“El Central debe intervenir para defender el valor de la moneda, si no lo hace, debe abandonar las metas de inflación o su presidente debe renunciar”, sostuvo ayer el director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram. Consideró “un error de las autoridades del Central concebir al dólar como un bien aislado del resto de la economía y que su suba no impactaría en el resto de los bienes y servicios”. Otros economistas de sesgo ortodoxo se sumaron ayer a las críticas por la política cambiaria, que permitió un salto en el precio del dólar hasta los 17,40 pesos para la venta minorista. Ramiro Castiñeira, director de Econométrica, remarcó que la economía tiene problemas de base y el país sigue dependiente de la deuda externa. El ex secretario de Finanzas Guillermo Nielsen abogó por más ajuste para “poner en caja el rol del sector público, que es, en definitiva, la ecuación entre impuestos y gastos”. Para Carlos Rodríguez, rector de la Ucema, “si el presidente Mauricio Macri se emperra con su política económica, arruina la moneda y pierde las elecciones”.
Abram fue un férreo defensor de la autonomía e independencia del Banco Central y de sus autoridades. Cuando se desplazó a Martín Redrado por incumplir con el pedido del Ejecutivo de utilizar reservas para pagar deuda, sostuvo que “remover a un presidente del Banco Central es una apuesta que seguramente va a tener resultados muy negativos”. Sin embargo no dudó en pedir la eyección de Federico Sturzenegger si continúa con su política de metas de inflación. El titular del Central afirmó hace unos días que “no pensaba modificar las metas de inflación, porque modificarlas implicaba no tenerlas”.
“Las metas de inflación están muertas”, contestó Abram. El economista sostuvo que “en lo que va del año hemos tenido una expansión monetaria del 30 por ciento, por eso me causa gracia cuando tildan la política del Central como contractiva”. Pese al impacto negativo que generan las políticas contractivas en la actividad real, debido al encarecimiento del crédito para la pequeña y mediana empresa, consideró necesario que el BCRA suba más la tasa para que los inversores no se vuelquen de manera masiva al dólar como refugio”.
El economista Rodolfo Santángelo (ex socio de Carlos Melconian en la consultora M&C) respaldó el régimen de flotación cambiaria, pero alertó que se aplica “desde un esquema de desequilibrio macroeconómico, sobre todo de la cuestión fiscal”. “El dólar de 15 pesos era ridículo, pero volvió a 17 quizás muy rápido”, dijo Santángelo. Consideró que la baja del mes pasado, antes de que rebote, fue generada por el “endeudamiento del Estado”, y que “cuando en noviembre vuelva a subir la luz y el gas o el transporte va a dar 2 por ciento la inflación para cerrar el año en 21 o 22”.
Castiñeira, en tanto, afirmó que “estamos en una economía con inflación y todo sube, incluso el dólar”. “Hablan de encarrilar la herencia pero todavía los problemas económicos de base no se solucionaron. La economía depende de la deuda externa todavía. Consigue deuda para aflojar con la maquinita”, comentó en declaraciones radiales. “Estamos en una trampa, creemos que estamos saliendo y nos estamos hundiendo con deuda. Ningún país toma tanta deuda externa”, agregó.
Carlos Rodríguez publicó una serie de tuits en su cuenta alertando sobre los riesgos de la política monetaria de Cambiemos. “No estamos para hiper (inflación), pero recomiendo releer tema overshooting (sobrerreacción). Creo que juego Lebacs se acaba”, agregó en referencia a la abultada emisión de letras que está llevando a cabo el organismo monetario. Consideró que en el gobierno de Macri “tienen que rodar cabezas y poner el énfasis en lo único que da votos en corto plazo, porque con promesas, pierde”, haciendo referencia a la supuesta necesidad de que se endurezca el ajuste, tal como pidió Nielsen, para quien es prioritario reducir el déficit en una economía que consideró “inestable”.