En el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios, alumnos de distintos niveles del Conservatorio Superior de Música Astor Piazzolla, de la Escuela Superior de Educación Artística en Música Juan Pedro Esnaola y del Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla, ofrecerán un concierto conjunto. Música y Escuela Pública. Construyendo memoria se llama el encuentro impulsado por el Ministerio de Cultura de la Nación, a través del Centro Cultural Borges y la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), para conmemorar otro aniversario de lo que se recuerda como “La Noche de los Lápices”. Aquel 16 de septiembre de 1976, en un operativo perverso, la dictadura cívico-militar secuestró y desapareció a estudiantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y de la Juventud Guevarista de La Plata por reclamar a favor del boleto estudiantil y defender sus derechos.

Para recordarlo, el viernes, desde las 18.30 y en la Sala Astor Piazzolla del Centro Cultural Borges, los alumnos que integran ensambles y distintas formaciones se alternarán para ofrecer un repertorio en torno a la música popular y la de cámara. La entrada es libre, con reserva previa en el sitio del Centro

“Después de dos años de pandemia, nos parecía importante generar un encuentro musical con estas características. Por un lado para que jóvenes y adolescentes puedan mostrar el trabajo que vienen realizando en las distintas cátedras y en los proyectos institucionales, con sus distintas formaciones y géneros musicales, pero además para conmemorar ‘La noche de los lápices’”, asegura Carlos Guerrero, Secretario de Cultura de Ute. “Esta fecha nos compromete a seguir pensando a los jóvenes como protagonistas, como lo serán en este concierto, y posicionarnos en pos de la defensa de los derechos estudiantiles, para que la escuela pública siga levantando las banderas de memoria, verdad y justicia”, continúa Guerrero y agrega: “Nos reunimos con el Ministerio de Cultura con esta idea: impulsar presentaciones en distintos espacios y generar un intercambios con estas instituciones públicas de formación artística de la Ciudad de Buenos Aires. Hay una riqueza y contundencia en el trabajo pedagógico musical que bien podría ser parte de la programación de distintos espacios culturales públicos, como será en esta oportunidad en el Centro Cultural Borges”.

El pianista Bruno Fanjul, el bandoneonista Nahuel del Valle, el cantante Máximo Lukac y el dúo que integran Juan Segundo Mosna y Dante Lucero Chara (saxoy bajo), representarán al Esnaola, con una propuesta entre la música argentina y el jazz. También el Falla aportará jazz con el ensamble integran Iván Rodríguez (saxo tenor), Agustín Darío Spina (piano), Tomás Torres (guitarra), Bruno David Razionale Munczek (batería) y José Andrés Pawlin (contrabajo). El programa se completará con el Ensamble de percusión de “el Piazzolla”, dirigido por Marina Calzado Linage, que es además directora de la institución, e integrado por Miranda Bejanuel, Nicolás Ezequiel Fernández de la Puente, Guido Ferraro, Milena Gianneo, Milagros Giménez, Mariano Massironi, Juan Pablo Rodríguez, Agustín Soto, Francisco Ignacio Tinte, David Vladovsky, Nicolás Matías Wassiliu Hippe, Elizabeth Mailén Peust, Mauricio Fajardo Pirela y Ariel González.

Respecto a la importancia que asumen las instituciones de enseñanza musical en el contexto de la educación pública, sus directores no tienen dudas. “Trabajamos desde la convicción que la educación es un derecho fundamental. Y la educación artística, en particular, promueve el desarrollo de la creatividad, la solidaridad, la equidad, el trabajo en equipo, entre otros aspectos nodales, en el contexto de la exploración de diferentes lenguajes", dice Raúl Otero, director del Esnaola, donde la educación musical se enfoca en todos los niveles, desde la iniciación a temprana edad, hasta los planes específicos para adultos de las más diversas edades. “El ámbito de la educación pública posibilita el acceso al saber y propicia el crecimiento personal y profesional de todos y todas, ofreciendo igualdad de oportunidades, resguardando y asegurando el derecho a la educación”, sigue Otero. En sintonía, Calzado Linage agrega: “Es importante poder brindar a toda la sociedad experiencias musicales a través de la presentación de los estudiantes y graduados en conciertos, recitales y experiencias didácticas”.

“Hacer música es comunicar y comunicarse”, retoma Otero. “Es crecer, explorar, crear, compartir, acordar y desarrollar hábito de estudio, en una constante búsqueda de superación personal y colectiva. Es trabajar para ser mejores personas, comprometidas en su hacer, con conciencia social y compromiso ciudadano. Y como parte de tal compromiso, mantener viva la memoria, ejercitarla y honrarla permanentemente es una labor cotidiana en cualquier espacio educativo. La memoria nos construye y nos constituye”, afirma el director del “Esna”. “Trabajar con músicos jóvenes es trabajar con una sensibilidad particular y el ensamble es además un ámbito de equipo. Encontrarse con otros desde la adolescencia a través de la música es un excelente ámbito de desarrollo”, redondea Calzado Linage.

Cultura, escuela, música y memoria se conjugan entonces para conmemorar el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios. “Artistas y docentes no somos neutrales. Somos parte de una política de estado y desde ahí ayudamos a sostener las banderas de la memoria, la verdad y la justicia que levanta la escuela pública. Hace no tan poco tiempo dijimos Nunca Más y cada día lo seguimos reafirmando teniendo como referencia a nuestras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”, se entusiasma Guerrero y concluye: “Este encuentro con el Ministerio de Cultura y las instituciones de formación musical es una señal muy alentadora. Desde la UTE seguiremos comprometidos en una educación que construya memoria”.