En la noche del lunes, finalmente, los Emmy no llamaron a Saul pero sí volvieron a hacerlo con Succession, Ted Lasso que se impusieron como mejor drama y comedia, respectivamente. La gran ganadora de la noche, por otro lado, fue la miniserie The White Lotus que se alzó con cinco premios. La 74° entrega de la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión será recordada, sin embargo, por sus omisiones al spinoff de Breaking Bad y el inesperado reconocimiento para la surcoreana El juego del calamar. HBO/HBO Max fue, nuevamente, la plataforma audiovisual más reconocida cosechando 12 de las 25 estatuillas entregadas en el Microsoft Theater de Los Angeles, seguida por Apple TV y por Netflix.
El host, Kennan Thompson, dio en la tecla al declarar que en la velada se celebraban “los cientos y cientos de programas que se produjeron durante el año pasado, aunque después les demos premios a cinco de ellos”. Ni que hubiera calibrado el chiste. El conteo final arrojó cinco producciones que tuvieron más de un premio: The White Lotus (5), Ted Lasso (4), Succession (3), Abbott Elementary (2) y El juego del calamar (2), el resto se alzó con una estatuilla (Hacks; Euphoria; Ozark; Dopesick; The Dropout; Saturday Night Live; Last Week Tonight with John Oliver; Lizzo's Watch Out for the Big Grrrl; Rothaniel).
El primer galardón de la noche fue para Michael Keaton por su papel en la miniserie Dopesick, coronando el raid que se iniciara con los Globos de Oro, SAG y el Critics’ Choice. “Este es uno de los proyectos más importantes en los que trabajé, significó mucho para mí”, señaló el intérprete y productor del proyecto que puso la lupa sobre la epidemia de opioides recetados su país. El sobrino de Keaton, que encarna a un médico de una zona minera de Virginia, falleció precisamente por los motivos que analiza la entrega de Hulu.
La gran Cenicienta de la gala fue The White Lotus y cumplió con lo que todos esperaban. La producción de HBO, que presentó a un grupo de millonarios en un exclusivo resort hawaiano, se impuso en todas y cada una de las ternas en las que estaba nominada, incluyendo mejor miniserie/antología y dos para su creador Mike White. “Estuve en Survivor y creo que soy un sobreviviente, ahí aprendí que tenés que mantener la vara de amenaza baja, y ahora siento que elevé muchísimo la vara de desafíos. Amo escribir y dirigir, por favor no me echen ahora de la isla”, suplicó al recibir su segunda estatuilla personal (ganó por guion y dirección).
Además de mejor miniserie/antología, TWL obtuvo otros dos Emmy en ternas actorales para Jennifer Coolidge y Murray Bartlett. Sin dudas, por su papel como una heredera desequilibrada y querible, la actriz dejará –por un rato- de ser recordada como “la mamá de Stiffler” y reivindicada por esta encarnación. No solo eso, el recibimiento de su estatuilla, supuso un aire de arrojo y espontaneidad dentro de la premiación. La comediante se puso a bailar al ritmo de “Hit the road, Jack” cuando interrumpieron su discurso. El suceso para The White Lotus le aseguró su continuación, y precisamente, el personaje de Coolidge será el nexo entre ambas temporadas.
En el terreno de la comedia tampoco hubo recambio. Es cierto que se avizoraba algo más reñida por la presencia de Only Murders in The Building, Barry y Curb Your Enthusiasm, pero finalmente se impuso la segunda temporada de Ted Lasso. Al estandarte de Apple TV+ se le escaparon apenas tres premios: el protagónico femenino para Jean Smart por Hacks y los otros dos a manos de Abbot Elementary. Lo de la mockumentary laboral acerca de un grupo de maestros de primaria es más que meritorio. Era la única novata del género de risas y pudo llevarse dos estatuillas, una para su creadora Quinta Brunson (guion) y otro para la actriz secundaria Sheryl Lee Ralph.
Que Frank Scherma -CEO de la institución- dedicara su discurso a la diversidad del medio, fue al compás del tono políticamente correcto y autocelebratorio de la jornada. Sus palabras antecedieron a los premios para El juego del calamar en dirección en drama y protagonista dramático. El segundo fue especialmente sorpresivo y levantó la polvareda en redes por la omisión una vez más para Bob Odenkirk. Al igual que su personaje, Lee Jung-jae se impuso a rivales que parecían tener más chances (Strong y Cox) o caras más familiares para el público (Bateman y Scott). Como sea, la sangrienta producción asiática se convirtió en la primera victoria de ese continente en los Emmy. El intérprete, por su parte, es el segundo que lo hace en un idioma por fuera del inglés. La primera había sido Lee Yoo-mi, su compañera de elenco, reconocida hace tan solo una semana en los Creative Arts Emmys. En definitiva, estas consideraciones constatan el aval de Hollywood a las realizaciones hechas en esa latitud tanto en cine como en tevé.
“El juego del calamar es un programa sobre gente que pelea por dinero. Novedad para el elenco de la próxima temporada: Netflix”, lanzó el presentador que tuvo a la N roja y su “crisis” económica como target recurrente de sus chistes. “Nunca van a darme ese especial de comedia, pero está OK”, dijo el comediante surgido de Saturday Night Live. Párrafo aparte para el longevo programa de Lorne Michaels que fue premiado en variedades, sumando la 82ª distinción a su vitrina.
La clonación de ternas y nominadas no ayudó a darle frescura a una transmisión de por sí anodina y monótona. Julia Garner recibió por tercera vez un Emmy por su papel en Ozark y Zendaya volvió a hacer lo propio por Euphoria. “Aquellas que se sientan Rue quiero agradecerles por haber compartido sus historias conmigo”, dijo la actriz que acaba de cumplir 26 años y fue objeto del sarcasmo del maestro de ceremonias. “Es una edad extraña en Hollywood, todavía podés interpretar a una adolescente, pero ahora sos demasiado mayor para Leonardo DiCaprio”, disparó.
Tras tres horas de transmisión, y con una precisión milimétrica, la última estatuilla de la noche fue para Succession. El caballo de HBO (con todo lo que eso implica) repitió en drama tal como lo había hecho en el 2020. Jesse Armstrong, su creador y productor, antes había subido al estrado por su labor como guionista en el tremendo finale de la tercera temporada. Al comienzo de la fiesta, Matthew Macfadyen se había alzado con una estatuilla por el arribista Tom Wambsgans. “Estamos muy agradecidos, es un honor, esto es un esfuerzo de equipo, de guionistas, productores, directores, de actores extraordinarios”, dijo el showrunner.
Las redes, mientras tanto, seguían en estallido por
el desaire a Better Call Saul. El ninguneo a Rhea “Kim Wexler” Seehorn (nominada
como mejor actriz secundaria en drama por primera vez) marcó el precedente para
lo que le pasaría, por quinta vez, a su protagonista. Un último detalle. Los
últimos seis episodios de su temporada final podrían ser considerados por los
Emmy del año que viene por cuestiones de calendario. Así que en el 2023, la
creación de Vince Gilligan tiene chances de aumentar su racha que –por ahora-
va en 50 nominaciones y ninguna estatuilla.