El invierno 2022 en el país fue un 33,3% más seco que lo normal y se posicionó como el 7° más seco en 61 años, según indicó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Además, fue el quinto consecutivo en registrar déficit de lluvias.
En el informe, el SMN precisó que la región Pampeana, de Cuyo, del Noroeste Argentino y del norte y sur de la Patagonia fueron afectadas por condiciones de sequía leve y moderada.
Mientras que la Ciudad de Buenos Aires, Rosario, Junín, San Pedro, Perito Moreno y Ezeiza registraron una precipitación acumulada de hasta 50 y 100 milímetros por debajo del promedio.
En cuanto a las temperaturas, este invierno estuvo dentro de los valores normales, aunque mes a mes se registraron grandes variaciones. Durante junio hubo ingresos de aire muy frío, con localidades que alcanzaron los umbrales de ola de frío, de tal manera que el mes finalizó como el octavo junio más frío desde 1961.
Durante julio el frío sólo se destacó en Patagonia, que tuvo temperaturas mínimas de hasta -19°C en Río Negro, y eventos recurrentes de nevadas en las zonas cordilleranas. En cambio, sobre todo el norte y parte del centro del país la situación se revirtió respecto a junio con la llegada de aire más cálido que batió récords de temperaturas máximas en algunas ciudades desde 1961: en Chepes, La Rioja, con 31,5º, y en Oberá, Misiones, con 32,5º.
Por último, agosto estuvo dentro de los parámetros normales con +0,8°C por encima del promedio mensual de temperatura. Sólo se destacaron algunos valores superiores a la media hacia el sur patagónico.
La Niña, el denominador común de los inviernos más secos
El denominador común de los inviernos más secos en el país, que se registraron en 1988, 1995, 2007, 2008, 2009 y 2021, ue la producción del fenómeno de La Niña.
Cuando está presente, se desarrolla una alta presión que bloquea los frentes y no permite que pasen por la zona de la Patagonia, lo que trae condiciones más cálidas y menos precipitaciones de lo usual.
El fenómeno tiene una periodicidad irregular, usualmente ocurre cada dos a siete años, y se declara una fase cuando las temperaturas del mar en el Pacífico oriental tropical disminuyen 0,5°C por debajo del promedio durante varios meses consecutivos.
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