Existe en la Casa Blanca de los Estados Unidos una larga tradición de renovar la vajilla con cada administración. Eso sí, los platos siempre de la más fina porcelana, con variaciones en sus patrones clásicos y una constante de símbolos patrios que marcan el tono para importantes cenas de estado con líderes de todo el mundo. A sabiendas de esta costumbre, la artista multimedia Kathleen Clark quiso darle su toque personal al asunto, creando una serie de platos que bien podrían venir con la advertencia “Cuidado: estas imágenes pueden causar indigestión”. Porque lejos de quedarse en lo meramente decorativo, los diseños por ella propuestos contrastan “elegancia con codicia, avaricia, violencia y fracasos”, en sus expresas palabras, en piezas pensadas para cada presidencia, donde se exponen los abusos más dramáticos de cada período.

“Con el objetivo de corregir ciertas omisiones históricas, comencé este proyecto en la primavera de 2016 explorando la iconografía y la incongruencia de un país que tiene sus raíces en la conquista violenta, aunque enmarcada por teorías y relatos rimbombantes. Detrás de la narrativa patriótica, el ascenso y la gloria económica de los Estados Unidos, está la masacre de pueblos originarios, la esclavización de africanos y africanas, la explotación de recursos naturales”, precisa una Clark justiciera, que quiere llevar estos temas a la mesa.

“Mi intención es echar luz sobre eventos destructivos que ocurrieron por decisión o negligencia dentro de cada administración”, subraya la artista nacida en Washington, que actualmente vive y trabaja en California, explorando con sus obras historia y justicia social, entre otros tópicos de peso. Por cierto: con su serie The White House China (o sea, “La porcelana de la Casa Blanca”, que ha sido publicada en formato libro) “originalmente pensé en abordar episodios oscuros desde la fundación del país hasta la Guerra de la Secesión, pero luego recordé las execrables imágenes de abuso y tortura de soldados norteamericanos a prisioneros iraquíes en Abu Ghraib durante el mandato de George W. Bush y supe que tenía que hacer un juego completo por presidente, desde el primero hasta el último”.