es algo con lo que nunca soñás". Las palabras pertenecen a Emanuel Ginóbili, que este sábado cumplirá un sueño que nunca soñó: por su brillante carrera, el bahiense ingresará al Salón de la Fama del Básquetbol, un acontecimiento que marca la dimensión y el impacto que tuvo el astro argentino en un ambiente tan hostil y de difícil acceso como la NBA.
La ceremonia en la que Ginóbili quedará inmortalizado para el mundo del básquetbol comenzará a las 20 en el James Naismith Basketball Hall of Fame de la ciudad de Springfield, en el estado de Massachusetts. El bahiense tendrá como padrino a Tim Duncan, su compañero en San Antonio Spurs, y será galardonado junto a otras glorias del deporte estadounidense como Tim Hardaway y Swim Cash y a los entrenadores George Karl y Bob Huggins.
Ginóbili estará acompañado por su esposa, Marianela, y sus tres hijos, aunque no estarán sus padres, Jorge y Raquel, quienes permanecerán en Bahía Blanca. Tampoco acudirá su hermano Sebastián (actual DT de La Unión de Formosa en la Liga Nacional), pero sí lo hará Leandro. Algunos excompañeros del seleccionado que participarán del agasajo como Luis Scola, Andrés Nocioni, Juan Ignacio ‘Pepe’ Sánchez y Fabricio Oberto, con quienes consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Entre los invitados también estarán dos entrenadores que lo marcaron en su carrera, como Julio Lamas, el primero que lo convocó a la Selección mayor, y Oscar "Huevo" Sánchez, el que lo hizo debutar en la Liga Nacional con Andino de La Rioja.
Como lo dijo siempre a lo largo de su carrera, el campeón olímpico valoró la distinción individual y el significado que tiene en ser el cuarto latinoamericano en ingresar al Salón de la Fama, pero colocó el premio como un tributo a sus compañeros. "No hubo ningún premio individual que yo no lo haya tomado como un logro de equipo, desde el de sexto hombre a los All-Stars. Cada vez que se dio fue porque mi equipo se destacó, y esta no es la excepción. Si yo estoy acá es exclusivamente porque San Antonio Spurs ganó cuatro títulos, porque la Selección ganó medallas. Si yo estoy acá es por los méritos de mis equipos", remarcó Ginóbili en la rueda de prensa de este viernes, previa a la ceremonia.
Sin embargo, el bahiense dejó en claro que no se trata de una distinción más, ya que significa haber entrado al olimpo del básquetbol norteamericano. "No creo que haya logro o reconocimiento más grande en nuestro deporte, después de esto no hay nada más", valoró el argentino, que igualmente tuvo momentos para mostrar su sentido del humor.
El respeto que se ganó, la valoración que le dio al puesto de sexto hombre o el haber patentado un movimiento -el Eurostep- podrían considerarse su mayor legado en el deporte, pero el argentino tuvo una respuesta que desató la risa de todos los presentes: "Mi mayor legado será lo del murciélago, imposible de superarlo. Vos ponés mi nombre en YouTube y lo primero que te sale es lo del murciélago", respondió en referencia a aquel partido ante Sacramento en 2009, cuando golpeó en el aire al animalito que revoloteaba por el AT&T Center. Igualmente, la dimensión de su legado quedará bien reflejada este sábado en Springfield.