El frío del domingo, a las 3 de la tarde, nos hacía cambiar el color de la piel, y a medida que avanzábamos hacia la Plaza Giordano Bruno (detrás de Primera Junta, en Caballito), donde la AMB (Asamblea Maricas Bisexuales) instalaba el equipo de sonido (un megáfono y un parlantito con stikers) para salir al aire con la radio abierta, los colores seguían mutando. Sobre la pared, la que está delante de las vías del tren, descansaban los fanzines de la editorial Ternura Cyborg, que con piedras los sujetaban, evitando que el viento se los llevara. 

En los festejos del Día de la Opacidad Gay, La Brigada Brillantina iluminó la tarde con su política subversiva de embadurnar de brillantina a todo el que quisiera. El brillo como atracción, la duración del brillo de la brillantina que permanece dos o tres días sobre la piel, sin poder sacarlo de ninguna manera, porque algo que se adhiere y hace que la vista, indefectiblemente, vaya en esa dirección señalando algo que de otra forma pasaría inadvertido. Y una vez que accediste y lo tenés, los compañeros de trabajo se preguntan a dónde fuiste, qué te metiste; mientras no pueden dejar de mirarte. “Brillantinas del universo”, decían preformando. Después apareció Mariela Scafati con sus Serigrafías Queer estampando en vivo. Y entre las actividades que siguieron se destacó la charla “Vivir con Bicho”, medio desorganizada, pero Mati y Sacha dieron la cara y abrieron el tema para pensar sobre los cuidados yendo más allá de lo hetero-establecido y del sentido común sobre el concepto del cuidado. La lectura de lx mostrx Pablo Balcazar Abu-Abbarah fue una oda hacia los bugchasing (las personas que persiguen el bicho para tenerlo como trofeo), uno de los chicos que ya habían hablado, al cederle el megáfono precedió la lectura diciendo “esa gilada de moda”. Sin abrir la batalla sobre el tema, quedó con sutileza planteada la divergencia. “De eso se trata”, escuché decir a un historietista que se sentaba con el mate en mano mientras algunos curiosos pasaban, escuchaban y se iban. Los organizadores parecían satisfechos al ver a niñxs con su pelota en mano o sobre su skate acercarse para ver qué pasaba ahí. Un niño que recién estaba aprendiendo a leer se fijó en la bandera Asamblea Maricas Bisexuales y deletreando pronunció las palabras. Después, le llegó el turno a su mamá explicarle de qué se trataba eso. Tironeándolo del brazo se lo llevaba a la calesita, ahí donde todo gira sobre el mismo eje.