El desfile del orgullo en Kiev fue un éxito: unas 2500 personas manifestándose libremente. Y 5000 policías blindando el centro de la capital para que ningún justiciero de la heteronorma arruinara la fiesta. Los ultra conservadores habían amenazado vía Facebook que la manifestación, que fue este domingo, terminaría en “baño de sangre”. “Dios castiga los pecados de sodoma con la maldición. Ucrania ya ha vivido suficiente maldición y lo que estamos haciendo es añadir una más. Por eso como sacerdote ortodoxo, comparto la misma postura que Dios”, se escucha por fuera de la marcha donde la policía tuvo que enfrentar el odio.