Deberán pasar 286 años hasta que las mujeres alcancen la igualdad, casi tres siglos para llegar a obtener los mismos derechos y protecciones legales que los varones de este mundo, 140 años para lograr la representación equitativa en los puestos de poder y liderazgo en el lugar de trabajo, y al menos 40 años para lograr una representación igualitaria en los parlamentos nacionales.
Lo anunció en su informe “El progreso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un panorama sobre género 2022”, de ONU Mujeres, que esta semana abrió el paraguas para avispar que el objetivo hacia la igualdad de géneros en 2030 ya podría declararse poco menos que utópico. Las principales afectadas son y serán, consigna el estudio, las mujeres y niñas de todo el sur global.
“Cuando estamos cerca de alcanzar la mitad del camino hacia 2030 nos encontramos en ´un punto de inflexión´ con relación a los derechos de las mujeres y a la igualdad de género”, admitió la directora ejecutiva del organismo, Sima Bahous. Su directora adjunta, Anita Bhatia, dijo que “al ritmo actual de progreso, los Objetivos de Desarrollo Sostenible del objetivo 5 -que busca alcanzar la igualdad entre géneros y empoderar a mujeres y niñas para 2030- podrían tardar décadas e incluso siglos en materializarse”.
Bhatia volvió a subrayar que “la paridad en la fuerza de trabajo no se logrará hasta dentro de 140 años”, y que “es probable que se necesiten 40 años para lograr una representación equitativa en los parlamentos de todo el mundo, si “las cosas” no mejoran. Entre esas “cosas”, se cuenta la pérdida de unos 800.000 millones en ingresos en 2020, debido a la pandemia de Covid-19. “A pesar de un repunte en algunas partes del mundo”, la participación femenina en los mercados laborales “será menor en 2022 que antes de la pandemia”.
El informe reconoce que las mujeres y niñas del sur global “se ven afectadas de manera significativa y desproporcionada por la crisis climática y la destrucción ambiental”. La directora de programas de la Organización de Mujeres para el Medio Ambiente y el Desarrollo (WEDO), Katie Tobin, manifestó que el conflicto “tiene sus raíces en la discriminación sistémica y las desigualdades estructurales” que sufren mujeres y niñas en los territorios. Miles son las protagonistas de la lucha contra la crisis climática, pese a representar la población más golpeada por los desastres naturales en América Latina y el Caribe. Suponen el 80% de las personas desplazadas como consecuencia de las catástrofes y cambios climáticos, y tienen catorce veces más probabilidades que los hombres de morir en un desastre climático.
Para fin de año habrá 383 millones de mujeres y niñas viviendo por debajo de la línea de la pobreza, y 386 millones de hombres y niños en la misma situación. Los factores que empeoran la perspectiva “ya sombría” para la igualdad de género, explicó Bhatia, se superponen en crisis alimentarias, financieras y de combustible. La guerra en Ucrania empeora con gravedad la inflación, la inseguridad alimentaria, y limita los suministros de trigo, fertilizantes y combustibles.
De no tomarse medidas inmediatas, los sistemas legales que no prohíben las violencias contra las mujeres, los que tampoco protegen sus derechos dentro del matrimonio y en la familia, y aquellos que no garantizan la igualdad de derechos de propiedad y control de las tierras, “podrían seguir existiendo por muchas generaciones más”. El estudio reveló también que para erradicar el matrimonio infantil de aquí a 2030, el progreso deberá ser "17 veces más rápido" que el que se produjo durante la última década.
“Es crucial que nos movilicemos ahora para invertir en las mujeres y niñas, y recuperar y acelerar el progreso”, concluyó Bahous. “Los datos muestran regresiones indiscutibles en sus vidas en cuanto a ingresos, seguridad, educación y salud, que han empeorado por las crisis mundiales. Cuanto más tardemos en revertir esta tendencia, más nos costará a todas y todos.”