Cuando el ministro de Economía, Sergio Massa, parecía tener bajo control la botonera de la cartera y la coordinación con otras direcciones, una decisión del Banco Central (BCRA) que en el ministerio consideran unilateral -la prohibición para que los que usaron el dólar soja puedan operar dólares financieros-, le complicó el panorama y metió ruido fuerte con sectores del campo. Además de desnudar que aún existen tensiones entre Economía y el organismo que conduce Miguel Pesce, que pegaron de manera negativa en los mercados con el dólar blue alcanzando fuertes subas.
El lunes por la tarde, el BCRA dispuso que el campo que había adherido al beneficio cambiario del “dólar soja” no iba a poder darse vuelta y, con esos pesos, operar con dólares ahorro o financieros. Cerca de las 23 horas del mismo día, y luego de haberse enterado por la circular del Central, Massa ordenó que “inmediatamente se corrija el error”. Así las cosas, hoy la prohibición rige sólo para empresas y no para personas físicas, y hasta los directivos de esas compañías en forma individual pueden acceder a divisas, tal el compromiso tomado y avisado al sector.
De todos modos, en el medio de eso, ya sectores del agro habían puesto el grito en el cielo apelando a una supuesta traición del Gobierno para hacerles vender la cosecha (ante la necesidad oficial de tener dólares) y luego vedarles la posibilidad de que operen donde quieran con esos pesos. Una pose actuada dado que, además, la mayoría estaba al tanto de que una medida así podía ocurrir, previamente avisados por el Gobierno. Pero el beneficio del dólar soja de 200 pesos fue tan fuerte que ni siquiera la prohibición a empresas para ir al mercado financiero frenó las ventas: ayer los productores de soja les entregaron a los agroexportadores 650 mil toneladas por valor de 350 mil dólares. Un número igual a los de la semana pasada, cuando no había restricciones cambiarias.
Sin embargo, sí hubo un efecto negativo: la turbulencia interna del Gobierno por el tema transformó la jornada en un desboque del dólar blue, que trepó casi 3,6 puntos y cotizó en 287 pesos (ver página 2), el número más alto en varias semanas. El hecho en sí es la primera mini crisis que afronta Massa en cuanto a manejo de la situación interna.
El gérmen de la medida
La historia de estas idas y vueltas, que reconstruye aquí Página I12, empezó a cocinarse a mediados de la semana pasada. El Gobierno detectó que, entre jueves y viernes, un grupo de cooperativas, empresas agrícolas y acopiadores que habían usado el dólar soja, estaban recalentando el mercado de los paralelos con operaciones allí. Concretamente, compraban bonos para pasarlos a dólares vía la venta de los mismos 48 horas después de comprarlos, y así buscar algún refugio para los pesos. La operatoria con el dólar MEP era mayoritaria y algo menor en el contado con liqui, que precisa de una ingeniería mayor. Eso molestó al Gobierno por dos razones: la primera, que ya les había concedido un beneficio dándoles un dólar a 200 pesos; la segunda, que en las reuniones que Massa mantuvo con los directivos de la Mesa de Enlace, les avisó que, si se iban a los dólares financieros con los pesos obtenidos del dólar soja, el Gobierno iba a sacar una circular para trabarles las operaciones, y que eso iba a alcanzar a empresas y no a personas físicas. Ergo, no debió haber sorpresas.
En ese contexto, y al ver que había un puñado de firmas que estaban haciendo lo que sabían no se debía hacer, se empezó a pensar en la resolución, pero no de la manera en que salió. “En vez de hacer caso por caso, excluyeron a todos”, se quejó un alto funcionario de Hacienda, que ya se veía venir una disputa con un sector que, más allá de las diferencias del caso, el Gobierno precisa para estabilizar las reservas en el corto plazo. Cerca de Massa afirman que nunca hubo de parte de Pesce una consulta de cómo proceder, cuando en Economía creían que lo correcto era identificar quiénes habían operado, aislarlos, que los bancos hablen con sus clientes y les ofrezcan el beneficio de acceso a cuentas especiales dólar link y así evitar un fuego innecesario por sólo algunos casos puntuales. Y en el caso de que la movida no cesara, sacar la Resolución, excluyendo a personas físicas, que fue lo que terminó haciendo Massa.
¿Un revival de la era Guzmán?
Para algunos consultados por este diario, esas horas revivieron las tensiones de Pesce con el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, que antes de irse pidió el manejo de la mesa de dinero del BCRA como gesto para manejar la economía. Se lo negaron, entre otros puntos, y se fue. “No es ése nivel de tensión, pero hay molestias”, describió alguien que conoce a Massa y Pesce. Es que para Economía la interacción coordinada con el BCRA es clave para la gestión económica.
Ya hubo un choque previo entre Massa y Pesce, hace unos días, que tuvo menos prensa: Economía y Agricultura no estuvieron de acuerdo con la normativa –que ahí el BCRA sostuvo- de subirles la tasa del financiamiento a los productores que tomaron el beneficio de dólar soja. Pero pasó y el ministro decidió no intervenir.
Esta vez, tan desprolija fue la decisión que el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, debió salir en diferentes radios a blanquear que nunca se había pensado prohibirles a los productores usar esos pesos en el mercado del dólar financiero. Y de paso avisó, tal como adelantó este diario, que el beneficio del dólar soja termina el 30 de septiembre. En ese escenario, y aún a sabiendas de que el propio Massa les había avisado que esto podía pasar, la Mesa de Enlace se quejó de supuesta traición vía Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural (SRA). El personaje en cuestión, hoy exigido políticamente por las elecciones internas en la entidad, salió a jugar fuerte de todos modos, para no ceder a las presiones más conservadores del campo. Pero la SRA vendió.
Tres enigmas
Así las cosas, en esta historia hay tres enigmas. El primero, si es que hubo una picardía del Gobierno en la decisión. Por qué? La resolución del BCRA salió el mismo día en que el presidente Alberto Fernández confirmó a Pesce en el cargo. Y en el mismo día en que las ventas de los productores sojeros superaron las 9 millones de toneladas, que era la estimación oficial total el mes. Técnicamente, podría inferirse que el Gobierno había conseguido el cometido. De hecho hoy, faltando 10 días para el fin del dólar soja, Massa ya consiguió casi 4600 millones de dólares de los 5000 que había prometido.
El segundo interrogante es ver cómo sigue la relación de Economía y el BCRA. Inicialmente, Massa quería que Lisandro Cleri, hoy vicedirector del Central, quede a la cabeza. Pero el Presidente bancó a Pesce y la inclusión de Cleri como los “ojos” del tigrense no parece haber rendido sus frutos para evitar este ruido con la resolución. Massa, como entonces Guzmán, cree que sin el BCRA alineado, el escenario se complica.
Y el tercer enigma es qué pasará con las ventas a dólar soja en lo que queda del mes. Ayer, Gustavo Idigoras, presidente de la cámara de exportadores de cereales CIARA-CEC, consideró que "la medida del BCRA claramente va a tener un efecto sobre el flujo de ventas hacia los exportadores". Pero el dato del lunes parece haber cambiado el foco y se espera que las ventas sigan firmes.