Boca Juniors estiró su momento de gracia tras ganarle el Superclásico a River: con un gol a un minuto del final, le ganó 1-0 a Lanús en La Fortaleza y se subió a la punta de la Liga Profesional con 35 puntos, uno más que Atlético Tucumán, que este jueves contra Talleres intentará recuperar la cima, y dos más que Gimnasia, que también lo puede superar si le gana a Arsenal. Darío Benedetto, al igual que ante el Millonario, convirtió el tanto que hizo la diferencia y selló la quinta victoria consecutiva.
El Granate salió al campo decidido a aprovechar el relajamiento que en general aparece tras un gran triunfo, como el que el Xeneize logró ante River la fecha pasada. Lo presionó desde el minuto cero, con mucha agresividad. De hecho, antes de los 60 segundos, tuvo su primera chance de gol, con el remate de Blando que tapó Rossi.
El dueño de casa se movió en el amplio margen de terreno entre los centrales y Rolón, y el resto del equipo auriazul, cortado, con dificultades para encontrarse en la elaboración. En parte, el local fue responsable, asfixiando, bloqueando posibilidades de pase.
Recién a los 19 minutos la visita llegó a fondo: Briasco le ganó con el cuerpo a Pasquini, desbordó y lanzó el centro rasante y atrás. Ramírez tocó de primera y Oscar Romero, de frente al arco, pateó a las nubes.
Los de la Ribera tuvieron bastante más la pelota, pero Lanús cumplió con el plan de cortarle la chance de profundizar. Con la mitad del trabajo cumplido, le costó la otra parte: la de la generación. Se hizo más peligroso con la pegada de Boggio en la pelota quieta. Todo, en el contexto de un partido trabado, con escasas emociones.
El segundo tiempo se inició con la desafortunada acción de Norberto Briasco, quien se lesionó el tobillo izquierdo y se retiró entre lágrimas del campo de juego. Los cambios, tácticos y obligados, le dieron mayor vuelo al Xeneize. Con Varela, Payero y Langoni, se acomodó mejor en el partido. Salvo en el inicio, con otro intento de Blando, un centro-remate que Rossi rechazó, las jugadas más claras fueron del conjunto dirigido por Hugo Ibarra.
Primero, la cesión de Fernández que conectó Langoni y Monetti tapó con lo justo. Luego, un intento de Payero pasó cerca de la valla. Y, luego, un centro venenoso del citado Langoni estuvo a punto de ser conectado por el juvenil y debutante Zalazar.
En el medio, la gran polémica de la noche: la mano de Troyansky dentro del área, luego de arrojarse al césped para barrer. ¿Un contacto fortuito o una mano antinatural? Todo indica que se trató de una infracción de penal que el árbitro mundialista Facundo Tello y el VAR omitieron.