La literatura escrita por mujeres despierta el interés de lectorxs y, más recientemente, de investigadorxs y críticxs. En Mujeres, escritura y vida en novelas autobiográficas y autoficciones (Cartografías), la magíster, profesora y escritora cordobesa Norma Matteucci (Monte Maíz, 1948) aborda un conjunto de obras publicadas en tiempos recientes por escritoras como Angélica Gorodischer, María Moreno, Marta Dillon, Belén López Peiró, Camila Sosa Villada y Laura Alcoba, las españolas Carmen Martín Gaite y Marta Sanz y la chilena Isabel Allende, entre otras, para estudiar los modos en que la experiencia personal puede convertirse en material literario desde una perspectiva femenina y feminista.
El análisis de Matteucci concede a estas escrituras un doble objetivo: la consolidación (e incluso la construcción) de una subjetividad, con sus peculiaridades y ritmos propios, y la intención de conquistar el discurso púbico en el contexto histórico actual. Si se observa el florecimiento de libros de escritoras, y el reconocimiento que cosechan en diversos ámbitos, estos objetivos están en vías de concreción. La autora inicia su ensayo con una referencia al trabajo de su madre que, como muchas mujeres, “cosía para afuera”, lo que la vinculaba –como a las escritoras el lenguaje– con la esfera pública.
“Dice Liliana Heker que en las mujeres que escriben hay una tendencia mayor a permanecer cerca de la propia experiencia, lo que no significa que esto sea un límite –dice Matteucci–. Los condicionamientos histórico-sociales, que han circunscripto los roles femeninos, podrían ser una de las causas. No obstante, intento mostrar cómo la construcción discursiva tiene mucho que ver con las tareas femeninas que constituyen metáforas del escribir: coser, bordar, tejer, con otras y para otras. Y los orígenes de la escritura femenina (diarios íntimos, cartas, memorias) dan cuenta de la experiencia cotidiana del espacio privado”.
Ante la inferiorización genérica, las escrituras del yo de las mujeres pueden tomar el signo de la desobediencia. “Literaturizar la propia experiencia puede constituirse en un acto de insurrección y de poder frente a los mandatos sociales –destaca–. Y las producciones autorreferenciales permiten a las mujeres manifestar su existencia social de sus particulares maneras de ser y estar en el mundo, no esencializadas ni homogeneizadas, formando parte de la cultura”.
Más allá del género, una subjetividad nómade, que aspira a otras formas de vida, palpita en los proyectos estéticos de varias escritoras. Distintos ejes del volumen –la memoria (Alicia Genovese, Paula Bombara), la denuncia (López Peiró), las maternidades escritas (Milena Busquets, Margarita García Robayo), el duelo (Piedad Bonnett), la enfermedad (Cielo Latini) y el amor (Tamara Kamenszain)– provienen de lecturas de obras y críticas. “Si bien no toda la producción femenina tiene el mismo valor literario, esta selección me permitió priorizar algunos temas centrales en la vida de las mujeres empíricas –dice–. Y me propuse escribir sobre autoras de la segunda mitad del siglo XX y del XXI, para mostrar las diversas formas de resistencia de las escritoras, a través del tiempo, a la sociedad patriarcal.
Y cómo esas resistencias evolucionan a medida que se van logrando nuevos derechos”. Matteucci reconoce que hay un “boom” de autoficciones y novelas autobiográficas escritas por mujeres cis y disidentes. “Las mujeres han ido ganando la libertad de hablar, escribir, nombrar el mundo y esto tiene una potencia que transforma el acto individual en un acto político –sostiene–. En las escrituras del yo se recupera la experiencia personal y también la histórica, haciendo que los límites entre lo privado y lo público sean difusos. Los feminismos y la perspectiva de género han habilitado estas escrituras y han promovido una lectura diferente, en la que se valorizan y resignifican los componentes emocionales, intelectuales y sociales que las atraviesan. Y consecuentemente, han posibilitado la visibilización de escrituras femeninas de otros tiempos, que habían sido discriminadas por el canon literario hegemónico”.
Norma Matteucci
Mujeres, escritura y vida en novelas autobiográficas y autoficciones
Cartografías, 240 páginas