La presentación del seleccionado argentino de rugby en Buenos Aires, luego de tres años, se daba con una expectativa enorme, debido a la posibilidad que tenían Los Pumas de ganar por primera vez el Championship. 

El campeón del mundo, Sudáfrica, arribaba con una carga intensa de partidos, ya que los jugadores llegaron después de dos encuentros en Australia, y hace un mes que están de gira fuera de su país.

El estadio de Independiente fue la sede de este duelo, y cerca de 32 mil personas estuvieron en Avellaneda. Entre ellas se ubicaron muchos jugadores de divisiones menores, que asistieron con las camisetas de sus clubes respectivos. 

El que recibió una gran ovación antes del partido fue el técnico de Argentina, Michael Cheika. El conductor está siendo reconocido por los hinchas, sobre todo luego del triunfo histórico ante Nueva Zelanda en condición de visitante.

A Sudáfrica, en el juego, no pareció afectarle aquel desgaste físico, ya que le hizo sentir el rigor en ese aspecto a Los Pumas. Los visitantes fueron arrinconando a pura potencia a Argentina, y la diferencia la fueron construyendo desde ese punto. 

Los tres tries que convirtieron en el primer tiempo llegaron por acciones donde prevalecieron en las formaciones grupales. El resultado fue 22-6 a favor de Sudáfrica al final de la primera parte, y más allá de los números siempre mantuvieron la iniciativa en el desarrollo.

Argentina salió con mayor decisión a jugar la segunda mitad, mientras los sudafricanos mantenían su firmeza en defensa, y aprovechaban los errores locales en la entrega de la pelota para provocar el desequilibrio. 

La gente, ante la pasividad que llegaba desde el campo de juego, se soltó más con el objetivo de contagiar a los jugadores para tratar de revertir la situación. 

Los cambios que decidió Cheika le permitieron a Argentina volcar el juego hacia el campo rival, y estuvo cerca del try en varias ocasiones. Matera, Mallía y Lavanini eran los que encabezaban los avances locales, para que el seleccionado se mantuviera un tiempo prolongado entre las 22 yardas y el ingoal.

El ingreso de Creevy lo convirtió en el hombre con más presencias en el conjunto nacional, con 95, superando a Nicolás Sánchez. 

El try de Argentina apareció a los 66 minutos para llegar a 13 con la conversión, y la esperanza creció de inmediato en todo el estadio. Moroni, dos minutos más tarde, marcó el segundo try local y la gente explotó. La diferencia era de dos puntos a falta de 11 minutos.

De Allende marcó para Sudáfrica y le bajó la euforia a la reacción local, que quedó nueve puntos abajo. En el último minuto, Marx marcó una vez más para los visitantes, y el resultado final quedó en 36-20.

La situación para ganar el título quedó favorable para los sudafricanos, y también para Nueva Zelanda. Por su parte, Argentina luchó hasta los últimos instantes, pero no pudo ante un adversario que mostró toda su jerarquía a lo largo de la tarde. 

El festejo de los Springboks en Avellaneda. (Julio Martin Mancini)