Recién salido de imprenta, Una metáfora inoportuna: el cuerpo degradado en el teatro de Copi (Eudeba) del escritor y dramaturgo Hernán Costa, plantea un recorrido camp por el universo de Copi, cruzando sus producción artística con los significados que le otorgan al cuerpo estudiosxs como Foucault, Nancy, Preciado o Butler, particularmente en la simbología que asume el deterioro corporal, la enfermedad, lo abyecto, lo deforme, el goce y el martirio en sus obras teatrales y el condimento queer que, rechazando toda forma de patologización, crea medios expresivos de empatía y rechazo frente al público. El acento en este análisis corporal como campo de batalla y sus corrosivos estados mutantes se centra particularmente en tres obras de Copi, dos de las cuales conforman el doble programa que Di Fonzo Bo estrena en el Cervantes: Eva Perón y El homosexual o la dificultad de expresarse. En la primera, Costa devela una textualidad trastocada, en la cual el cuerpo enfermo de Evita posee una vitalidad tal que destierra cualquier posibilidad de leer la enfermedad como debilidad o pérdida de fuerza, como nos recuerda una cita de César Aira sobre la obra: “Evita no necesita morir como estaba programado en su mito. Se hace inmortal como imagen”. En la segunda, las relaciones de poder instaladas por los personajes en escena burlan toda lógica o jerarquía posibles, y el cambio de sexo opera como una transgresión a la norma en el personaje de Irina, que rompe e irrumpe con su abyección sobre el concepto estanco de lo humano. Así, ella encarna “una revuelta contra el sistema opresor”, compartiendo y batallando el espacio junto a Madame Simpson y Garbo: amantes, madres, conspiradoras y un largo etcétera de posibilidades y lecturas desviadas sobre el inconmensurable mundo de Copi, sus estallidos personales y sus estallados personajes.