Cada 8 de septiembre se celebra en la Argentina el día del agricultor y la agricultora. La fecha fue instituida el 28 de agosto de 1944 en recuerdo de la fundación de la primera colonia agrícola asentada en Esperanza, provincia de Santa Fe, en 1856, y para homenajear a todas aquellas personas que dedican su vida a cultivar la tierra para abastecer a la población de comida.
Por eso, ese mismo día, unos 30.000 productores y productoras de todo el país, que no se ven representados en las demandas de las entidades agrarias existentes, decidieron lanzar su propia herramienta gremial, la Federación Rural para la Producción y el Arraigo, que busca irrumpir en las actuales discusiones de la Mesa de Enlace para instalar otra agenda, la de los que producen “los alimentos del pueblo”, reza su documento fundacional.
Luego de esa presentación en comunidad a nivel nacional, llegaría el turno de los lanzamientos locales, y el recorrido comenzó por el Norte. Entre el jueves y el viernes, Jujuy y Salta se presentaron en sociedad con marchas que coparon las localidades de Fraile Pintado y Colonia Santa Rosa.
Los dos pueblos se encuentran ubicados a la vera de la ruta nacional 34 y con mucha presencia de familias agricultoras que, como en casi todo el país, no son dueñas de las tierras en donde viven y trabajan cotidianamente.
El jueves 15, las calles de la jujeña Fraile Pintado se vistieron de rojo cuando más de 2.000 pequeños agricultores de las 10 localidades que conforman la Federación Rural en aquella provincia marcharon de punta a punta por su avenida principal para terminar con un acto en la plaza central y una feria popular en donde vendieron sus productos a los vecinos.
Un día después, la salteña Colonia Santa Rosa repitió la celebración con unos 600 campesinos y campesinas que recorrieron el pueblo y terminaron en la plaza presentando la nueva organización gremial junto al intendente Mario Guerra y autoridades de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena de la Nación.
La consigna de sus referentes y referentas fue clara y contundente, “queremos discutir palmo a palmo con las demás entidades agrarias, y que el Estado de una buena vez nos dé el lugar que nos corresponde”, “vamos por un nuevo modelo agrario, basado en la agroecología, en la comida sana y saludable para nuestro pueblo, en donde los campesinos no tengamos que abandonar el campo para amontonarnos en las periferias de las grandes ciudades, sino que tengamos condiciones dignas para vivir y criarnos”, repitieron las referentas del espacio, Fabiana Bejarano, de Fraile Pintado, y Carmen Bonilla, de Colonia Santa Rosa.
Las dos coincidieron que sin una Ley de Acceso a la Tierra para dejar de alquilar, sin créditos para adquirir maquinaria para mejorar la producción, y sin una política para eliminar la especulación en el precio de los insumos y los intermediarios a la hora de comercializar, con mercados de cercanía y canales de venta directa entre productor y consumidor, no es posible avanzar hacia la soberanía alimentaria.
“La Federación representa la unidad, el trabajo conjunto entre todos los que producimos los alimentos que consumen nuestros compatriotas para visibilizar nuestro sector”, expresó Cármen Bonilla, “soñamos con avanzar con la creación de más cooperativas que nos permita tener una vida digna, y ser tomados en cuenta por los gobiernos para poder desarrollarnos allí donde vivimos sin necesidad de tener que migrar”, agregó. “Somos muchos más que los que integran la Sociedad Rural o la Federación Agraria y, sin embargo, no nos escuchaban, ahora lo van a hacer”, concluyó.
“Es un orgullo pertenecer a esta Federación naciente que nos da un lugar más equitativo como sector para poder canalizar nuestras demandas y necesidades”, ratificó Fabiana Bonilla. “Soñamos con transformar la realidad de los pequeños productores, de los que siempre fuimos marginados y en el anonimato para el gobierno nacional”, añadió.
Nuevo modelo agrario
Según datos del censo agropecuario 2022, en los últimos 40 años más de 300 mil familias agricultoras se fueron del campo a la ciudad: “Eso da cuenta de un modelo que nos excluye a las familias que generamos trabajo en el campo, por las reglas que se ponen, los contratos de arrendamiento sin reubicación, sin políticas de acceso a la tierra. No se puede estar en el campo eternamente arrendando, porque te va mal en una cosecha y quedás patas para arriba", expresó el coordinador nacional de la Federación Rural, Lautaro Leveratto.
El líder del espacio subrayó la necesidad imperante de un nuevo modelo de producción y desarrollo agrario, con soberanía alimentaria, acceso a la tierra y “una agricultura familiar fortalecida”, ya que, recordó, son quienes producen alimentos de calidad para el mercado interno.
“Un modelo agrario con justicia social y soberanía política, donde se produzca con tecnologías del siglo XXI, los créditos sean accesibles y no privilegios de unos pocos”, sostiene el documento que acompañó el lanzamiento nacional de la Federación.
El texto aclara que buscan el desarrollo de otra economía, “con valores de distribución y no de acumulación”, de economía popular y campos con gente, “de pueblos con vida”. Que mejore las condiciones de la ruralidad para favorecer el arraigo de la juventud, que genere más y mejores puestos de trabajo “y permita repoblar nuestro interior olvidado”.
Entre sus urgencias, incluyen que el Congreso apruebe las leyes de Acceso a la Tierra, Protección de Cinturones Verdes y Fomento a la Agroecología, que aún no tomaron estado parlamentario. Y que se reglamente con un presupuesto acorde la Ley de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar, una promesa del presidente Alberto Fernández.
“Venimos de largas caminatas de nuestro pueblo mestizo, campesino, migrante, indígena y chacarero. Nacemos de las resistencias al despojo y colonización que llevaron adelante nuestros hermanos originarios, nacemos de las banderas del Grito de Alcorta, esa revuelta campesina de hace un siglo, cuyas consignas siguen tristemente vigentes, por la lucha contra la injusticia que sufren cotidianamente las familias trabajadores del campo, nacemos de las Ligas Agrarias que lucharon contra la explotación campesina en los años más trágicos de nuestro país, y no caminamos solos, lo hacemos junto a otras y otros que quieren un campo que promueva el Buen Vivir”, reza entre sus párrafos el documento fundacional de la Federación Rural.
En Salta y Jujuy está compuesta por unas 3.000 familias de agricultores de Chalicán, Santa Clara, Palma Sola, Fraile Pintado, Aguas Calientes, Pampa Blanca, Pampita, Perico y Monterrico en Jujuy. Y de Orán, Campo Santo, Rosario de Lerma, El Lipán, Apolinario Saravia y Colonia Santa Rosa, en Salta.