La cuenta corriente de la balanza de pagos cerró el segundo trimestre con un déficit de 894 millones de dólares, informó este jueves el Indec. La cifra revirtió el superávit de 2536 millones de dólares anotados en abril-junio de 2021. El resultado de la Balanza de Pagos reúne todos los movimientos comerciales, financieros y de servicios entre la Argentina y el exterior.
La deuda externa bruta se ubicó en 274.837 millones de dólares al término del segundo trimestre de este año, por sobre los 269.158 millones de igual período de 2021. Sin embargo, este nivel de 274.837 millones se ubicó 567 millones por debajo de los 265.604 de fines de diciembre. Esto se explicó por los pagos que realizó el Gobierno y el Banco Central.
En particular, la deuda externa a valor nominal del Gobierno general se redujo en 1860 millones de dólares respecto del trimestre anterior, debido a caídas observadas en sus dos principales componentes: el valor de los préstamos se estimó en 983 millones de dólares menos, mientras que la deuda externa instrumentada mediante títulos de deuda a valor nominal cayó en 877 millones.
El dinero o inversiones que los argentinos tienen en el exterior o en otra divisa que no sea el peso ascendían a 308.111 millones de dólares a fines de junio. Del total de esos activos financieros externos, 111.239 millones corresponde a inversión directa; 59.382 millones a inversión de cartera; 137.880 millones a otra inversión (constituida fundamentalmente por moneda y depósitos) y 310 millones, a derivados financieros.
En el detalle del rojo de cuenta corriente, hubo déficit en el ingreso primario de 2904 millones de dólares, compensado parcialmente por el ingreso neto registrado en la balanza de bienes y servicios por 1446 millones. En tanto, la cuenta financiera mostró un ingreso neto de capitales de 2119 millones. Por efecto de las transacciones de la balanza de pagos, las reservas internacionales aumentaron 1283 millones.
El saldo de servicios del segundo trimestre de 2022 resultó deficitario en 1619 millones de dólares. Este deterioro se explicó principalmente por la suba del déficit registrado en transporte (693 millones), viajes (295 millones) y propiedad intelectual (92 millones), que fue parcialmente compensado por la mejora en otros servicios empresariales (160 millones).