A menos de un mes de las elecciones presidenciales, un seguidor del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, mató a puñaladas a un simpatizante del exmandatario y candidato Luiz Inácio Lula da Silva. "Lo que llevó al crimen fue una opinión política divergente; la víctima estaba defendiendo a Lula, y el autor, defendiendo a Bolsonaro", explicó el comisario de la Policía Civil Victor Oliveira. 

El crimen ocurrió en el estado de Mato Grosso y, tras conocerlo, Lula lo repudió a través de sus redes sociales. "La intolerancia tomó otra vida. Brasil no merece el odio que se ha instaurado en ese país", condenó el candidato a presidente y envió sus condolencias a la familia de la víctima.

El hombre asesinado fue indentificado como Benedito Cardoso Dos Santos, de 44 años, mientras que el asesino fue Rafael Silva de Oliveira, de 22 años. Los dos trabajaban juntos cortando leña en la zona rural de Confresa. Según el informa policial, Dos Santos golpeó a Oliveira en el rostro y, luego, tomó un cuchillo, pero el bolsonarista reaccionó, le quitó el arma blanca y lo persiguió para matarlo.

Luego del crimen, Oliveira escondió las armas del crimen y fue caminando un hospital para atenderse por un corte en la mano y otro en la cabeza, diciendo que había sido víctima de un robo.


Sin embargo, por la inconsistencia de sus versión, fue llevado a declarar a una comisaría policial donde confesó el crimen y fue detenido acusado por homicidio. La organización Human Rights Watch (HRW), por su parte, pidió que todos los aspirantes a la presidencia de Brasil condenen de forma enérgica la muerte del trabajador.

En julio pasado, un policía había irrumpido en una fiesta de cumpleaños gritando consignas a favor de Bolsonaro y mató a tiros a un dirigente del partido del Lula en un club social de Foz de Iguazú, estado de Paraná, en la frontera con la provincia de Misiones.