Líderes de todo el mundo empezarán a intervenir este martes ante la Asamblea General de la ONU, que este año se presenta marcada por la guerra en Ucrania y varias crisis como la alimentaria y la energética, que se ven agravadas por el conflicto. Luego de un 2020 en el que la reunión se celebró de forma virtual por la pandemia de coronavirus y un 2021 en el que se llevó a cabo de forma híbrida, en esta ocasión todos los líderes que intervienen lo harán en persona desde Nueva York. La única excepción será la del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, a quien se le permitió dirigirse al resto del mundo a través de un video pregrabado.
Siete naciones votaron en contra de esta iniciativa (Rusia, Bielorrusia, Siria, Cuba, Corea del Norte, Eritrea y Nicaragua), argumentando que debería extenderse a todos los líderes, ya que el presidente chino, Xi Jinping, y su par ruso, Vladimir Putin, no viajarán a Nueva York. La delegación rusa estará encabezada por el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, quien además de hablar ante la asamblea tiene previsto participar el jueves en una reunión ministerial sobre Ucrania en el Consejo de Seguridad.
El foco en Ucrania
El conflicto ucraniano será el asunto que marcará este año la gran semana de la diplomacia internacional, que se celebra en un momento de avances militares por parte de Kiev, que le han permitido recuperar parte del territorio que Rusia había ocupado. Hasta ahora, una mayoría de países del mundo respalda a Ucrania en Naciones Unidas y se espera que las potencias occidentales busquen esta semana ganarse también el apoyo de países importantes que durante meses se han mantenido más o menos al margen. Tal es el caso de la India, que se está viendo beneficiada por el conflicto en materia energética.
La crisis alimentaria, agravada por la guerra en Ucrania, será otra de las cuestiones que estará en el centro de los debates en la ONU. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, copresidirá el martes una cumbre sobre seguridad alimentaria junto con la Unión Africana, la Unión Europea y España, en momentos en que los altos precios de los alimentos están provocando hambrunas.
También se espera mucha atención para la crisis energética vinculada al conflicto (de importancia directa para los países europeos, pero también para el mundo en general por el encarecimiento de los combustibles) y para el cambio climático (con la ONU a la busca de nuevos compromisos nacionales).
"El mundo sigue girando"
La coyuntura económica, marcada por la fuerte inflación a nivel mundial, figurará también de manera importante en los discursos de muchos líderes. Con miles de diplomáticos presentes en Nueva York, en paralelo a la Asamblea General habrá posibilidad de discutir todo tipos de cuestiones, incluidos asuntos clave de la agenda internacional como las negociaciones nucleares con Irán, la situación de conflictos enquistados como los de Yemen, Libia o Siria y las crisis en varios países africanos, en particular los del Sahel.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, reconoció en parte estas inquietudes. "A los países les preocupa que mientras nos enfocamos en Ucrania, no estamos prestando suficiente atención a otras crisis en el mundo. Este no es el caso", aseguró Thomas-Greenfield, quien agregó: "El mundo sigue girando. No podemos ignorar lo que está pasando en el resto del mundo".
Por su parte la oficina del presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que buscará "el diálogo con nuestros socios del Sur para evitar sembrar esta idea de que es Occidente contra el resto", y aseguró que la "emergencia climática" también tendrá un lugar protagónico en los debates.
Los países en desarrollo, los menos responsables del calentamiento global pero sus primeras víctimas, están hartos de que la acción climática pase con demasiada frecuencia a un segundo plano. "No tenemos más tiempo que perder", sostuvo el embajador de Antigua y Barbuda, Walton Webson, presidente de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS por sus siglas en inglés), quien espera compromisos en materia de financiamiento para afrontar el cambio climático.
Cambios de agenda por el funeral
En cuanto a la logística, las reuniones de este año se vieron algo condicionadas por la celebración del funeral de la reina Isabel II, que afectó sobre todo a la cumbre sobre educación que organizó este lunes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. La presencia de muchos jefes de Estado en Londres impidió su participación en esta cita y, además, cambió el guion habitual de la Asamblea General.
Por ejemplo el presidente estadounidense, Joe Biden, que siempre interviene en la jornada inaugural, no hablará en esta ocasión hasta el miércoles. Sí estará en este arranque Jair Bolsonaro, que cumplirá la tradición y, como presidente de Brasil, pronunciará el primer discurso entre más de un centenar de jefes de Estado y de gobierno que pasarán por el podio de la Asamblea General.
Latinoamérica protagonista
La sesión de este martes tendrá una importante presencia latinoamericana y supondrá el estreno en la ONU de varios nuevos líderes de la región como el chileno Gabriel Boric, el colombiano Gustavo Petro y la hondureña Xiomara Castro. Junto a estos nuevos estandartes de la izquierda latinoamericana hablarán también este martes el presidente peruano, Pedro Castillo, el argentino Alberto Fernández y el boliviano Luis Arce.
También se espera la participación de otros dirigentes latinoamericanos de distinto sesgo político como los presidentes de Paraguay, Mario Abdo Benítez; de Guatemala, Alejandro Giammattei; y de El Salvador, Nayib Bukele, que llegará a Nueva York tras haber anunciado su controvertida decisión de optar a la reelección.
Entre los líderes más importantes que tomarán la palabra el martes figuran el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; y los jefes del gobierno de Italia, Mario Draghi, y Japón, Fumio Kishida. También se espera la presencia del presidente iraní, Ebrahim Raisi, y del mandatario venezolano, Nicolás Maduro.