La exministra, excandidata presidencial y exsenadora brasileña Marina Silva brindó su apoyo en las elecciones presidenciales del 2 de octubre al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para ganar la votación, en las que enfrentará al actual presidente, Jair Bolsonaro.
En un acto conjunto, Silva dijo que la candidatura de Lula es "en este momento crucial" de la historia brasileña, la que "reúne las mayores y mejores condiciones para derrotar a Bolsonaro y la malvada semilla que el bolsonarismo está plantando" en la sociedad brasileña.
Silva, quien es candidata a diputada por el partido ecologista Rede Sustentabilidade, dijo que manifiesta su apoyo a Lula "de forma independiente". La formación que integra se integró en abril a la alianza que respalda al expresidente, pero en ese entonces informó, en un acto sin la presencia de Silva, que la posición reflejaba la "mayoría" de las opiniones internas.
El anuncio de Silva fue este lunes en una conferencia de prensa junto a Lula, el candidato a vicepresidente Geraldo Alckmin y la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann. Antes, el domingo, ambos habían mantenido una reunión en la que la exsenadora le entregó al candidato un documento con varios puntos a tener en cuenta en materia medioambiental.
Implementar una "política ambiental transversal e integrada", "crear la Autoridad Nacional de Seguridad Climática", "recomponer y ampliar los cuadros técnicos" de las instituciones abocadas a este tema, "retomar y actualizar los planes de prevención y control de la deforestación de la Amazona" y limitar el uso de agroquímicos son algunos de los puntos planteados en el documento.
Lula celebró el "reencuentro"
"El programa que nos presenta Marina es osado en un momento en que Brasil precisa encarar mucho más en serio la cuestión ambiental", consignó Lula este lunes al referirse al documento entregado por su exministra. "Tenemos que convertirnos en protagonistas internacionales, la Amazonia tiene que ser estudiada por científicos, bajo la soberanía de Brasil", resaltó a través de su cuenta de Twitter.
Haciendo referencia al distanciamiento entre ambos, que se extendió por más de una década, Lula señaló: "Tomamos decisiones en la política que no siempre hacen que nuestros caminos se encuentren, pero en algunos momentos de la historia existen reencuentros como el que ocurre hoy con la compañera Marina".
El favorito a ganar las elecciones indicó que esto ocurre por "el momento político" que vive Brasil: "La gente está viendo que nuestra democracia se está escurriendo entre nuestros dedos. La presencia de Marina con nosotros es una demostración de que la democracia puede ser ejercida incluso cuando hay diferencias".
El quiebre entre Lula y Silva
Trabajadora desde los 10 años y alfabetizada recién a los 17, Marina Silva se involucró desde su juventud en la actividad sindical y en 1986, a los 28 años, se afilió al Partido de los Trabajadores. Después de ser electa edila (1988), diputada estadual (1990) y senadora (1994 y 2002), en 2003 llegó al Ejecutivo como ministra de Medio Ambiente en el primer gobierno de Lula.
Como responsable de la política medioambiental Silva vivió momentos de tensión con los titulares de otros ministerios a la hora de definir el equilibrio entre el cuidado del medio ambiente y las necesidades de desarrollo que tenía Brasil en ese momento. Varios de esos choques fueron con quien era entonces otra de las ministras de Lula, Dilma Rousseff, primero titular de Minas y Energía y después ministra de Presidencia (equivalente a la jefatura de gabinete).
En 2007 Silva llegó a decir que "el debate entre la conservación del medio ambiente y el desarrollo es un falso dilema" y que "no es posible abogar por el desarrollo sin promover la conservación ambiental". Un año después dejó su cargo de ministra y regresó al Senado, con una carta en la que denunció la falta de apoyo por parte del gobierno a la política ambiental. Solo unos meses más tarde Lula eligió a Rousseff como su sucesora, un cargo para el que también habría tenido en cuenta a Silva.
Las elecciones de 2010, 2014 y 2018 tuvieron a Silva como candidata a la Presidencia por tres partidos políticos diferentes. En las dos primeras se posicionó tercera, consiguiendo 19% y 21% de los votos respectivamente, y asumió posturas diferentes para la segunda vuelta: en 2010 dijo que no respaldaría a ninguno de los candidatos, mientras en 2014 optó por el opositor de Rousseff, Aécio Neves, quien perdió las elecciones.
En su tercer intento de convertirse en presidenta, en 2018, Silva quedó octava con 1% de los votos, y para el balotaje dio un apoyo crítico al candidato del Partido de los Trabajadores Fernando Haddad, quien fue superado por Bolsonaro.