En el primer día del debate general de la Asamblea de las Naciones Unidas, el secretario general, António Guterres, habló de las crisis alimentaria provocada por la guerra Ucrania y la crisis económica. Mientras, Petro pidió por terminar la guerra con las drogas, Boric llamó a fortalecer la democracia y Bolsonaro usó el discurso para criticar a Lula.
El secretario general de la ONU, António Guterres, abrió este martes la reunión anual de líderes en la Asamblea General, número setenta y siete, con una dura advertencia sobre la situación de un mundo cada vez más fracturado, desigual e incapaz de resolver los grandes problemas que afectan a todos. "El mundo está en peligro y paralizado", dijo Guterres a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Nueva York, a quienes exigió cooperación y medidas urgentes para atajar los efectos de las guerras, contra la crisis alimentaria y ante el cambio climático.
El jefe de Naciones Unidas insistió en que los grandes desafíos mundiales no pueden resolverse en solitario o con alianzas de países, sino que es necesaria una gran coalición mundial. "Tenemos un invierno de descontento global en el horizonte. Hay una intensa crisis de costo de la vida. La confianza se está desmoronando. Las desigualdades están explotando. Nuestro planeta se está quemando. La gente está sufriendo y los más vulnerables son los que más", avisó.
Bolsonaro de campaña en la ONU
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, no perdió oportunidad en tirar contra la oposición y afirmó ante la Asamblea General de la ONU que durante su Gobierno enfrentó la “corrupción sistemática" de la izquierda, en clara alusión al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva. Como presidente de Brasil, y siguiendo la tradición de la ONU, fue el primero de los jefes de Estado y de Gobierno en intervenir ante la Asamblea General y lo hizo con un indirecto ataque a Lula, quien lidera todas las encuestas de cara a las elecciones del 2 de octubre.
"Enfrentamos la corrupción sistemática", declaró Bolsonaro ante la Asamblea General, y agregó que entre 2003 y 1016, cuando la izquierda gobernó el país, fueron robados miles de millones de dólares y que el responsable de eso fue condenado, aunque sentenció que ese es el Brasil del pasado. En claro tono electoral, Bolsonaro hizo una suerte de balance de su gestión, que comenzó en 2019, y subrayó los tópicos de su campaña y la defensa de los valores conservadores, que Brasil promueve en todos los foros, como la defensa de la familia, el derecho a la vida desde la concepción y el rechazo a la ideología de género.
En el plano internacional, se refirió a las consecuencias que tuvo en el mundo la invasión rusa a Ucrania y se mostró contrario a todo tipo de sanciones como fórmula para poner fin al conflicto. "La guerra en Ucrania ya lleva siete meses y genera aprensión en todo el mundo, ha agravado la crisis energética global y llevado a que algunos países vuelvan a adoptar fuentes sucias de energía, lo cual pone en jaque a los objetivos de desarrollo sustentado”, dijo.
En ese marco, sostuvo que Brasil se ha empeñado en promover una manutención de diálogo entre todos los actores en conflicto, afirmó que la solución solo será alcanzada con la negociación y pidió a las Naciones Unidas que no dejen escapar la oportunidad de rescatar la paz.
Bolsonaro viajó a Nueva York desde Londres, donde asistió a los funerales de la reina Isabel II y causó polémica al mantener varios encuentros con simpatizantes brasileños en plan de campaña, en medio del luto británico. Según su agenda oficial, antes de regresar a Brasil, tiene prevista una reunión con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y otra con el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso.
Colombia en contra de la guerra contra las drogas
El presidente colombiano, Gustavo Petro, denunció en su primera intervención ante Naciones Unidas el fracaso de la guerra antidrogas y la destrucción de miles de vidas y de la selva amazónica por parte de la estrategia de persecución.
"Han aumentado los consumos mortales, de drogas suaves han pasado a las más duras, se ha producido un genocidio en mi continente y en mi país, han condenado a las cárceles a millones de personas", señaló el primer presidente de izquierda de Colombia. En un discurso dirigido a los países consumidores, Petro llamó a acabar con la irracional guerra contra las drogas.
El mandatario enfatizó que la estrategia con la que desde hace cuatro décadas se intenta acabar con el lucrativo negocio solo deja cientos de miles de muertos en Norteamérica y prisiones hacinadas en el resto del continente. "Si no corregimos el rumbo y esta guerra se prolonga otros 40 años, Estados Unidos verá morir de sobredosis a 2.800.000 jóvenes y morirán asesinados un millón de latinoamericanos más", sostuvo.
Desde su investidura, el 7 de agosto, Petro insiste en un enfoque hacia la prevención del consumo en las economías desarrolladas en lugar de la persecución de los cultivadores de la hoja de coca, la base de la cocaína, considerados el eslabón más débil de la cadena del narcotráfico.
Según la ONU, en Colombia hay al menos 142.000 hectáreas de narcocultivos, buena parte de ellos sembrados en la selva Amazónica. Los incendios para abrir campo a la coca y otros fines destruyen uno de los ecosistemas más ricos del mundo y clave para la absorción de CO2. Petro señaló que la Amazonía está siendo víctima de la adicción de las potencias por la coca, el dinero, y por recursos naturales como el carbón y el petróleo.
"La selva se quema señores (...) destruir la selva, el Amazonas, se convirtió en la consigna que siguen Estados y negociantes", dijo el mandatario, quien llegó al poder ondeando las banderas ambientalistas. "Decidieron hacer de una planta selvática amazónica un enemigo, extraditar y encarcelar a sus cultivadores, les invito a detener la guerra y a detener el desastre climático", añadió.
Chile llama a la democracia
El presidente de Chile, Gabriel Boric, hizo este martes un llamamiento a fortalecer los sistemas democráticos y dijo que los problemas que aquejan a las distintas sociedades se solucionan con más democracia y no con menos.
"El camino para enfrentar los problemas que aquejan a nuestras sociedades se pavimenta con más democracia y no con menos, incentivando la participación y no restringiéndola, fomentando el dialogo y jamás censurándolo y, sobre todo, respetando a quien piensa distinto", indicó el mandatario. "Me revelo contra el abismo que algunos pretenden cavar ante la legítima diversidad de opiniones. Desde Chile declaramos nuestra voluntad de constructores de puntos ante estas brechas que nos impiden encontrarnos como sociedades diversas", añadió.
El gobernante recordó que Chile optó por la democracia para solucionar el estallido social de 2019, la mayor ola de protestas desde el fin de la dictadura militar, con una treintena de muertos, miles de heridos y señalamientos contra las fuerzas de seguridad por violaciones a los derechos humanos.
Boric hizo un repaso así a los tres años que vivió Chile desde las revueltas y recordó que el pasado 4 de septiembre una abrumadora mayoría de chilenos del 62 por ciento rechazó en un plebiscito la propuesta de nueva Constitución redactado por una convención de tendencia progresista elegida tras las propuestas. "Algunos han querido ver el resultado del plebiscito como una derrota para mi Gobierno. Nunca un Gobierno puede sentirse derrotado cuando el pueblo se pronuncia", destacó.