La inflación de junio se ubicó en el 1,3 por ciento, según el relevamiento del Instituto Estadístico de los Trabajadores de la UMET. Los rubros que más subieron fueron educación (7,8 por ciento) y mantenimiento del hogar (2,8 por ciento). En contraste, los bloques que se ubicaron debajo del promedio general de precios fueron esparcimiento, indumentaria y salud. En el documento se precisó además que los salarios perdieron un 4 por ciento de poder de compra desde noviembre de 2015.

Los datos de la UMET registraron que la inflación interanual se ubicó en junio en 23,4 por ciento. El año pasado había marcado un pico para los últimos 25 años del 40,6 por ciento. La tasa de aumento de los precios del mercado interno este año se ubica más de 6 puntos porcentuales arriba de la meta de inflación del Banco Central, la cual se mantiene en un 17 por ciento para el acumulado del 2017. 

El rector de la UMET, Nicolás Trotta, destacó que “el número de inflación de junio dio por enterrada la proyección que hizo el Gobierno del 17 por ciento para este año”. Agregó que “el problema no es sólo la inflación. Las paritarias condicionadas no logran compensar la pérdida de valor de compra de los salarios, que aceleran su caída desde enero de este año hasta hoy”. 

El informe, en el cual participan distintos gremios de la CTA y la CGT, detalló que la inflación de junio afectó en mayor medida a los hogares asalariados de mayores ingresos, porque no se registraron subas de tarifas de servicios públicos, las cuales tienen mayor impacto sobre los hogares de menores recursos. No obstante, en los cuatro meses previos, según el registro de la UMET, la inflación había impactado en mayor grado sobre la capacidad de compra de los sectores más vulnerables. Para junio se precisó que esparcimiento marcó una deflación del 0,1 por ciento, en tanto que indumentaria tuvo una suba de 0,5 por ciento y salud del 0,8.