El puntapié lo dieron los gobernadores, pero lentamente no hay mesa política que le rehuya a la discusión sobre qué pasará con las PASO el año que viene. Si bien en Casa Rosada desmienten que vayan a avanzar en una suspensión a nivel nacional, Juntos por el Cambio está convencido de que el Frente de Todos, de tener los números, buscará quitarles la principal herramienta que tienen para dirimir su interna. "Están a tres votos de suspenderlas", advierten desde las filas de JxC, que están en estado de alerta desde que algunas provincias anunciaron que suspenderían sus primarias. En el peronismo, mientras tanto, ganas no faltan: son varios los gobernadores e intendentes que, echando mano al argumento del "gasto económico" de las elecciones o del "cansancio" de parte de la sociedad, sugieren eliminarlas. Sin embargo, más allá de los beneficios que esgrimen algunos sectores del FdT, en el oficialismo predomina la convicción de que - al menos de momento - no están dadas las condiciones para avanzar en una reforma electoral.
"No tengo ningún proyecto que lleve adelante la eliminación de las PASO". La frase es del jefe de Gabinete, Juan Manzur, durante su exposición en la Cámara de Diputados, pero fue repetida por numerosas autoridades del gobierno nacional a lo largo de la semana. El objetivo era acallar los rumores que, desde la oposición, buscaban instalar que el Ejecutivo estaba preparándose para suspender las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en todo el territorio nacional. Para JxC había un precedente en lo que estaba sucediendo en las provincias: Gustavo Sáenz las había suspendido en Salta, Sergio Uñac las había suspendido en San Juan y Raúl Jalil estaba analizando hacer lo mismo en Catamarca. El caso de Chubut, sin embargo, terminó siendo un punto de inflexión: allí, la avanzada de Mariano Arcioni para suspender las primarias terminó reabriendo el fuego interno entre Mauricio Macri y Gerardo Morales, llevando a que les principales dirigentes de JxC tuvieran que salir en tándem a rechazar cualquier intento de reforma electoral.
En las últimas semanas, además, varios gobernadores habían comenzado a reforzar la presión sobre el Ejecutivo para discutir la posibilidad de suspender las PASO. Así lo hizo saber el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, publicando en sus redes un comunicado de la "liga de gobernadores" en el que solicitaba "redistribuir recursos no imprescindibles como el financiamiento de gastos electorales". La carta llevaba la firma de casi todos los gobernadores peronistas. Ese mismo día, además, el riojano Ricardo Quintela se había reunido con el ministro de Interior, Wado De Pedro, y le había pedido que suspendieran las PASO porque representaban "un gasto innecesario para las provincias". Los gobernadores estaban presionando, JxC lo sabía, pero las alarmas se terminaron de disparar cuando Alejandra Vigo, senadora cordobesa y esposa del gobernador Juan Schiaretti, salió a tuitear el viernes que su espacio político nunca había estado a favor de las PASO.
"Ahora sí les van a sobrar los votos para eliminar las PASO si quieren", deslizó un dirigente del radicalismo. Los chats cambiemitas ardían con el mismo cálculo: si se sumaba los 3 diputados de Córdoba Federal a los 118 del FdT, los 5 de Provincias Unidas y, probablemente, las 2 bancas de Javier Milei - a quien le conviene que JxC no tenga PASO - y la del santacruceño Claudio Vidal, el oficialismo contaría con los 129 legisladores que necesitaría para aprobar la reforma en la Cámara de Diputados. De cumplirse este escenario, JxC se quedaría sin su principal instrumento para definir liderazgos, abriendo un casi ineludible proceso de fragmentación (ya que ni Patricia Bullrich ni Horacio Rodríguez Larreta ni Facundo Manes - o quien sea que termine siendo el candidato del radicalismo - tiene planeado bajar su candidatura). Más perjudicial sería, incluso, para el PRO, que no tiene ni la gimnasia ni los mecanismos de la centenaria UCR para definir candidaturas.
"Hay que estar preparados", sostienen desde las filas cambiemitas, en donde ya se comenzó a diagramar un sistema para el caso de las provincias que no tienen PASO locales. Allí, las candidaturas se decidirán o por un pool de encuestas (todas extranjeras, de modo de que "nadie pueda meter mano"), o una interna abierta con un padrón previamente registrado (a lo Estados Unidos) o una interna abierta sin padrón. Si bien la mesa nacional de JxC ya está pensando opciones, las alarmas están encendidas - en especial en el entorno de Patricia Bullrich, la principal perjudicada por toda esta situación - y les principales dirigentes del PRO, la UCR y la CC se pasean por los medios advirtiendo sobre los peligros de una reforma electoral de último momento.
"Tampoco tienen demasiada autoridad. Parece que se olvidaron que en 2019 Vidal intentó hacer lo mismo pero Macri no la dejó", ironizó, mientras tanto, una dirigenta del peronismo bonaerense. En Buenos Aires no son pocos los intendentes que reclaman, hace tiempo, eliminar las PASO para tener mayor control sobre las listas. Ya fuera con el argumento de "reducir el gasto en un contexto de crisis" o porque observan que, luego de la pandemia, existe un nivel de desinterés generalizado de parte de la población por las elecciones, no son pocos les dirigentes territoriales que - por lo bajo - sugieren suspender las PASO el año que viene. Algunos lo dicen porque saben que perjudicaría a la oposición, pero otros temen también las consecuencias que podría tener para el propio oficialismo: "Eso de que el que gana conduce y el que pierda acompaña no es muy cierto. Todos vimos lo que pasó con la PASO entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez: se convirtió en una carnicería. Y hoy no se si la situación económica y política da para una PASO tranquila", deslizó una referenta del PJ bonaerense con muchas campañas encima.
En el caso de la interna presidencial, la gran mayoría del FdT considera que - con PASO o sin PASO - el candidato lo terminará poniendo Cristina Fernández de Kirchner. Si bien muches siguen sosteniendo la premisa de una "gran PASO" que termine de dirimir las internas entre el kirchnerismo, el albertismo y Sergio Massa, cada vez son más les que apuestan por un acuerdo político entre "un nombre" - que podría ser Massa - y CFK. En el mientras tanto, sin embargo, el oficialismo coincide en que no están dadas las condiciones para eliminar las primarias. "Al menos no renunciemos a tener la herramienta disponible", razonó un dirigente de peso con terminales en todos los sectores del FdT.