La hipótesis actual de la investigación es que Gabriel Carrizo era el líder del grupo que intentó matar a la vicepresidenta y, al menos por ahora, se trata de un grupo de odiadores, marginales, antiperonistas, neonazis, antisemitas, todo eso mezclado con pornografía, zoofilia y prostitución. Eso no quita de ninguna manera que, posiblemente a través de Carrizo, alguien los haya influido e incluso financiado. Esa es la clave de un caso que todavía está lejos de esclarecerse. Por de pronto, la lógica es que esta semana la jueza María Eugenia Capuchetti va a procese por tentativa de homicidio agravado a los dos últimos detenidos: Agustina Díaz y Carrizo, a quienes el jueves y este sábado la magistrada les negó la excarcelación. Aún así, la tentativa de magnicidio plantea todavía numerosas incógnitas.
1.- ¿De dónde sacaba dinero el grupo?
-Se plantean serias dudas. Está claro que no vendían copos de nieve, porque hasta la máquina secuestrada parece precaria. La cuestión de los copos era una pantalla para hacer la inteligencia previa que hicieron. Otros vendedores ambulantes, que los vieron en la calle, piensan que no vendían nada y que efectivamente eran parte de algo político. Una fuente de ingresos podría ser la venta de imágenes eróticas que Brenda ofrecía por internet. En su declaración de este viernes, Carrizo contó algo llamativo. Que Sabag y Brenda concurrieron al domicilio de Montes de Oca 1029, en Barracas, donde vivían Carrizo y otro integrante del grupo, Sergio Orozco. Fueron a una fiesta. Al día siguiente Sabag y Brenda volvieron al mismo domicilio para que ella tuviera relaciones sexuales con Orozco a cambio de 10.000 pesos. Mientras eso ocurría, Sabag y Carrizo se quedaron conversando. O sea, los ingresos -a todas luces insuficientes- venían de distintas fuentes como esas. Ahora bien, eso no explica cómo es que tuvieron el plan de alquilar un departamento en Recoleta, frente al de Cristina, para dispararle desde ahí a la vicepresidenta. Para semejante operación, se necesitaban al menos 500.000 pesos para los anticipos, depósitos e inmobiliaria. Pero en los chats hablaron el 23 de agosto de que iban a poner el dinero de la seña. En su indagatoria, Carrizo indicó que en un buen mes podía ganar unos 70.000 pesos con los copos y Sabag cobraba 60.000 pesos de un alquiler del departamento que le dejó su madre. Testigos contaron que el nacido en Brasil no hacía nada, estaba gran parte del día en su habitación viendo imágenes de actos sexuales entre animales. Y en su celular, también se encontró pornografía en la que se utilizan niñas y niños. En suma, la hipótesis de que vino dinero de algún lado, no parece descartable para nada.
2.- ¿Cómo era verdaderamente el plan?
En su declaración del viernes, Carrizo tuvo que responder sobre un mensaje del 1 de septiembre, después del ataque, en el que dijo: “esto estaba planificado para dentro de una semana, hizo todo mal (Sabag). Es un pelotudo”. El dueño del aparato de hacer copos se asustó inicialmente porque pensó que Sabag había usado una pistola calibre 22 que suministró Carrizo, es decir que atentarían contra Cristina con dos armas: la calibre 32 que usó Sabag y que, según la jueza, compró Brenda en abril, y la calibre 22 que, de acuerdo a los mensajes, Carrizo y Brenda descartaron esa misma noche cerca de Barracas. Tal vez la mecánica pensada era la misma, acercarse a la vicepresidenta y dispararle desde dos ángulos distintos. Por los mensajes encontrados en los celulares, barajaban las dos variantes: que con la estampida producida por los disparos, los tiradores podrían huir, o que los lincharan. Todo el tiempo mencionan a San Martín e imaginan que se van a convertir en héroes por matar a Cristina.
3.- ¿Qué falló?
En el procesamiento de Fernando Sabag y Brenda Uliarte la jueza no tiene una hipótesis definitiva del motivo por el que no salió el disparo. La pericia del arma y de los proyectiles indica que estaban en condiciones de matar. Sólo especifica que la corredera tenía un mal funcionamiento. Según Carrizo “mi amigo (Sabag) estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional. Estuvo muy cerca, falló el arma, no entiendo andaba bien”. Una posibilidad -esbozada por el criminalista Raúl Torre- es que, metido entre la multitud, Sabag se puso nervioso y accionó mal la corredera, la bala no entró a la recámara y el disparo no salió. La otra posibilidad es que Brenda haya llevado la Bersa en la bolsa blanca hasta Juncal y Uruguay, se la dio a Sabag, éste pensaba que la bala ya estaba en la recámara, no hizo el chequeo que hace cualquier persona experimentada, y accionó el arma sin el proyectil en la recámara. No hubo disparo. En cualquier caso, CFK salvó la vida de milagro. En los mensajes entre Brenda y Agustina Díaz, que parecen ser pareja y por eso son muy confidentes entre sí, Agustina la increpa a Brenda "¿por qué mandaste a ese tarado?"
4.- ¿Los integrantes del grupo están detenidos o falta alguno?
La impresión es que, como mínimo, falta uno. En las imágenes del día 28 de agosto, un sujeto con gorro y barbijo habló, en la esquina de Juncal y Uruguay, con Brenda y Sabag, ambos parados al fondo, contra un paredón. Esa persona no está identificada. En principio parecía Carrizo, pero en su declaración del viernes él afirma haber estado en Tigre. Habrá que ver. Después hay otras imágenes que llaman la atención y hacen pensar en la presencia de otros posibles atacantes, todos con barbijos y gorras, algo que los distingue de la multitud ya que no hay prácticamente nadie con barbijo. Agustina Díaz seguramente será procesada esta semana por los mismos cargos, tentativa de homicidio agravado por premeditación, alevosía, uso de armas y la participación de dos o más personas. Y se verá si a Capuchetti le dan los tiempos para firmar el procesamiento de Carrizo, por los mismos cargos. La impresión es que quedan detenciones por hacer.
5.- ¿Qué falta?
Según los investigadores, falta el círculo de arriba de la trama, es decir alguien que influyó y financió al grupo. ¿Es seguro que existe o podrían ser un grupo de odiadores y neonazis como existen en otros países? La verdad es que no se puede descartar. Pero hoy por hoy prima la idea de que alguien estuvo por encima. Por un lado, a partir del discurso: violento, en sintonía con Revolución Federal. La idea de matar a Cristina está presente todo el tiempo. Pero también estos mismos protagonistas tienen posteos de discursos de Javier Milei y del sector más duro del PRO. O sea, que alguien haya pensado "estos muchachos nos sirven, démosle unos mangos" es una hipótesis de trabajo en el expediente. Desde el punto de vista político es evidente que hay una influencia del mensaje odiador de la oposición y los medios odiadores del peronismo. Pero eso no alcanza en una causa penal: se busca un nexo concreto, real. Los investigadores dicen que están trabajando en una pista porque no les cierra la cuestión del dinero. Alguien los financió, concluyen.