El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició ayer en Polonia su segunda gira internacional con la incógnita de si aprovechará su debut en la cumbre del G 20, en Alemania, para suavizar las tensiones con sus socios europeos y de la OTAN que surgieron en su anterior visita a Europa.
En medio de las expectativas por las reuniones que mantendrá en el G 20 con sus pares ruso, chino y mexicano, el avión Air Force One de Trump aterrizó en Varsovia para su primera visita bilateral a un país europeo, en la que se entrevistará con su homólogo polaco, Andrzej Duda, y dará un discurso en la plaza Krasinksi.
La visita, tildada de “histórica” por el gobierno nacionalista y conservador polaco, es vista con recelo desde otras capitales europeas, porque Trump eligió como primer destino a uno de sus socios más controvertidos y euroescépticos.
El presidente y su mujer Melania Trump llegaron al aeropuerto de Varsovia sobre las 22.15 hora local para una visita de menos de 24 horas, ya que hoy a mediodía volará rumbo a Hamburgo, en el noroeste de Alemania, para participar en la cumbre del G 20. La jornada en Varsovia empezará con un encuentro entre Trump y Duda en el palacio presidencial, al que seguirá una breve comparecencia ante los medios, y luego ambos participarán en un encuentro con jefes de gobierno de Europa Central y Oriental.
Se prevé que en este foro, de carácter económico, Trump va a proponer a los 12 países participantes que importen gas licuado de Estados Unidos, con el argumento de reducir así su dependencia energética de Rusia.
Se trata del segundo viaje internacional del magnate tras el que realizó en mayo por Arabia Saudita, Israel, el Vaticano, Bruselas, donde visitó las instituciones de la Unión Europea (UE) y Sicilia, Italia, donde participó de la cumbre del grupo de los países más industrializados, o G7.
Para Jeffrey Rathke, director adjunto del programa europeo del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS), lo más interesante de esta gira será observar “si será un reflejo” de la primera en cuanto a la “fricción” que demostró Trump en sus contactos con líderes de la UE, la OTAN y el G-7. “Así que la gran pregunta es si Trump reparará algo del daño de las paradas en Europa en mayo o lo agravará”, comentó Rathke recientemente en una conferencia telefónica con periodistas.
Además del aislamiento de Trump entre los líderes del G 7 por sus posturas sobre cambio climático y comercio, en mayo fue cuestionado también el discurso que dio en Bruselas en la sede de la OTAN por la ausencia de un compromiso expreso con el Artículo 5, la piedra angular de la defensa común de la Alianza Atlántica.
Por ello, Rathke cree que el discurso que Trump dará hoy en la céntrica plaza Krasinksi de Varsovia es una “oportunidad” para que el mandatario corrija lo ocurrido en Bruselas y hable expresamente del compromiso de Estados Unidos con ese Artículo 5. La escala en Polonia será, seguramente, la más gratificante de la gira, puesto que como recordó Rathke, ese país es un “paradigma” de algunas de las prioridades del gobierno de Trump debido a que cumplió el compromiso de aumentar su gasto militar hasta el 2 por ciento de su producto bruto interno (PBI) y a sus políticas migratorias.
Asimismo, Trump asistirá en Varsovia a la cumbre de los Tres Mares, un foro en el que estarán los jefes de gobierno de 12 naciones de Europa Central y Oriental, que normalmente tienen una visión más favorable de Estados Unidos que la del resto de países de la región.
Durante el viernes y el sábado Trump participará en Hamburgo de su primera cumbre de líderes del G 20 y ayer anticipó, en un tuit, que insistirá en cuestionar los acuerdos comerciales “con países que no ayudan” a Estados Unidos.
En los márgenes del G 20 todas las miradas estarán puestas en la primera reunión bilateral de Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin, que tendrá lugar el viernes. El Kremlin declaró ayer que espera que ese encuentro sirva para establecer un “diálogo de trabajo, vital para el mundo”, mientras que la Casa Blanca mantiene silencio sobre los temas que quiere abordar Trump con Putin más allá de que aspira a forjar una relación “más constructiva”.
La otra reunión que también genera mucha expectación es la que mantendrá Trump con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, quien canceló una visita a la Casa Blanca a comienzos de año por las tensiones sobre el muro que el estadounidense quiere levantar en la frontera entre ambos países.
Por otro lado, el viaje de Trump a Europa se produce en un momento de creciente tensión con Pyongyang tras el lanzamiento de un misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte y que, según lo calculado, podría alcanzar Alaska.
Al salir ayer de la Casa Blanca y ser preguntado por los periodistas sobre la situación con Corea del Norte, Trump respondió escuetamente: “Lo vamos a hacer muy bien”. De momento Corea del Sur y Estados Unidos respondieron con un ensayo conjunto de misiles al lanzamiento del proyectil intercontinental norcoreano.
Mientras, en un tuit, Trump cargó contra China, con cuyo presidente, Xi Jinping, también se reunirá durante el G 20, y resaltó que el comercio entre Beijing y Corea del Norte “creció casi un 40 por ciento” en el primer trimestre de este año.