La festividad religiosa del Señor y la Virgen del Milagro, que se vive en Salta, se celebró con una gran multitud en las calles después de dos años de restricciones por la pandemia. Nuevamente fueron miles de personas que llegaron desde distintos puntos de la provincia, que realizaron la procesión y posterior renovación del pacto de fidelidad.
La mayor celebración religiosa, que suele convocar a casi 800 mil personas en cada procesión, se realiza en la provincia cada 15 de septiembre, conmemorando los terremotos de 1692 en la capital salteña y que se atribuye a la imagen del Cristo crucificado que hayan cesado.
En el mensaje central de la festividad, el arzobispo de la Arquidiócesis de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, se refirió a la situación política mundial y nacional basándose en el lema propuesto para este año: El Milagro, camino de esperanza, testimonio y fraternidad.
Al inicio de sus palabras, agradeció a los casi 90 mil peregrinos que llegaron a la capital salteña, en su mayoría caminando, desde el norte provincial, los Valles Calchaquíes, la Puna y el Chaco salteño, pues le otorgan un “color y fuerza especial” a estas celebraciones: “Ellos son los que caminan juntos, rompen diferencias y tienden puentes de fraternidad y esperanza”. También, precisó que “Argentina tiene derecho a ser mejor y ustedes son la muestra que es posible una Patria mejor”.
Dentro del marco de la "fraternidad", la autoridad religiosa se refirió al impacto ocasionado por la pandemia del covid-19, que "se cobró vidas, afectó economías, impactó en familias, hirió nuestras reservas psicológicas". Aseguró que en el principio de la emergencia sanitaria, existió la confianza de que la humanidad "maduraría" como familia humana, sin embargo, "los hechos nos dicen que no ocurrió lo que creímos".
En ese sentido, aseguró que la guerra que nació con la "invasión a Ucrania de parte de Rusia", más otros conflictos sociales, llevó a que el Papa Francisco sostenga que se está en una tercera guerra mundial que pone en riesgo al mundo entero. La celebración del Milagro 2022, contó con toda la cúpula política de la provincia de Salta, encabezada por el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, que se ubicó en los palcos dispuestos alrededor del Monumento 20 de Febrero.
Cuando el arzobispo se refirió a Argentina, sostuvo que se está profundizando un "enfrentamiento peligroso", suavizado bajo la palabra "grieta", pero que en realidad, "esconde una lucha despiadada por conservar o alcanzar el poder creyendo que una sola persona o grupo tendría una especie de misión mesiánica capaz de construir el bien común de los argentinos".
Sin hacer referencia a la situación del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la autoridad religiosa salteña, recordó cuatro puntos que sostienen como Iglesia Católica. El primero de ellos: el respeto por la Constitución y la ley, en base al cuál, dijo que la "política no puede ser la prolongación disimulada de un estado de guerra sino la superación de la misma en un clima de paz y de diálogo que se debe alimentar cada día sabiendo sacrificar egolatrías, mistificaciones y soberbias absurdas".
En segunda instancia, se refirió al vínculo entre la democracia y la verdad como garantía del respeto a la dignidad y a la libertad de los ciudadanos. Desde donde manifestó que la verdad sostiene la libertad que dignifica al hombre, por ello, "la falta de respeto a la verdad de la persona humana con leyes que destruyen la vida o la degradan, la instalación de la mentira para alcanzar el poder, denigra a los ciudadanos, destruye los vínculos, debilita el tejido social, oscurece el futuro".
En ese sentido, afirmó que el país "necesita que sus líderes le ayuden a descubrir y servir a la verdad". Pues aseguró que, "con la mentira, los pobres y excluidos son los que, injustamente, más sacrificios aportan". Mientras que, "con la verdad, todos estamos desafiados a aportar nuestra cuota de sacrificios".
En un tercer punto, enfatizó sobre el papel del Estado en el sector de la economía, y señaló que el Estado debe "garantizar la libertad individual y la propiedad, además de un sistema monetario estable y servicios públicos eficientes". Sosteniendo que "quien trabaja y produce pueda gozar de los frutos de su trabajo y pueda realizarlo con eficiencia y honestidad". Por lo que, se debe luchar "contra la corrupción de los poderes públicos, contra el aumento de los negocios ilícitos, ilegales, puramente especulativos que destruyen la cultura del trabajo honesto".
En última instancia, se refirió al concepto de amistad social, por lo que aseguró que "el enfrentamiento que fractura el tejido social de la Nación, sólo puede ser vencido por un pacto de amistad y de fraternidad social". En ese sentido, recordó a los miles de fieles que lo escuchaban que, el Papa Francisco, los invita a favorecer la cultura del encuentro, que se alimenta con la amistad social. "Esto supone establecer un pacto que implica aceptar la posibilidad de ceder algo por el bien común. Ninguno podrá tener toda la verdad ni satisfacer la totalidad de sus deseos", precisó.
El recorrido de las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, inició en la Catedral Basílica, ubicada en pleno microcentro salteño, y contó con un operativo que fue permanentemente monitoreado con 50 cámaras de seguridad. Al respecto, el director del Centro de Operaciones, Abel Velázquez, señaló que este año se reforzó el patrullaje virtual con cámaras de última generación en diferentes puntos estratégicos, además, de que trabajaron más de 5200 policías de las diferentes áreas de la fuerza provincial.
Velázquez enfatizó en la disminución de hechos delictivos registrados este año debido al gran despliegue de policías y de controles de seguridad que se realizaron.
Los rostros sufrientes
En esta oportunidad, el arzobispo Cargnello no hizo referencia a las problemáticas sociales que se padecen en la provincia. Situación que sí fue reflejada por el obispo de Orán, monseñor Luis Antonio Scozzina, durante la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, realizada el 14 de septiembre.
El obispo de Orán, basó su discurso en la peregrinación de las miles de personas que se trasladaron a la ciudad de Salta desde distintos puntos de la provincia. En ese sentido, se refirió a la reciente beatificación, que se produjo en la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, de Don Pedro Ortiz de Zárate y el Padre Juan Antonio Solinas SJ.
Sostuvo que en la figura de los nuevos beatos, se descubrió como el "norte salteño ha sido bendecido por la sangre de los Mártires que testimonian el amor privilegiado del Padre por los pobres y excluidos".
Sin embargo, dijo que en esta celebración también se ven los "rostros sufrientes de tantos hermanos y hermanas que cargan la cruz de la desnutrición infantil crónica, la falta de cuidado sanitario, la falta de agua potable en las poblaciones del Chaco salteño, la falta de trabajo digno".
Además, de quienes "han perdido el sentido de la vida, que están absorbidos en diversas adicciones, que han perdido el sentido de la vida porque se han quedado en mero consumir como única razón para vivir". Por lo que, manifestó que la Iglesia peregrina y misionera de Salta, "exige signos y gestos de salvación comunitaria que promuevan el desarrollo humano integral".
"Cada persona debe ser reconocida en su dignidad para ello es urgente asegurar, que todos tengan acceso a las condiciones mínimas, no sólo de sobrevivencia, sino de una vida digna", afirmó.