El norte salteño parece una zona de guerra. Los puntos de calor que detectan los satélites Modis C6-1, J1Viirs C-1y Suomi Viirs C-2, superpuestos sobre el mapa digital de Google Earth, generan impotencia y desazón. Los focos de fuego son múltiples. De hecho, el humo que cubre hace días la ciudad de Salta proviene de todo ese sector del norte provincial.
El principal foco ígneo se mueve entre el límite salteño con Jujuy. Capturan la atención de los gobiernos provinciales y el nacional hace semanas. Los focos activos se mueven, apagan y regresan, entre los municipios salteños de Colonia Santa Rosa y Urundel. También entre las comunas jujeñas de Yuto, Caimancito y Calilegua. El viento revela su trayectoria y peligrosidad: Norte/Este primero, Norte/Sur luego, Sur/Oeste en los últimos días. Las columnas de fuego llevan consumidas más de cinco mil hectáreas de bosques en Jujuy, incluída una porción del Parque Nacional Calilegua, y otras dos mil en Salta.
Hay otros dos focos, también en desarrollo desde hace semanas. Se expanden por las serranías de Acambuco, en el municipio salteño de Aguaray. Otro grupo de fuego avanza en el límite fronterizo entre Argentina y Bolivia, en los bordes montanos al oeste de Salvador Mazza. Del lado del país vecino, el cordón de Yunga continúa. A sólo tres kilómetros del límite, otro foco se desarrolla entre Yacuiba y Campo Grande.
Del lado argentino, a Salvador Mazza lo separan 22 kilómetros de Aguaray, siguiendo como referencia la ruta nacional 34. A esa cabecera municipal, la separan casi 200 kilómetros (siempre por la misma ruta) del límite entre Salta y Jujuy donde se desarrolla el otro grupo ígneo importante. Lo relevante es que en cada municipio que atraviesa la ruta 34 hay focos activos.
Otros grupos ígneos que no dan tregua se desarrollan desde el cruce entre la 34 con la ruta nacional 50. Esa cinta conecta con la V más larga en el mapa nacional y su punto poblado más extremo en el norte argentino: Aguas Blancas. Es el departamento Orán. Arden distintos lugares: desde las serranías de Yunga al oeste de Aguas Blancas, pasando por las serranías al este del paraje Juntas de San Antonio, y serranías alrededor de San Ramón de la Nueva Orán, la ciudad cabecera departamental. También las serranías próximas a Hipólito Yrigoyen y otros bordes montanos cercanos al territorio comunitario de Misión La Loma, entre un borde del río Bermejo y el pueblo de Embarcación. Desde Misión La Loma, comunidad de pueblos Wichí, Qom y Guaraní, informaron a Salta/12 que el fuego no afectó su territorio, aunque sí observaron muchos animales silvestres que no son de la zona.
La provincia de Salta todavía no solicitó aviones hidrantes que colaboren con los brigadistas en su tarea contra el fuego en los municipios argentinos fronterizos a la vecina Bolivia, confirmaron a Salta/12 bomberos de Aguaray. La ayuda que sí llegó llegó ayer desde Nación (un avión y 30 brigadistas de la Patagonia) a pedido del gobierno salteño fue para los municipios fronterizos con Jujuy (Colonia Santa Rosa y Urundel). Esos equipos especializados colaborarán con el resto brigadistas que luchan sobre la masa ígnea más peligrosa en los bosques de la Reserva de Biosfera de las Yungas salto-jujeña.
Consecuencias de los incendios
“Está muy complicado Valle Morado, Selva Urundel, la zona de las banquinas de Urundel, y arriba la zona de Lipán y Arroyo del Tigre”, informó a este medio el jefe de Bomberos de Colonia Santa Rosa.
Esos puntos se encuentran ya dentro de la Yunga, en la zona que debería proteger la Reserva de Biosfera de la UNESCO. Hugo Pérez, el jefe de Bomberos, relató además que dentro del casco urbano de Colonia Santa Rosa hay lugares donde llegó el fuego. “Hoy se prendió un invernadero. Corría peligro de crecer en tamaño”, dijo. “Ayer sobrevoló la zona un helicóptero de reconocimiento y hoy arribará otro aparato con un aerobalde. Servirá para alivianar la tarea de los brigadistas que luchan en el terreno”, contó. Los brigadistas de la Patagonia solicitados por el gobierno salteño colaboran con sus colegas tanto en ese municipio como en el vecino Urundel.
Las imágenes son elocuentes. Los relatos también. Animales que murieron ahogados por el fuego y las cenizas. En el pueblo de Yuto (Jujuy), uno de los focos que se encontraba muy cerca del barrio Suri 17 Hectáreas sembró miedo hace pocos días atrás. “Fue muy preocupante, porque son casas de madera y los focos estaban a 500 metros”, relató el productor rural “Turco” Abraham. “Por suerte, el fuego se fue para el Sur”, dijo.
Abraham relató que algunos productores frutihortícolas ubicados sobre el límite interprovincial, el río Piedras, perdieron sus plantas de mandarinas, otros productos hortícolas y algunas hectáreas de caña. “Las plantas más viejas capaz regresan, pero a las chiquitas las quemó todas”. Productores de Colonia Santa Rosa también perdieron algunas hectáreas de caña de azucar recién cosechadas.
Hay imágenes que levantan sitios web jujeños donde se observa cómo, dentro del ingenio Ledesma, las gomas traseras de un camión cargado con caña de azúcar se prenden fuego, si bien la empresa informó que el incidente no está vinculado a los incendios forestales en la zona.
Los peregrinos que viajan a la capital salteña desde el norte deben atravesar el fuego sobre el límite interprovincial. El sábado pasado un grupo que viaja en bicicleta desde Salvador Mazza, se encontró con las columnas de fuego y tuvo que tragar el humo por varias horas hasta llegar a Yuto, en Jujuy.
Al día siguiente, la policía de esa provincia y la Gendarmería no los dejaron seguir en bicicleta. Tuvieron que trepar sus rodados a los vehículos de apoyo para seguir camino a Salta capital en bicicleta pero recién una vez que hubieron pasado Calilegua. Ese grupo llegará entre hoy y mañana a la ciudad que vive su festividad religiosa del Señor y la Virgen del Milagro sin que el humo que la rodea parezca afectarla.
El mapa con los puntos de calor distribuidos por toda América Latina que proporciona el sitio web Fire Nasa sorprende. Aparece sumida en llamas desde hace días. Quizás las lluvias del verano quiten tantos puntos rojos, pero los bosques degradados del continente se recuperarán lentamente. Solo si se cambia el modelo económico ambiental y las prácticas recurrentes que hacen a la cultura ancestral del fuego.