Un estudio científico publicado en Estados Unidos reveló que los adolescentes sanos son actualmente los más propensos a sufrir arritmias debido a la contaminación del aire.
Según investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad del Estado de Pensilvania (PSCOM, en inglés), estos hallazgos generan "preocupación" debido a que los latidos del corazón irregulares aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas de gravedad, así como una alta posibilidad de muerte súbita.
Además, los especialistas revelaron que las arritmias parecen desencadenarse inclusive cuando las partículas más contaminantes se encuentran "dentro de los límites normales o comunes de la calidad del aire".
"Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que informa la asociación entre la contaminación del aire por PM2.5 (partículas finas de menos de 2,5 micrones) y las arritmias cardíacas entre adolescentes sanos", remarcaron los médicos en la revista Journal of the American Heart Association.
“Nuestros hallazgos sugieren que la contaminación del aire podría desencadenar arritmias y contribuir a la muerte cardíaca súbita entre los jóvenes, que son eventos devastadores para sus familias y comunidades más grandes”, remarcó el doctor Fan He, autor principal de la investigación.
Cómo se realizó el examen
Los médicos de la Universidad de Pensilvania controlaron la actividad cardíaca y el aire que respiraban 322 adolescentes unos siete años después de que se inscribieran en el Colegio del Estado de Pensilvania.
Los participantes recibieron monitores cardíacos y kits móviles de muestreo de aire para que los llevaran durante 24 horas, sin importar si estaban adentro o afuera, sedentarios o activos.
Los monitores capturaron dos tipos de arritmia que pueden hacer que las personas sientan que sus latidos se aceleran. Se trata de la contracción prematura ya sea de las cavidades superiores o inferiores del corazón.
En la mayoría de los casos este tipo de contracciones no requiere tratamiento, pero pueden aumentar el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y muerte cardíaca súbita más adelante en la vida.
En el estudio, los especialistas descubrieron que las concentraciones más altas de partículas finas llamadas PM2.5, que se encuentran en los gases de combustión de vehículos e industrias, aumentaban el riesgo de latidos cardíacos irregulares durante las dos horas posteriores a la exposición.
"(Estos gases) Una vez inhalados, pueden penetrar profundamente en los pulmones e incluso en los vasos sanguíneos, donde causan la inflamación que provoca la enfermedad cardíaca", detallaron.
Según el informe, el riesgo de contracciones ventriculares prematuras dentro de las dos horas posteriores a la exposición aumentó en un 5% por cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico en PM2.5.
El doctor He consideró “alarmante” que ese efecto se presenta en un promedio diario de PM2.5 de 17 microgramos por metro cúbico. En algunos países, un nivel diario promedio de 35 microgramos por metro cúbico se considera contaminación de bajo nivel.
Un estudio previo en Gran Bretaña
En 2020, la Fundación Británica del Corazón estimó que más de 160 000 personas podrían morir en la próxima década a causa de derrames cerebrales y ataques cardíacos relacionados con la contaminación del aire.
Según este ente, los mejores estándares de calidad del aire mejorarían la salud del corazón en la población general y reducirían la carga de otras afecciones crónicas como el cáncer y la enfermedad pulmonar.
No obstante, se remarcó que en ausencia de cualquier mejora en la calidad del aire, es necesario que las personas tomen precauciones, especialmente cuando la contaminación es peor.
“Usar máscaras faciales y evitar actividades físicas vigorosas en días altamente contaminados y durante las horas pico reduce la cantidad de exposición a la contaminación del aire y minimiza los riesgos para la salud asociados”, recomendó la Fundación Británica del Corazón.