La muerte de Carlitos Balá a sus 97 años provocó una gran conmoción, sobre todo entre quienes lo reconocen como un ícono de su infancia: el talentoso humorista colaboró para que miles de niños y niñas dejaran de usar chupete y que destiló carcajadas con sus más icónicas frases, como “sumbudrule", "Angueto quedate quieto" y un verdadero clásico: "¿Qué gusto tiene la sal?".
Carlitos Salin Balaá nació el 13 de agosto de 1925 en el barrio porteño de Chacarita. Sus primeros pasos en el humor y la actuación los dio de muy chiquito, inventando obras de teatro parado en los cajones de verdura en la carnicería de su padre. Desde ese escenario fue creciendo paso a paso y se convirtió en uno de los actores más queridos del país.
Aunque sus inicios fueron en la radio, el éxito absoluto y rotundo lo halló tiempo después en la TV, donde se destacó en programas como "La Telekermese Musical" y llegó a conducir sus propias series, como "El Soldado de Balá". A raíz de su éxito, surgió la posibilidad de conducir su programa emblema y el más recordado: "El Show de Carlitos Balá". Desde allí cautivó a grandes y chicos, y selló en la memoria de un país sus más icónicas frases.
La historia de “¿Qué gusto tiene la sal?”
Para conocer la historia detrás de la icónica frase “¿Qué gusto tiene la sal?” hay que remontarse al año 1969 en la ciudad de Mar del Plata. Allí el humorista tenía un departamento donde solía pasar sus vacaciones y visitar las playas de Las Toscas.
En ese escenario, una tarde, mientras descansaba en el mar, Balá se encontró con un niño que jugaba en la arena y le preguntó con su habitual carisma: "¿Está lindo el mar, no?".
Pero, al principio, el chico no respondió. Balá insistió. "¿Qué gusto tendrá el mar?", le preguntó. Sin embargo, el chico seguía sin prestarle atención.
En el último intento estuvo la respuesta, cuando el humorista dijo que el mar tiene gusto a sal, pero le preguntó al niño "¿Qué gusto tiene la sal?", y el nene finalmente contestó: "Qué gusto va a tener la sal ¡salado!".
Aquella respuesta le provocó tanta gracia y le resultó tan ocurrente que tiempo después la incorporó a sus shows y presentaciones. Con el paso del tiempo, se volvió un ícono, una marca, un sello: era sólo cuestión de que Carlitos Balá preguntar "¿Qué gusto tiene la sal?", para que un coro de voces respondiera los gritos: "Salaaaaada".