El dólar cerró ayer a 17,40 pesos, con una suba de 22 centavos (1,3 por ciento) respecto del día anterior. El tipo de cambio viene batiendo records de manera ininterrumpida desde hace 11 jornadas, y acumuló un incremento del 7,5 por ciento desde que arrancó este raid alcista con una cotización de 16,18. Desde el piso de mediados de mayo, el alza fue del 12,5 por ciento. El alza del dólar desde que asumió el Gobierno de Mauricio Macri alcanzó al 80 por ciento. Los elementos que explican la presión cambiaria se vinculan con maniobras especulativas de las exportadoras del complejo agropecuario, que se muestran reticentes a liquidar la cosecha, y una mayor demanda de dólares del sector privado, que busca refugio ante la incertidumbre de las elecciones de medio término. Economistas de distintas corrientes critican la falta de intervención del Banco Central e incluso algunos ya le piden a Federico Sturzenegger que de un paso al costado si no está dispuesto a modificar su estrategia de política monetaria (ver aparte). Los inversores apuestan en el mercado de futuros por un dólar de 18,70 pesos para diciembre y aceleran la fuga de capitales que en 2017 se ubicaría en 30 mil millones de dólares, una cifra que equivale al 70 por ciento de las reservas internacionales.
La demanda
La compra de moneda extranjera en el mercado interno comenzó a incrementarse en las últimas dos semanas, con inversores que buscaron protegerse de la volatilidad de las elecciones. Los administradores de fondos de inversión y agencias de Bolsa , que hasta hace pocos meses aconsejaban sin excepciones comprar Lebac y otros activos en pesos, comenzaron a recomendarle a sus clientes dolarizar las carteras y esperar a ver qué pasa después de las votaciones de octubre. La idea fuerza que predomina en informes de la city es que llegó el momento de comprar moneda extranjera para asegurar la ganancia conseguida con el carry trade (bicicleta financiera).
La autoridad monetaria, si bien se empecinó en mantener e incluso aumentar la tasa, no pudo renovar 2 de cada 10 pesos que vencieron en Lebac en la última licitación e inyectó al mercado unos 122 mil millones de pesos que aumentaron las presiones sobre la cotización del dólar. El próximo 18 de julio se licitarán nuevas Lebac y en el mercado aseguran que será una prueba de fuego para el Central.
La oferta
En el mercado cambiario no sólo hubo mayores compras sino menor oferta de divisas en las últimas semanas, lo que incrementó las tensiones con el tipo de cambio. El menor ingreso de dólares a la economía se explicó por el freno en las exportaciones del campo. La semana pasada liquidaron 30 por ciento menos respecto del 2016. Los empresarios del complejo agropecuario pretenden que se mantenga la suba del dólar en la segunda mitad del año para incrementar la rentabilidad de la cosecha. En la jornada de ayer el tipo de cambio mayorista avanzó de 16,94 a 17,17 pesos y las cerealeras, cuando vieron que la cotización podía superar los 17 pesos, decidieron retirarse del mercado cambiario para dejar que el dólar marque un nuevo record.
Otro de los factores que generó una menor entrada de divisas en la economía en los últimos 15 días fue la decisión de MSCI de no modificar la categoría del país a mercado emergente. El rechazo generó un golpe de desconfianza de los inversores extranjeros, que empezaron a tomar mayores precauciones antes de ingresar con divisas al mercado interno para comprar acciones y otros activos locales.
Las apuestas
En el mercado de futuros Rofex se vendieron divisas a 18,70 pesos para diciembre y a 19,10 pesos para enero del próximo año. La apuesta es que el tipo de cambio siga en alza y la fuga se acelera. En los informes de las consultoras del mercado ya proyectan que la formación de activos externos (ahorro en moneda extranjera) acumule este año unos 12 mil millones de dólares. A esa cifra le suman una salida de 14 mil millones de dólares por la cuenta turismo y de 4 mil millones por el giro de utilidades y dividendos de las multinacionales. Esto implica que hay unos 30 mil millones de dólares que este año saldrán de la economía y no se destinarán a consumo, producción ni inversión. Con esos recursos, calculan, el PIB podría crecer a tasas del 5 por ciento.