La economía nacional registró en el segundo trimestre un crecimiento del 1 por ciento respecto de los tres meses anteriores, con lo cual al cierre del semestre acumulaba un avance interanual del 6,5 por ciento, informó el Indec. La crisis política al interior de la coalición de gobierno, el impacto de lleno de la guerra en Ucrania y las propias debilidades económicas internas hicieron que el desempeño general empeorase en la segunda parte del año. Las estimaciones de crecimiento para diciembre se ubican, de acuerdo a los cálculos de las consultoras privadas, en torno al 3,3 por ciento.
La fotografía de la situación macroeconómica a junio servirá para medir el impacto de la seguidilla de tensiones que se fueron acumulando en lo que va del segundo semestre: la corrida en contra de los bonos del Tesoro en pesos, que se tradujo en presión sobre los dólares paralelos y, en medio de la parálisis del Gobierno por los debates internos acerca de qué hacer, la renuncia de Martín Guzmán, el reemplazo por Silvina Batakis y el posterior cambio en favor del actual ministro, Sergio Massa.
Se produjo un fuerte deterioro de las reservas del Banco Central a causa de las mayores importaciones del sector energético y del impacto negativo de la brecha cambiaria. Al mismo tiempo, la inflación se disparó al 7,4 por ciento en julio; fue de 7,0 por ciento en agosto y no habría una baja considerable para septiembre. Se espera que la restricción sobre las importaciones y el ajuste en el gasto público también tengan incidencia negativa en la tasa de crecimiento global.
La foto
El crecimiento desestacionalizado entre el primero y el segundo trimestre del año, del 1 por ciento, estuvo movilizado por todos los componentes de la demanda. Sin embargo, los principales factores fueron la formación bruta de capital fijo, que creció 7,8 por ciento, equivalente a la inversión privada, junto a las exportaciones, que se movieron al 3,5 por ciento gracias al buen contexto de precios internacionales en el agro y minería. El consumo privado avanzó 1,8, mientras que el consumo público, un 0,2 por ciento.
En el interanual, el segundo trimestre marcó un alza de 6,9 por ciento, lo cual de forma acumulada con el primer trimestre arrojó una mejora del 6,5 por ciento. La comparación de junio pasado en relación al mismo mes de 2021 también da un excelente desempeño de la inversión privada, con una mejora del 18,8 por ciento en la formación bruta de capital fijo.
La suba de la inversión se explica por un crecimiento de 10,1 por ciento en construcciones, del 27,4 en maquinaria y equipo y de 14,1 en equipo de transporte. Dentro de maquinaria y equipo, el componente nacional ascendió 19,3 por ciento y el componente importado, 33,7 por ciento. En equipo de transporte, el componente nacional se incrementó 14,1 y el importado, 14,2 por ciento. Por su parte, las importaciones cerraron el trimestre con una suba anual del 23,1. El consumo privado creció en forma interanual un 10,7 por ciento medido en cantidades, mientras que las exportaciones de bienes y servicios reales registraron un incremento de 9,3 por ciento y el consumo público, un avance del 5,3 por ciento.
Sectores
La comparación interanual del segundo trimestre arrojó una merma del 5,2 por ciento en el agro, mientras que en pesca hubo una suba del 24,1 por ciento. La minería tuvo un alza del 15,5 por ciento; la industria manufacturera registró un aumento de 7,7 por ciento y la construcción, 9,9 por ciento.
El sector electricidad, gas y agua creció 4,9 por ciento, mientras comercio mayorista, minorista y reparaciones, un 9,7 por ciento. Hoteles y restaurantes registró un aumento de 53,9 por ciento y transporte, una suba de 11,5 por ciento.