En el Museo de Bellas Artes de Salta se podrá disfrutar hasta fines de septiembre de la muestra "La Espera", de la artista y diseñadora textil Karla Buzo, que fue producida por el espacio de difusión La Arte Contemporánea. Las piezas que conforman la exposición elaboran un recorrido que vincula el cultivo de fibras vegetales, particulamente del lino (Linum usitatissimum), con sus derivaciones textiles y, sobre todo, representa un agradecimiento de la artista con la comunidad El Barrial, del departamento San Carlos.
Karla Buzo nació en Uruguay y reside en los Valles Calchaquíes desde 2003. La convivencia con el pastoreo de camélidos, las prácticas agro textiles en rastrojos de cereales de un valle fértil y la vegetación nativa, fueron las piezas fundamentales que compusieron el ritmo poético de su obra. En las piezas se vislumbra el manejo de las fibras naturales en estado puro para intervenir paisajes y objetos.
En diálogo con Salta/12, la artista contó que además de ver la utilización de las fibras naturales, la obra tiene a interlocutores diversos que responde a la convivencia con pequeños productores que viven en El Barrial. Ese contexto le permitió vincularse con hilanderos, tejedores y artesanos, el resultado es una muestra que guarda un espíritu comunitario y evidencia un "trabajo interdisciplinario", a pesar de que es un trabajo individual.
"Me he dedicado, a través del textil, a relacionarme con la comunidad y aprender a manejar cultivos", contó la artista. La zona de los Valles Calchaquíes se destaca por ser una gran productora de fibras naturales, además de los pimientos que cultivan las familias rurales. Teniendo en cuenta este contexto Buzo dijo que su trabajo se "engloba en un oficio agro textil", ya que los Valles "son un cuna textil por excelencia".
Por esta característica de la producción primaria en los Valles, y con la intención de fortalecer la economía regional del lugar, la comunidad emprendió la iniciativa de reactivar el cultivo de lino. "En el país se había perdido la variedad específica" para producir textiles, lo que derivó en que se comenzaran a hacer análisis e investigaciones sobre la semilla del lino. "Llegamos al momento en que nos reafirmaron que no existían más las semillas y nos pusimos en campaña para retomarlas", relató Buzo.
El lino es oriundo del Mediterráneo y llegó durante el período de la colonia. El último registro en Argentina data de los años 90, pero se supo que desde los años 70 no se cultivó más.
Para Buzo, el trabajo comunitario de recuperación de la semilla también responde a que la región del NOA "tomó la posta en la recuperación de fibras naturales que se las considera dentro de las fibras preciosas", como el propio lino, el algodón agrotextil, la fibra de banano y la seda nativa. "Son fibras que se están trabajando y recuperando, teniendo en cuenta los sistemas sustentables".
En ese sentido, la artista destacó que la producción de la semilla del lino pudo ser recuperada porque el suelo de los Valles Calchaquíes lo hace posible, y además porque no usan agroquímicos. "Nos brinda su hilo, pero también su floración y tiene propiedad para el apicultor", añadió, señalando que el trabajo de recuperación también es una respuesta favorable a las problemáticas climáticas y del ambiente.
"Hay un estímulo grande de la comunidad para continuar este cultivo", más todavía "sabiendo que nos brinda esta posibilidad de ser pioneros en el país". Desde 2018 la artista se dedicó a una labor fuerte con los cultivos. Particularmente, sobre el lino, dijo que tienen a favor que la tela de lino es tendencia mundial dentro de la moda y el arte textil, lo que permite mayor repercusión en el ambiente artístico.
Buzo consideró que en la actualidad existe una "revalorización en ese eslabón del trabajo", que nació de la cotidianeidad de culturas ancetrales. "Hilar es una práctica perfomática", que simboliza el pensamiento, por lo que considera que cuentan con herramientas que "tienen esa carga genética y cultural que realmente conviven con las comunidades".
El proyecto comunitario sobre la recuperación del lino salió seleccionado en la convocatoria Gestionar Futuro, de la Nación, lo que les "abrió una puerta inmensa para la vinculación con otras fibras".
La relación de lo textil con el clima y el territorio
Si bien la muestra es individual, para Buzo representa una "forma poética de contar mi experiencia en el Valle y estas convivencias, además del agradecimiento por todo lo aprendido y el intercambio que tengo en espacios comunitarios". Ese trabajo comunitario de años y la continuidad de los procesos de recuperación de semillas, la llevaron a desarrollar una muestra diversa, pero que con un diálogo permanente entre una pieza y otra.
El artista, gestor cultural y bioquímico Hugo Albrieu, quien compartió un texto curatorial sobre la obra, dijo que cada uno de "sus tejidos, sus adobes con fibra, sus papeles, hablan de la tierra donde se plantó la semilla hasta del proceso de producción y cómo funciona esa economía familiar. Valiéndose del objeto producido para hablar de esto, imprime a los materiales de la región la transformación como posibilidad".
Además, sostuvo que "lo textil está inevitablemente relacionado al clima y al territorio. Y el territorio evoca paisajes y el paisaje aparece tácito en sus piezas".
Para Buzo, el resultado de la muestra también pone en evidencia su propia visión poética de lo producido, señaló que habiendo nacido cerca del mar en Uruguay, en los Valles siente "esa profundidad que se nos brinda cuando nos sentamos frente al mar". "Ese despertar y revelación me parecen interesantes. Realmente todo este trabajo sobre el cultivo del lino fue una revelación hermosa".
Además del uso de las fibras naturales, en la muestra también están presentes otros recursos naturales. Por ejemplo, la obra "Hilo de agua", es una pancarta bordada sobre hilo de llama y tiene escrito el nombre de la obra con algodón orgánico hilado a mano.
Lo del agua no es casual, puesto que desde hace más de 10 años, la población del departamento San Carlos reclama agua potable sana y segura. Es que diversos estudios han evidenciado la presencia de arsénico y boro en las fuentes de distribución del recurso.
Como otro elemento alentador en la producción de lino en esta zona, se comprobó que esta planta es resistente al boro, lo que representa "una esperanza para seguir pensando, contruyendo y contribuyendo al trabajo familiar agrotextil", dijo la artista.