El sistema científico y tecnológico tendrá un presupuesto de 500 mil millones de pesos en 2023. Así lo afirmó Alberto Fernández durante un acto en que, además, promulgó la Ley de Promoción de la Bio y Nanotecnología, sancionada a comienzos de septiembre. El gobierno anunció que cumplirá con la Ley de financiamiento para el sector (sancionada en esta gestión), que preveía destinar 0.34 por ciento del PBI al sector CyT el año que viene. El objetivo, de cara al 2032, es que a partir de incrementos plurianuales, el área pueda alcanzar el 1 por ciento del PBI y, de esta manera, logre acercarse --al menos de a poco-- a las inversiones que destinan los países más poderosos del mundo.
“En estos tiempos en los que todos hablan de ajuste, de recorte, quiero decirles que en el presupuesto que vamos a presentar va a haber 500 mil millones de pesos de la Argentina para desarrollar la ciencia y la tecnología. Eso representa el 0.34 por ciento que ordena la ley que debemos destinar. Lo hacemos porque estamos convencidos que ahí está el futuro”, dijo el presidente desde el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (Ifibyne) que pertenece al Conicet.
Durante el evento, Fernández estuvo acompañado del titular de la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, y por Ariel Sujarchuk, secretario de Economía del Conocimiento. “Claramente es una buena noticia para todo el sistema de ciencia y tecnología. Se van a favorecer el Conicet, la Agencia, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, el INTI, el INTA, el Instituto Antártico, así como todos los organismos que dependen de ciencia y tecnología. Esto permite comenzar a marcar el inicio de una política de Estado visible hacia el futuro. Con estos recursos, el Ministerio va a poder financiar el plan de equipamiento y el plan de obras con más recursos, va a profundizar la política de federalización y apoyará a empresas que hagan transferencia tecnológica”, expresó Filmus a Página/12.
Estos fondos también se utilizarán con el objetivo de recuperar la caída de los salarios de los científicos y las científicas durante el macrismo. “El presupuesto prevé que la cuarta cuota de jerarquización de los investigadores pueda llevarse a cabo sin problemas. Macri bajó el presupuesto de 0.37 a 0.22 por ciento del PBI entre 2015 y 2019, y nosotros lo volvemos a llevar a 0.34”, apuntó el titular del área.
Estos discursos se dieron en el marco de la promulgación de la Ley de promoción de Bio y Nanotecnología. El presidente aprovechó para difundir la importancia de promover el crecimiento de la ciencia y la tecnología en el engranaje productivo de la nación. En esta línea, para tal crecimiento, es clave la articulación del sector público con el privado; a partir del conocimiento, el país apunta a transformar la matriz productiva. Un modelo que, acorde a estos tiempos, pueda generar valor e ingreso de divisas.
¿Qué implica la nueva Ley de bio y nanotecnología?
La biotecnología y la nanotecnología constituyen dos de las áreas más pujantes a nivel mundial; y, desde aquí, se espera que Argentina, gracias a sus talentos científicos, pueda extraer alguna ventaja al respecto. “La nueva Ley representa la prórroga mejorada de un proyecto que data de 2007; en aquel momento solo incluía biotecnología y ahora se suma la nanotecnología. Una normativa exitosa que permitió el desarrollo de más de 220 empresas y 100 start up en el país. Hay más de 2100 millones de dólares de facturación y genera exportaciones por más de 220 millones de pesos”, destacó Filmus.
“La nanotecnología tiene un desarrollo incipiente, pero su potencia será increíble. De hecho, ya hay más de 70 institutos que diseñan proyectos en el campo y 73 empresas consolidadas. A partir del esfuerzo de la Fundación Argentina de Nanotecnología, sabemos que hay cerca de 2 mil científicos y científicas que se especializan en nanotecnología”, especificó el funcionario. La Ley, que fue sancionada el 1° de septiembre, había sido encomendada por el ministro de Economía Sergio Massa, tras su asunción a comienzos de agosto. A partir de esta normativa, se extiende hasta 2034 un régimen de beneficios fiscales a aquellos actores que desarrollen sus actividades en el marco de la biotecnología moderna y la nanotecnología.
Obtendrán beneficios de amortización relacionados al impuesto a las ganancias, la devolución anticipada del IVA y recibirán un bono de crédito fiscal del 50 por ciento de los gastos pagados relacionados con contrataciones de servicios de investigación y desarrollo del sistema científico y tecnológico. Asimismo, se dispone la creación de una comisión consultiva para la evaluación y el asesoramiento en el rubro; y se crea el Registro Nacional para la Promoción de la Biotecnología Moderna. La autoridad de aplicación será el Ministerio de Desarrollo Productivo, cartera que se encargará de aprobar o no aquellos proyectos de investigación y desarrollo que apliquen mejoras en bienes y servicios, vinculadas con estas disciplinas.
“La norma brinda muchísimas facilidades. Es el sector del conocimiento que más reinvierte en Investigación y Desarrollo y que está a la vanguardia de la inversión científica y tecnológica”, señaló Filmus. En este escenario, se espera que la articulación entre el campo científico y el escenario productivo pueda brindar sus frutos al generar múltiples inversiones e iniciativas innovadoras.
Más leyes, más futuro
A esta Ley, se suma la Ley de Financiamiento de febrero de 2021, que prevé que el presupuesto destinado a la función Ciencia y Técnica (de un actual 0,34 por ciento) llegue al uno por ciento en 2032. Asimismo, la promesa de planificar el sector científico y tecnológico a largo plazo se relaciona con la presentación que realizó Filmus y sus colaboradores del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, que buscará llegar al Congreso para convertirse en Ley. Un plan a futuro que debía realizar el gobierno anterior y no cumplió. La planificación de la producción del conocimiento a largo plazo, como es evidente, es explicada por modelos de país subyacentes. Apostar al conocimiento no da lo mismo.