El expresidente y candidato favorito a la presidencia de Brasil Luiz Inácio Lula da SIlva sigue como favorito para los comisios de ocubre y redujo las diferencias entre el electorado evangelista, en el que domina las preferencias para su reelección el mandatario Jair Bolsonaro, según una encuesta del instituto demoscópico Datafolha divulgada este jueves por el diario Folha de Sao Paulo.
Según la encuesta del instituto Datafolha divulgó este jueves por la noche, Lula tiene 45 por ciento de intención de voto contra el 33 del ultraderechista Bolsonaro para las elecciones, le sigue con el nueve por ciento, el representante del Partido Democrático Laborista, Ciro Gomes, y por último, la senadora Simone Tebet por el partido Movimiento Democrático Brasileño con el cuatro por ciento.
Los resultados del sondeo, considerado el más confiable del país, apuntaron que para una eventual segunda vuelta, el exsindicalista que gobernó Brasil entre 2003 y 2010 contaría con el 54 por ciento de las intenciones de voto, un punto por encima del anterior sondeo, frente a los 38 puntos que mantuvo Bolsonaro.
Los datos también señalan que Lula tiene una intención de voto superior a la de los demás candidatos juntos, lo que le daría más de la mitad de los votos válidos. Es decir que, de confirmarse las estadísticas, puede ser elegido en la primera vuelta y sin necesidad del balotaje. En Brasil gana la elección sin necesidad de balotaje el candidato que en la primera vuelta tenga el 50 por ciento más uno de los votos válidos.
El voto religioso
El electorado evangelista representa el 30 por ciento del padrón para los comicios del 2 de octubre y es considerado clave por ser el apoyo del bolsonarismo entre las camadas populares más conservadoras. Según la encuesta Datafolha, Lula redujo de 23 a 17 puntos la diferencia que Bolsonaro le llevaba en el segmento de los evangélicos.
Bolsonaro, por su parte, tenía a inicios de setiembre el 51 por ciento de preferencia y cayó esta semana a 49, mientras que el apoyo de los cristianos protestantes de los cultos brasileños subió del 28 al 32 por ciento.
El viernes pasado, Lula llevó adelante junto con su compañero de fórmula, Geraldo Alckmin, un evento llamado “Evangélicos con Lula y Alckmin” en Sao Goncalo, municipio vecino a Río de Janeiro. El encuentro fue de gran magnitud y tuvo la presencia de pastores evangelistas que apoyan la candidatura del líder del Partido de los Trabajadores (PT) y rechazan al presidente.
Por otro lado, el mandatario de ultraderecha está invirtiendo en la agenda de costumbres como lo hizo en 2018 para intentar capturar la fidelidad del electorado religioso más conservador acusando al PT en sus propagandas electorales de estar a favor del aborto, la liberación de las drogas y de lo que denomina ideología de género.
Bolsonaro, además, tiene el apoyo oficial de varios líderes religiosos mediáticos de los neopentecostales que responden a la Asamblea de Dios, la Iglesia Universal (dueña del segundo canal de aire, el oficialista Record) y otros cultos de gran adhesión en las favelas (barrios de emergencia) y ciudades pequeñas. En este escenario, la esposa de Bolsonaro ocupa un lugar clave. Fanática evangelista al punto de comentar que tiene visiones para conectar a Dios con el presidente en el Palacio de la Alvorada, residencia presidencial, la primera dama Michelle Bolsonaro tiene relevancia en los actos, rezando ante el público y sosteniendo que su marido es un enviado para salvar al país del comunismo.
Lula con los pobres
El expresidente y candidato por el PT mantiene amplia ventaja dentro del grupo de votantes con ingresos de hasta 400 dólares, pero redujo la preferencia de 54 a 52 por ciento, mientras que Bolsonaro avanzó de 26 a 27 por ciento en este público, que representa casi la mitad del país vecino.
Según la encuesta Datafolha, Lula domina la región noreste, la más pobre del país y lidera en el estado más poblado y rico con 46 millones de habitantes, San Pablo, en el segundo más poblado, Minas Gerais, y el tercero, Rio de Janeiro, todos en la región sudeste.
Sondeo para gobernadores
Para gobernador, el candidato del PT Fernando Haddad es favorito para vencer en San Pablo aunque iría a una segunda vuelta con el bolsonarista Tarcisio Freitas o el actual gobernador, Rodrigo García, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
En Minas Gerais el gobernador bolsonarista Romeu Zema, del libertario Partido Novo, tiene chances de reelegirse en primera vuelta ante el lulista Alexandre Kalil, intendente de Belo Horizonte. Desde 1989, todos los vencedores a la presidencia también ganaron en Minas Gerais.
Por su parte, en Río de Janeiro, el gobernador bolsonarista Claudio Castro lidera, pero según Datafolha debería disputar contra Marcelo Freixo, del Partido Socialista Brasileño (PSB), el candidato de Lula.
Bolsonaro contra los sondeos
El presidente ultraderechista se encarga de desacreditar los sondeo de Datafolha en sus encuentros. "Aquí no está la mentirosa Datafolha. Aquí está nuestro Datapueblo", dijo ante una multitud de seguidores en Brasilia la semana pasada, un discurso que es replicado por muchos de sus más fervientes seguidores.
Datafolha afirma que en sus encuestadores vienen siendo hostilizados de forma creciente al hacer su trabajo en diversas regiones del país. Al menos 10 encuestadores (sobre un total de 470) que trabajan para la firma encuestadora Datafolha fueron atacados este martes 13 en diferentes puntos del país, en medio de una escalada de violencia por parte de militantes bolsonaristas, según consignó Folha.
Los casos ocurrieron en los estados de San Pablo, Minas Gerais, Alagoas, Maranhão, Goiás, Pará, Río Grande do Sul y Santa Catarina. Según la versión de la empresa, las personas que buscan intimidar a los investigadores, en la mayoría de los casos, se declaran como bolsonaristas o citan el nombre del presidente Jair Bolsonaro.
La directora general de Datafolha, Luciana Chong, informó que los atacantes acusan al instituto de ser comunista y en algunos casos trataron de filmar a los entrevistadores para intimidarlos. Este miércoles, por ejemplo, una mujer fue filmada y expuesta en las redes sociales por un hombre que la acusó de no querer entrevistarlo porque es seguidor de Bolsonaro. "Si dices que apoyas a Bolsonaro, ella corre... miren cómo corrió, vean la mentira, la farsa", decía el hombre, mientras perseguía a la encuestadora por la calle.
Chong explicó a la agencia de noticias AFP que no aceptar entrevistas de personas que se ofrecen para responder el cuestionario es una de las principales normas para garantizar que las encuestas no son sesgadas. "El abordaje debe ser aleatorio, dentro de los parámetros definidos al construir la muestra para que sea representativa, como ciudad, barrio, edad y género de los entrevistados”, explicó.